-¿Tu quien eres?- Álvaro lo miro de arriba a bajo, era mayor que él tal vez por diez años, era flaco, si estos eran los gustos de Natalia Vidal eran pésimos
-Soy amigo de Natalia desde hace mucho tiempo y tal vez algún día ella será mi…- Natalia lo interrumpió viendo a Álvaro que se acercaba con sus puños, Arturo dio un paso no se dejaría amedrentar por él…
-¿Tu que haces aquí?, ¿me estás siguiendo?- Álvaro sonrió, el no tenía esa necesidad eso, no podía dejar que se sintiera importante
-No, mi hermana me invitó a salir con su amiga y quisimos entrar a jugar un poco- Álvaro la vio muy guapa, con esa blusa que dejaba ver un poco el comienzo de sus pechos era realmente deseable…
-¿Cuñis podemos jugar con ustedes?- pregunto Blanca tratando de disipar la tensión que se estaba creando con su hermano y su cuñada,
-Si porque ¿no?- dijo con una sonrisa, Arturo se acercó a Natalia quería demostrar que era el mejor en el billar,
Natalia se fue con Vanesa a un restaurante-bar, necesitaba un trago de tequila, no quería toparse con Álvaro después de ver cómo se había puesto como dos lobos alfa reclamando algo que les pertenecían, como si ella fuera una cosa, un objeto que tendría un propietario, movió la cabeza negativamente, ella no lo permitiría, Arturo tenía que entender de una vez que ella no le presencia, no era su dueño; le daba gracias por ayudarla aquella tarde pero no podía darle algo más…-Sabes Nat, creo que Álvaro está comenzando a sentir algo por tí- Natalia no podía creer esa percepción de su amiga- además tú estás celosa-No digas tonterías, no viste como estaba con Julia ahí muy atento a ella y ella disfrutando su atención- Vanesa veía como Natalia partía el trozo de carne que habían pedido para cenar, si esa tal Julia estuviera ahí de frente Natalia le hubiera retorcido el cuello-Que bueno que no estás celosa amiga porque pobre de ese pollo y de la tal Julia- Vane
Álvaro veía el techo de su habitación, no había podido dormir, aún dándole vueltas a lo que había pasado en el estudio no entendía que era lo que había pasado, porque Natalia lo dejo así, realmente ella no lo deseaba, cerro los ojos podía ver qué ella estaba sonrojada, sus ojos no podían mentir lo deseaba pero que hizo mal, porque ella se había ido corriendo, miro sus manos que aún tenía su calor, al recorrer sus espalda sintió algo, ¿que era?, ¿Qué ocultaba Natalia?- se levantó, el sol se asomaba en el horizonte, quería conocerla, quería saber que ocultaba, soltó un suspiro nunca había sentido lo que sentía por ella, ni con Azucena que creyó era el amor de su vida, en su pecho estaba creciendo algo, algo que no podía ser… la necesitaba, quería recorre cada parte de su piel, hacerla temblar, escuchar su nombre al llegar al clímax, cerrando los ojos recordó sus temblores, sus besos que eran iguales llenos de pasión ahora más que nunca tendría a Natalia, era un deseo que no
A quien quería engañar se sentía atraído por Natalia, y no podía evitarlo y ahora pensar que todo el día estuvo con él imbécil de Arturo lo lleno de coraje, la sangre le hervía, y no entendía porque pero la quería solo para él, era una atracción pasajera pensaba que se había vuelto loco, el odiaba a Natalia, no la soportaba. Pensando en el imbécil no entendía que veía Natalia en él, era viejo, no era muy agraciado, no como él, así que tenía un punto a su favor y si comenzaba a conquistar a Natalia, si la enamoraba podría tenerla y después que?.No, tenía que pensar claro, para que enamorar a Natalia Vidal si ese matrimonio iba a llegar a su fin en once meses, y después cada uno tomaría su camino.Se metió en su cama, tenía que dormir y olvidar esa idea, ahora que
Natalia había salido corriendo al baño, tenía que limpiarse las lágrimas que no dejaban de salir, para poder así arreglar su maquillaje, a quien quería engañar, los besos de Álvaro eran su debilidad, solo sentirlo y ella caía en un oasis,- ¿hay donde quedó esa maldita barrera Natalia?- se preguntaba mientras se veía en el espejo- tienes que alejarte de él, si que fácil- se contesto ella sola- van ir juntos a Londres dime qué vamos hacer Natalia- se apoyo en el lavamanos- pues mantenerlo lejos, muy lejos- al fin había conseguido quedar perfecta, tenía que regresar y hacer la llamadas para que Álvaro tuviera nueva asistente, porque la verdad no confiaba en ninguna de la empresa para que lo fueran, lo que menos necesitaba era estar celosa todo el día pensando en Álvaro besando a otra porque esa otra se le había ofrecido.Al llegar al escritorio que pronto dejaría de serlo se encontró con un gran ramo de flores, para ser específico de rosas blancas, en la parte superior
Azucena sonrió al hombre que estaba al otro lado del escritorio, se había puesto un vestido que el mismo le había regalado, era se seda y se ajustaba perfectamente a su delicadas curvas, Álvaro la miro fríamente, no podía creer que estuviera ahí con ese maldito vestido, había gastado bastante por ser de diseñador algo que ella no se merecía, sonrió burlonamente al verla caminar hasta él, con un movimiento de caderas de una forma seductora, está tarde tendría que dejarle claro que nunca volvería con ella, que ya no lo buscará, ¿que no tenía dignidad?, Pues estaba calor que no- ¿Qué quieres?-Vine para que me entrevistaras- se subió casi sobre el escritorio para darle un beso en los labios a Álvaro, tenía que recuperarlo, por lo que se había propuesto conseguir como fuera el empleo- bombón he cambiado, por eso te pido empleo aquí- Álvaro sonrió con ironía, ella no tendría un lugar ahí, menos con su esposa cerca- no quieres recordar viejos tiempos.-No Azucena ah
Fue una sorpresa grata para Álvaro tener a Natalia tan cerca, horas después de estar dormidos juntos en el asiento del avión a él le dolía horrores el cuello, se quitó el cinturón, igual a ella, la tomo en su brazos y la llevo hasta el cuarto, la dejo con cuidado, le quitó sus zapatos y la cubrió con una manta, y sin pensar le dejo un beso en la frente, camino al otro lado y se acostó dándole la espalda y se quedó dormido, a la hora que despertó pensó escuchar su voz que le decía algo, algo que no sabía si era verdad, despertó por completo al escuchar los golpes de la azafata, al abrir los ojos se encontró de frente los de ella que eran hermosos, -Señor De La Rosa estamos por aterrizar- escucharon a la chica pero ninguno hizo nada por moverse, estaban viéndose uno a otro-Si gracias!- Álvaro fue el primer su brazo izquierdo lo extendió sobre la cintura de ella, en un movimiento rápido estaba a milímetros de ella casi rosando sus los labios- buenos días-
La cena en el restaurante de Londres fue ligera; Álvaro quería saber más de ella, así que comenzó un juego de preguntas y respuestas;-¿Tu primer regalo?- pregunto Álvaro ella lo pensó un momento, había sido su amigo Raúl que le había dado una muñeca, realmente su mamá nunca le había dado nada-Una muñeca, me la dio mi amigo cuando tenía seis años- él siempre se había comportado muy bien, aunque era mayor siempre buscaba complacerla con lo que ella quería- y tú cuál fue tu primer regalo-Un trenecito- don Alexandro desde que supo que venía le había comprado ese trenecito,- yo aún no nacía y mi papá me compró ese trenecito, es un tesoro que guardo, porque le prometí a mi papá que ese trenecito sería de su primer nieto- su hijo, un hijo que ella no le daría, un hijo que él amaría con otra mujer a su lado, Álvaro siguió con al siguiente pregunta- ¿Lo que siempre has querido para tu cumpleaños y no has tenido?- Natalia bajo la vista, tal era una tontería per
—Perdón Álvaro no sabía nada pensé que ella era la chica que me contaste tantas veces en la universidad- Álvaro quería darle a su amigo un gran golpe en esa boca, si eso había sido antes, cuando vivía engañado de la arpía de Azucena- que pasó amigo-Es una larga historia, pero en resumen al llegar de terminar mis estudios quise sorprenderla pero el sorprendido fui yo- Álvaro veía de vez en cuando por dónde Natalia se había ido- la encontré con otro-Y el anillo se lo diste a ella, a tu ahora esposa- Álvaro negó con la cabeza,-No, el anillo que compre lo deje en la mesa enfrente de ella, a esa Azucena- al pensar en ese anillo se había dado cuenta que algo faltaba en la mano de Natalia-De nuevo aún disculpa por mi imprudencia- Salvador realmente estaba apenado, no quería causar problem