Capítulo 380
Daniela iba a perseguir a Diego, pero Mauro la agarró del brazo. —¿A dónde vas? No vayas.

Daniela lo apartó con fuerza. —¡No te metas!

Daniela corrió tras Diego.

Mauro apretó los puños con enojo.

Daniela siguió a Diego hasta un pequeño hospital. Sandra estaba en una cama blanca, aún inconsciente.

Diana lloraba sin parar, su rostro estaba pálido de miedo; una vecina la consolaba.

Diego se acercó inmediatamente. —¡Diana!

—¡Diego!— Diana se lanzó a los brazos de Diego, llorando desconsoladamente. —Diego, mira a mamá, no se despierta…

Diego consoló a Diana y luego miró a Sandra en la cama. —¡Mamá!

Sandra no reaccionó.

La vecina dijo: —Diego, deben ir a un hospital grande. El médico ya vino y dijo que su madre necesita atención especializada, no se puede esperar. Pero las camas en los hospitales grandes están ocupadas, y no sabemos qué médico es mejor… ¿qué hacemos?

La vecina suspiró. Sabía que el padre de Diego había muerto, y que él mantenía a su madre y a su hermana. La desgracia siemp
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