Tengo que decir, que este es uno de mis capítulos favoritos de toda la novela. Así que espero lo hayan disfrutado tanto como yo. La continuación Ufff, no se la pueden perder ;)
—¿Qué? —Ella, con algo de nervios, sube a la cama para con dos esposas, atarlo a la cabecera—. ¿Tienes miedo…? Deberías tenerlo… —murmura, con voz cargada de deseo, rozando el lóbulo de su oreja—. Porque no tengo idea de lo que estoy haciendo… pero me gusta… Aquella voz, el calor, el momento, las ansias, los rastros de sus jugos en su lengua, su pene gritando ser liberado de una puta vez… Todo lo hace respirar como un toro enardecido. Lo sabía. Ella jamás se cansará de torturarlo. Pero este tipo de tortura no despierta en él odio, sino que más bien, un placer que va mucho más allá de todo lo que ha experimentado antes, haciéndolo un puto esclavo de ella, de nuevo. Entonces contiene el aliento cuando ella sube a su pecho, enciende el consolador y lo pasa por sus tetillas. No quiere gemir, no quiere emitir sonido alguno, tampoco la quiere ver; pero el sudor corre por su frente mientras sus manos luchan por liberarse cuando ella lleva el consolador a su boca para llenarlo de su saliva
Narra Dorian. Beber de ella y sentirla temblando, conmigo dentro de su mar de perdición, ha despertado la fiera hambrienta de ella que quería mantener dormida. Me conozco, lo sé. Soy demasiado impulsivo como para poder tener el control incluso de mí. No me arrepiento de haber irrumpido en su precioso y apretado coño como lo hice. Aquello sació una pequeña parte de mi sed, y ahora me siento como un adicto. Necesito más. He estado todos estos años reprimiendo la falta sexual que me hace por todo lo que ha cubierto mi corazón, pero ahora, que mis instintos me dicen que nadie además de mí la ha poseído, necesito seguir teniéndola. Se convierte en un remolino de discusiones, entre la parte que quiere odiarla, la parte que quiere perdonarla, la que necesita alejarla, y la que anhela tenerla cerca; sonriendo, tocándome, viéndome con una lujuria singular que solo en ella puedo identificar. Ella no tiene idea, pero si tan solo no se hubiese ido huyendo como tanto le gusta hacer, la habría
Narra Leslie. Todavía puedo sentirlo palpitando dentro de mí. La forma en que me sostuvo de la cintura y en poco tiempo me tenía tocando el cielo como solo él lo sabe hacer… Todavía puedo sentir el sabor de su piel en mi paladar. Su sudor, agitación y los gemidos que estaba evitando soltar. Me ha mantenido en una ensoñación todo el día, con la piel erizada. Y he podido ver en mi espejo lo bien que le hace a mi cuerpo tenerlo de vuelta. Cuando llegué a casa, no pude evitar acariciar mi cuerpo, recordando nuestro breve momento después de tantos años. Parece irreal. Y de no ser por el dolor en mi vagina por su intromisión y el brillo que cubre mi rostro, lo creería. Pero ha sido real. La única razón por la cual fue capaz de romper la cabecera de la cama para poseerme es porque, al menos sexualmente, sigue sintiendo lo mismo que yo. Sin embargo, no sé cómo él esté procesando lo que ocurrió. Y tengo miedo de que me trate mal después de haberme hecho sentir que me necesita. —Vamos a ve
Sus lenguas se encuentran después de que sus labios se cansan. La pasión que es más fuerte que cualquier otro sentimiento amargo, los hace esclavo del choque de sus bocas, sus manos, sus pieles friccionando con la otra intentando llegar más allá de lo inhumano. Un beso. Solo ha bastado este beso para que los recuerdos de la historia de amor que vivieron hace dos años caigan sobre sus hombros. Solo ha bastado este beso para que ambos se den cuenta que realmente, hagan lo que hagan, no podrán olvidarse del otro. Ni con todo el odio ni el orgullo de por medio, pueden mentir sobre que, este beso, les ha devuelto un buen pedazo de alma que se les había ido cuando dejaron de verse. Ella mantiene las manos, temblando, en su cuello. Y desesperado por ser consumido por ella, el pelinegro busca mordisquear su cuello, sacándole gemidos. Esos gemidos que tanto necesita escuchar debajo y sobre él. Su lengua húmeda recorre con determinación el camino de su lóbulo hasta su clavícula, y es allí cuan
El pecho de Dorian se contrae ante el nombre que le dice su madre. Sí, James es su segundo nombre, pero es el favorito de su madre. Si tan solo ella supiera que un inocente pequeño tiene su nombre, por él, y este en lugar de buscar la forma de protegerlo y quererlo solo se ha alejado. —Mamá… —Se limpia la cara, conmovido—. ¿Cómo estás…? Su madre no puede con la emoción. Más de 12 años sin ver a su único hijo. ¿Cómo puede estar? Siente que le va a dar un infarto de la emoción. Ella lo dirige a la mesa y lo primero que hace es extenderle un plato. Ha hecho mucha comida hoy sin saber por qué. Su corazón de madre tenía un presentimiento. —Estoy muy bien, recuperándome de la gripe. Han pasado muchas cosas estos años, mi pequeño James —dice sirviendo la comida y al mismo tiempo, admirando lo guapo que se ha vuelto su hijo—. ¿Por qué te perdiste? —su voz se quiebra y Dorian detiene sus manos, conmovido—. Tu padre ora por ti todos los días… Dorian no puede hacer más que llorar. Se siente
Aunque la rubia le pide a Valen con la mirada que no se vaya, esta se despide con un leve sonrojo en la cara. James está en los brazos de Dorian, poniéndole la serpiente en la cara, y cada que Dorian finge gritar asustado, el niño se carcajea. Increíble. Ella quisiera tatuarse este momento en el corazón. Se ve tan varonil y hermoso con un niño en los brazos. Que por un momento, recuerda que ella podría darle uno propio. Sacude la cabeza, un poco escandalizada. Dorian ni siquiera sabe cómo controlar sus impulsos en todas las áreas, ¿cómo podría criar un niño? Bueno, ella realmente sabe la respuesta… Volviendo a ser el Dorian del cual ella se enamoró. —¿James? —llama al niño, un tanto incomoda al verlos en su momento tan íntimo, como si se conocieran de toda la vida, aunque realmente algo así ocurre—. Bebé… ¿Valen te dio comida? —¡Síííí! —responde sin dejar de jugar con Dorian. Entonces Leslie, no tiene el corazón para arruinar el momento. —¿Quieres pasar…? —pregunta en un tono
—Si esto es un juego para ti, para… Por favor… —le suplica—. James no tiene nada que ver con tu odio hacia mí. Él no… No… Merece nada malo. Está pasando por mucho. Ella pasa por su lado, sintiendo en el proceso cómo necesita un abrazo de él. Necesita su consuelo, como antes, hacerla sentir que está segura, pero tiene miedo. ¿Cómo sabe que si le da permiso de conocer a James él no hará algo que la hiera y entonces el pequeño sufra también por la separación? Porque es así. Leslie se ha dado cuenta de la falta que Kris le hace a James. Quizá no se nota tanto porque se divierte con la niñera pero, en las noches, el pequeño va a la habitación de al lado, y en el desayuno, ve a todos lados, como si faltara algo. Lo ha nombrado, no seguido, pero lo ha hecho. Y sabe que le debe doler un poco en su pequeño corazón. No quiere que pase lo mismo con Dorian, aunque anhela tenerlo tan cerca de ellos… Mientras tanto, Dorian la ve caminar hacia la sala. Ella recoge los juguetes y él se queda a uno
Dorian no solo estaba excitado por la idea de poder sentir su cuerpo por primera vez en esta etapa. Él quería ver sus gestos, escuchar su voz rogándole que la poseyera, quería tener el control de ese punto máximo en la palma de su mano, o mejor dicho, en la punta de su miembro.Así que sabía que debía ser cuidadoso, mostrarle que en lugar de verlo como una oportunidad para hacerla sufrir de nuevo, sería una oportunidad para mostrarle que ella merecía sentir cada maaldita sensación de satisfacción, entrega, y pasión, fluyendo por sus venas como su misma sangre. Fluyendo como los flujos de su vagina cuando se excita o logra alcanzar el clímax.—¿Tienes miedo, Les-lie?Ambos se encontraban en el ascensor después de aquella sugerencia de Jane. La pregunta dejó a Leslie con el corazón en la boca, con las mejillas calientes, sin saber qué responder.¿Miedo? Era mucho más que eso. Era pánico. Ella quería volver a sentirlo, tener su lengua tocando alguna parte de ella, sus besos, ¿cómo no des