Capítulo 244

Emily estaba en trance. Aunque se despertó, sintió como si su alma estuviera perdida.

Sentada en la cama, se sentía sin fuerzas y tenía los ojos apagados.

Ya no veía a su abuela. Todo lo que tenía delante le resultaba desconocido.

El hombre la ayudó a tumbarse en la cama. Volvió a cerrar los ojos. Estaba ansioso y dijo: «¡Emily, ya no puedes dormir!».

«¡Doctor, haga rápidamente el examen!»

Los médicos y sus ayudantes se apresuraron. Después de un chequeo, alguien hizo la infusión y alguien le puso la botella de oxígeno. Todos tenían prisa.

En el rabillo de los ojos de Emily, cerrados con fuerza, rodaron unas lágrimas brillantes que mojaron la toalla de almohada que tenía al lado.

Aunque cerraba los ojos, estaba despierta.

Se daba cuenta de que su abuela no volvería nunca.

El médico y la enfermera estuvieron ocupados mucho rato, pero Emily seguía con los ojos cerrados y no hablaba.

Al final, Henry hizo un gesto con la mano y los médicos y las enfermeras se marcharon.

Sólo quedaban ello
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