Aryan salió por la mañana temprano. Como le dolía mucho la cabeza, salió a comprar medicinas para el dolor de cabeza.

Inesperadamente, cuando regresó, fue herido accidentalmente por alguien que estaba peleando a un lado de la carretera.

«No me has hecho caso. Te dejé descansar. No me hiciste caso. Ahora, te haces daño. Tienes que descansar».

Emily no sabía si esto era bueno o malo. Después de volver a la oficina, le pidió a Terry que lo llevara al hospital.

Este tipo tenía que parar.

Además de vendarle el brazo herido, fue al servicio de medicina interna.

El médico le había regañado durante mucho tiempo porque estaba resfriado y tenía fiebre. Si iba al médico un poco más tarde, tendría una neumonía.

«Quedan cinco episodios». Aryan, que tenía un goteo intravenoso, miró a Emily con una expresión de preocupación en el rostro.

«Con empleados como tú, no sé si es una desgracia o una bendición». Emily suspiró levemente.

«¿Por qué?» Sally no lo entendía. «Una empleada tan buena, otros jefes