Capítulo 384
Daniela sintió un calor en la nariz, se tocó y descubrió que le sangraba la nariz otra vez.

—¡Ay, me volvió a sangrar la nariz!

Diego rápidamente tomó un pañuelo de papel y se lo introdujo en la nariz. —Levanta la cabeza.

Daniela levantó la cabeza. —¿Por qué siempre me sangra la nariz cuando estoy contigo?

Diego la miró. —Ya está.

Daniela lo miró. —¿Por qué no dices nada?

¿Qué podía decir?

Diego no dijo nada, se dio la vuelta para irse. Volvía a ignorarla.

Daniela se interpuso en su camino y le ofreció el ungüento. —Toma esto.

—¿Qué?

Daniela señaló sus hombros, ahora enrojecidos. —Hoy has cargado muchos sacos de cemento, tus hombros están rojos. Úntalo cada noche y no te dolerán.

Diego la miró, sin hablar.

Daniela dijo: —Tómalo.

Diego extendió la mano para tomar el ungüento. Pero la tomó con fuerza, jalándola hacia él, haciendo que Daniela se estrellara contra su pecho sin previo aviso.

Daniela levantó la vista, su rostro estaba a centímetros del suyo. Recién salido de la ducha, su cab
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