Capítulo 18: El Refugio del BosqueLejos del campamento de Cuarto Creciente y de las garras de Luna Oscura, Raiden yacía inconsciente en una cabaña aislada en el bosque, oculto del mundo. Había sido encontrado en la base del acantilado por dos niños del pequeño pueblo cercano. Al verlo malherido, decidieron llevarlo a su hogar, donde su madre, conocida en la región por sus conocimientos de hierbas y sanación, podría ayudarlo.La madre de los niños, Althea, era una mujer de sabiduría antigua, alguien que muchos en el pueblo respetaban y buscaban cuando necesitaban remedios para enfermedades y dolores. Sin embargo, aquellos que sabían más de ella susurraban que era algo más que una simple curandera; decían que era una bruja, una mujer con el don de ver y sanar más allá de lo ordinario.Cuando los niños llevaron a Raiden a su casa, Althea entendió de inmediato que aquel hombre no era común. Al observar las heridas en su cuerpo y la energía que emanaba de él, supo que estaba en presencia
Capítulo 19: La Magia del DesvíoMientras Raiden continuaba su lenta recuperación en la cabaña de Althea, los guerreros de Luna Oscura no cesaban en su búsqueda. Kael había dado la orden de encontrarlo a toda costa, y su manada patrullaba los alrededores, intentando captar cualquier rastro de su esencia que los llevara a su ubicación. Sin embargo, Althea, gracias a sus conocimientos antiguos, había logrado ocultar todo vestigio de la presencia de Raiden, cubriéndolo con protecciones que ningún lobo podría detectar.Althea, al ver que la presencia de los guerreros de Luna Oscura se hacía cada vez más frecuente, decidió tomar precauciones adicionales para asegurarse de que no pudieran localizar a Raiden. Los niños, observando desde la distancia, notaron que el grupo de hombres extraños estaba cada vez más cerca de la cabaña. Corrieron hacia su madre, advirtiéndole de los movimientos de los buscadores.Niños: “Mamá, están muy cerca. Nos vieron en el bosque y creemos que sospechan de noso
Capítulo 20: Los Días de CautiverioEn Luna Oscura, los días se deslizaban lentamente desde que Aria había llegado como prisionera. Habían pasado varias semanas desde que fue llevada a la fuerza, y aunque Kael le había prometido una vida como su compañera y Luna, la realidad para Aria había sido muy distinta. La libertad que alguna vez conoció en Cuarto Creciente ahora parecía un recuerdo lejano, sustituido por la frialdad de su confinamiento.Desde su llegada, Kael había intentado ganarse su favor, visitándola y hablándole sobre el futuro que imaginaba junto a ella. Para él, Aria era la clave de unificar las manadas, de crear una fuerza imparable, pero cada vez que intentaba hablarle de su visión, Aria lo rechazaba con firmeza, dejando claro que su lealtad y su amor pertenecían a Cuarto Creciente y a Raiden.Frustrado por su resistencia, Kael había optado por mantenerla en cautiverio, pensando que el tiempo lograría doblegar su voluntad. Aria, sin embargo, aprovechaba cada momento en
Capítulo 21: Un Nuevo SecretoLos días en cautiverio se tornaban eternos para Aria, pero la determinación de no quebrarse la mantenía en pie. Sin embargo, algo comenzó a cambiar en su interior. Una sensación extraña, sutil pero cada vez más evidente, empezó a tomar forma. Primero, eran pequeños malestares que intentaba ignorar, atribuyéndolos al estrés y la tensión de su encierro. Pero con el paso de las semanas, se dio cuenta de que aquello era algo mucho más profundo.Una mañana, mientras se encontraba sola en su habitación de piedra, Aria sintió una oleada de emociones mezcladas: miedo, sorpresa y, por encima de todo, una esperanza que hacía tiempo no había experimentado. Colocó una mano sobre su vientre y, aunque apenas podía comprender lo que estaba ocurriendo, lo supo. Estaba esperando un hijo… el hijo de Raiden.La revelación de su embarazo le trajo una nueva fuerza, algo que la llenó de energía y determinación. El hecho de que llevara en su vientre una parte de Raiden, de Cuar
Capítulo 22: Un Rumor de EsperanzaEn Cuarto Creciente, los días desde la caída de Raiden habían sido oscuros y llenos de incertidumbre. Los miembros de la manada aún estaban en shock por la desaparición de su alfa y la captura de varios de sus lobos más leales. A pesar de los esfuerzos por reconstruir, sin Raiden y los suyos, la moral de Cuarto Creciente estaba en su punto más bajo.Sin embargo, todo cambió una mañana cuando un rumor comenzó a extenderse entre los miembros de la manada. Nadie sabía de dónde había salido exactamente, pero la noticia resonaba en cada rincón de Cuarto Creciente: Aria, su Luna, estaba esperando un hijo… el hijo de Raiden. La posibilidad de que Cuarto Creciente tuviera un heredero despertó una chispa de esperanza en el corazón de la manada, una llama que había estado casi apagada desde la caída de su alfa.El rumor, al principio, parecía solo una historia más, algo para reconfortarse en tiempos de desesperanza. Pero, a medida que los días pasaban, la noti
Capítulo 23: La Huida de FreyaFreya recordaba claramente los primeros días en cautiverio en Luna Oscura. Junto a otros miembros de Cuarto Creciente, había sido capturada en el ataque de Kael, y aunque no había sido fácil, ella había decidido desde el primer momento que no se quedaría prisionera. La lealtad hacia su alfa, Raiden, y hacia Aria la impulsaban a resistir, y a pesar de las duras condiciones en que los mantenían, Freya no dejaba de observar cada detalle que pudiera darle una oportunidad de escapar.Los días en las celdas subterráneas de Luna Oscura se alargaban. Las paredes eran de piedra húmeda y opresiva, y solo algunos rayos de luz se filtraban por pequeñas rendijas. Sin embargo, su espíritu nunca flaqueaba. Freya se había hecho la promesa de no permitir que la voluntad de Cuarto Creciente se rompiera, y en silencio, alentaba a los demás a mantener la esperanza.Durante las primeras semanas, Freya notó algo peculiar: algunos guardias de Luna Oscura eran descuidados y dej
Capítulo 24: La Búsqueda del AlfaA pesar de la esperanza renovada en el refugio, Freya no lograba sentirse completamente en paz. Algo dentro de ella la empujaba a encontrar a Raiden. Había intentado, junto a otros de los lobos leales a Cuarto Creciente, reconectar con el vínculo mental que compartían con su alfa, pero era como si una barrera invisible se interpusiera. No lograban sentir su presencia ni captar rastro alguno de su energía. Aquello era extraño, incluso perturbador, pues el lazo mental que unía a la manada con su alfa debía permitirles sentir si él estaba cerca o si había cruzado al otro lado.Freya se negaba a aceptar que Raiden hubiera caído definitivamente. Sabía que, si estaba vivo, Cuarto Creciente aún tenía esperanza. Con determinación, decidió emprender la búsqueda de su alfa, aunque eso significara aventurarse en zonas peligrosas o acercarse a los territorios controlados por Luna Oscura. Llevaba consigo la convicción de que debía encontrarlo, ya fuera vivo o, en
Capítulo 25: La Desesperación del AlfaHabían pasado ocho largos meses desde la caída de Cuarto Creciente. Durante este tiempo, Raiden había estado atrapado en una mezcla de desesperación y esperanza. Los cuidados de Althea, la bruja que lo había encontrado al borde de la muerte, habían logrado salvarlo, pero la recuperación había sido lenta y dolorosa. Su cuerpo, una vez fuerte y resistente, había quedado debilitado por las heridas y el veneno que había absorbido. Sin embargo, en las últimas semanas, Raiden comenzó a sentir que su fuerza regresaba, como si su lobo interior se reavivara tras un largo letargo.Althea, a quien él consideraba su salvadora, le había explicado sobre los hechizos de ocultación que había tenido que usar para protegerlo. Sabía que, en su estado vulnerable, cualquier conexión mental con su manada habría alertado a sus enemigos, atrayendo a Kael y sus lobos de Luna Oscura hacia él. Aunque entendía la necesidad de mantenerlo oculto, esto no disminuía la impacien