CAPÍTULO 47: EVASIÓNAlexanderEstoy atrapado en la neblina de mis pensamientos, observando su figura dormida junto a mí. El sol aún no ha salido, pero la realidad de lo que hemos hecho me agobia, me abruma. Sophia no sabe que la he estado amando desde siempre. Lo correcto habría sido mantenerme alejado, evitar esto a toda costa. Pero no lo hice.Ella está casada con mi hermano, y aunque mi corazón quiere ignorarlo, mi mente me grita que nada de esto está bien. Anoche... ella estaba confundida, herida, y encima de todo, ebria. El dolor de perder a su padre la devastó y buscó consuelo en el lugar equivocado. No debí dejar que me tocara, no debí ceder, pero en el momento en que sus labios encontraron los míos, todas mis defensas se derrumbaron.Me quedo inmóvil por un momento más, acariciando una suave línea de su mejilla con el dorso de mis dedos. No quiero dejarla, pero sé que debo hacerlo. Debo irme antes de que ella despierte, antes de que me vea y todo esto se vuelva real.—Lo sien
CAPÍTULO 48: ESTA VEZ NO FUE UN SUEÑOAbro los ojos con una punzada lacerante en la cabeza, como si un martillo golpeara mi cráneo sin tregua. El dolor es sofocante, y la náusea se arrastra por mi estómago en una ola violenta que me empuja a levantarme de inmediato. Con pasos tambaleantes, corro al baño. Apenas logro inclinarme sobre el inodoro antes de que el contenido de mi estómago salga disparado, como si mi cuerpo intentara purgar todo el alcohol que lo envenenó anoche.Cuando finalmente termino, me apoyo contra el lavamanos, jadeando. El sabor amargo en mi boca es horrible, pero lo ignoro. En su lugar, abro el grifo y dejo que el agua fría me empape el rostro, esperando que eso calme el caos en mi mente. Pero no lo hace.Es entonces cuando los recuerdos empiezan a inundarme, cada uno más claro y cruel que el anterior.—Por favor... que haya sido un sueño. Que haya sido otro maldit0 sueño —susurro rogando en vano.Pero sé que no lo fue. Las sensaciones aún están ahí, demasiado ví
CAPÍTULO 49: EL FUNERALSi Ethan cree que voy a ir al hospital a “disculparme” con Lilian, está muy equivocado. Entro en la casa de mi padre y me encierro en la habitación que alguna vez fue mía, donde pasé mis mejores años de infancia hasta que todo cambió. Sin embargo a los segundos escucho sus golpes en la puerta.—¡¿Qué crees que haces, Sophia?! —Ethan golpea la puerta con fuerza, sus gritos se escuchan por toda la casa—. ¡Sal de ahí ahora mismo!Apoyo la espalda contra la puerta, sintiendo cada uno de sus golpes como si me sacudieran directamente. Mis manos tiemblan, pero no de miedo, sino de rabia. No voy a ceder.—Lárgate, Ethan —le respondo, con la voz temblorosa, pero firme—. No pienso hacer nada de lo que digas.Lo escucho resoplar de frustración al otro lado. Su paciencia se está agotando, y sé que esto no va a terminar bien si sigo provocándolo, pero no me importa. No voy a disculparme con Lilian, y mucho menos a seguir fingiendo que esta relación es algo que merece salva
CAPÍTULO 50: ÉL SE HA IDOSabrina se queda a acompañarme hasta que la última persona ajena a la familia se va del entierro. Recibir pésames y abrazos de personas a las que realmente no les importo en lo absoluto es agotador, pero al menos me libraba de tener que soportar hablar con Lilian, aunque las miradas de lástima son tantas que ya no las puedo soportar.—Sophia, no sé por qué sigues haciéndome esto —empieza, su tono lleno de una falsa preocupación que me eriza la piel—, pero te juro que yo solo quiero consolarte, estar contigo en este momento en el que las dos hemos perdido...Mi cuerpo se tensa de inmediato. No puedo soportar escucharla un segundo más.—Voy a detenerte ahí —la corto en seco, levantando una mano como si quisiera detener físicamente sus palabras—. Ni siquiera te atrevas a compararte conmigo, porque tú y yo no somos iguales, ni mucho menos estamos pasando por lo mismo.—Sophia… Lilian frunce el ceño, pero sigue con su actuación.—No. —Mi voz es firme—. No quiero
CAPÍTULO 51: Y YO TAMBIÉNDe camino al pent-house, me invade una mezcla extraña de emociones. Parte de mí está devastada. Había imaginado que, aunque las cosas con Alexander no fueran fáciles, al menos hablaríamos, pero se fue. Huyó. La decepción me pesa en el pecho como una piedra, es una sensación tan profunda que casi me ahoga.Subo en silencio por el ascensor, con la vista clavada en los números que cambian lentamente. Mi mente no deja de repetirse lo mismo: «se fue, se fue». Pero cuando cierro la puerta detrás de mí y la soledad del pent-house me envuelve, me doy cuenta de que, a pesar de todo, no puedo odiarlo. No siento que se haya aprovechado de mí. En lo más profundo de mi corazón, sé que fue la noche más mágica y maravillosa de todas. Y esa realidad me asusta más de lo que puedo admitir.Me acerco a la ventana y miro la ciudad desde lo alto. El viento choca con los cristales, y durante un segundo me siento frágil, como si todo estuviera a punto de romperse. No puedo lidiar c
CAPÍTULO 52: EL REGRESOPensaba que podría quedarme más tiempo lejos de todo, apartarme del caos que rodea mi vida, pero la noticia del ACV del señor Harrison cambia todo. Me obliga a regresar. Me encuentro reservando el primer vuelo disponible de vuelta a California, con una terrible sensación de ansiedad y desesperación en el pecho. No puedo evitar recordar lo que sucedió en mi otra vida, cuando Harrison quedó en coma por meses y nunca despertó. Ahora que lo sé, intento convencerme de que tal vez ahora sea diferente, tal vez no sea tan grave. Pero la incertidumbre se cierne sobre mí, ahogando cualquier esperanza.Subo al avión con una mochila ligera, y mientras el aparato despega, dejo que mi mente divague entre recuerdos y dudas. La última semana en Oregón me dio un respiro, pero ahora siento como si todo el peso del mundo volviera a caer sobre mis hombros.Cuando el avión finalmente aterriza en California, bajo rápidamente y me dirijo a la zona de equipaje. Estoy cansada, emocion
CAPÍTULO 53: PONIENDO TODO EN ORDENMi cuerpo tiembla de la pura rabia. A pesar de que el transcurso de los eventos ha transcurrido de manera diferente, hay cosas que simplemente nunca cambian. Ethan está empezando a mostrarme su verdadera cara ahora que piensa que estoy sola e indefensa, sin embargo esta vez será muy diferente, y si cree que podrá controlarme a su antojo está muy equivocado.Avanzo por el pasillo para tomar el ascensor. Las puertas se abren y solo salen dos personas, dejando el pequeño cubículo vacío. Entro con cierto temor, no me gusta estar sola en lugares cerrados, pero de todos modos lo hago.Sin embargo, antes de que se cierren las puertas, una mano se atraviesa en medio de las puertas e impide que se cierren. Alexander se mete y acto seguido, las puertas se cierran dejándonos solos en el reducido espacio. Mis pulsaciones se disparan de inmediato, pero intento con todas mis fuerzas, pretender que no sucede nada.—Sophia, ¿todo está bien? —me pregunta.—Por supu
CAPÍTULO 54: EL TESTAMENTOLa hora de leer el testamento al fin ha llegado. El reloj marca las tres en punto cuando veo a Parker estacionar su auto en la entrada, siempre tan puntual, con su traje impecable y su inseparable maletín de cuero negro. Ethan ya está en la casa desde hace unos minutos, pero he evitado salir de mi habitación hasta ahora. No tengo ninguna prisa por enfrentar lo que está a punto de suceder, pero sé que es inevitable.Bajo las escaleras con calma, observando desde arriba cómo ambos, Lilian y Ethan, parecen más tensos de lo normal. Por supuesto, en la vida que no recuerdan, eran ellos quienes se aseguraban de tener todo bajo control debido a mi parálisis. Ahora, esa sensación de dominio y superioridad les está resbalando entre los dedos. Y lo saben.Mientras mis tacones resuenan sobre los escalones, una ligera sonrisa cruza mis labios. No estoy aquí como la persona vulnerable y rota que ellos recuerdan. Soy mucho más fuerte de lo que imaginan.—Licenciado Parker