Después del tiroteo, el maldito Vladimir ingresó a la casa con Yoli y no pude hacer nada. Hubo bajas considerables de ambos lados y por un momento pensé que lastimarían a mi Pecosa ¿Ahora es mía? ¡Mierda!
— ¡Dyron! Vamos a curarte esa herida - estoy tan furioso que ni siquiera siento el ardor común del impacto.
— ¡Hay que sacarla de alli! Y rápido porque ese desgraciado va a hacerle daño - ladré a los hombres que tenía a los lados.
— ¡Tranquilo jefe la sacaremos de allí y a ese malnacido también! Aunque sea en pedazos - me grita Dick. Confío en él pero quiero sacarla yo y matarlo con mis propias manos.
— ¡Harold repórtate! ¡Maldita sea! ¿Dónde estás? - grité desesperado porque no me contesta.
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— ¡Por favor ayudaaaa! ¡Por favor noooo! - estaba desesperada, Harold esta herido en una pierna y un brazo, al caer se golpeó la cabeza y perdió el sentido.Me lanzé sobre él para cubrirlo y que no le llegara ninguna bala ¡Ok! Eso es estupido pero ¡No voy a dejarlo! El me cuidó cuando yo lo necesité. ¡Oh, Dios mío! Dyron esta aqui y esta disparando.— ¡Pecosa baja la cabeza! - la bajé y le disparo al hombre malo, éste cayó de espaldas impactado por los disparos y el Adonis se doblo y parecía dolorido.¡Dios! Que no sea nada malo, pero el malo Vladimir se levanta y dispara — ¡Cuidadoooo! - es tarde, ya le llegaron las balas a la espalda y en un hombro, lágrimas corren por mis mejillas; veo como se inclina hacia adelante, todo pasa frente a mis ojos en cámara lenta, Dyron va cayendo poco a poco y su costado sangra, cae impactando con el piso y entonces grito desesperada —¡Noooo! ¡Nooo! ¡Maldito asesino! - no se de donde saqué el coraj
Thamara entró a la habitación como una fiera y quiso atacarme, Harold la detuvo y yo lo único que logré hacer fué cubrirme con la sabanita de la cama clínica ¿Qué le pasa? ¿Se volvió loca? Mi madre trato de calmarla y no lo logró.— ¡No! ¡Esta mal por su culpa! Debió dejarla morir allí¡ Se lo merecía - mi cabeza comenzó a dar vueltas con flashes de lo ocurrido y casi revienta del dolor.Comienzo a llorar, no puedo detenerme estoy que me desmayo y Thamara no deja de gritar, mi madre le dice cosas dulces para calmarla. Ella no cede chilla, grita patalea y llora pero ya no puedo entender lo que dice me duele demasiado la cabeza.— ¡Thamara! ¡Cálmate por favor! - esa voz de trueno es la del abuelo. ¡Ay Dios! Esta enojado.— ¡Abue! Yo, yo...— ¡Lo sé mi ojos de gato! ¡Lo sé! Todos estamos preocupados, ahora necesito que te tranquilices ¿Si? - destapé mi cara y vi a mi abuelo abrazando a la Cuaima. Me hiz
Yoli¡Me duelen los brazos de las puyas! me desangraron, los médicos son matasanos que no solo te desangran sino que te someten a unas máquinas que enloquecen tu cerebro y hacen que te canses porque te revisan la cabeza como si fuese un libro abierto. Mi mal humor vá en aumento y el genio endemoniado que tengo sale a flote, grito y pataleo atada a la máquina de la cabeza por lo cual tuvieron que sedarme y ahora parece que estoy en la estratósfera, me siento en el aire y tengo mucho sueño. Los médicos hablan con mi mami y el abuelo al respecto, no seque dicen porque la pendejera que cargo encima me supera y los ojos se me cierran solos.— ¡Pero Dr. Freites, ella no recuerda! ¿cómo sucedió eso? - me encuentro sentada en la cama con un plato de cereal con leche descremada pero, escuchar la angustia de mi madre al hablar me produce náuseas y ya no deseo comer.— Sra. Méndes - responde el médico con paciencia — Debemos darle tiempo
— ¡Debo sedarlo de nuevo porque es vital su tranquilidad! - informa el Dr. Freire a mis padres, Anton y a mi dulce esposa.— ¡Pero si no habla no hay problema! ¿verdad? - gime Thamara. Le sucede algo y debo averiguarlo pronto porque sinó me van a inducir un coma. Quiero ver a Yoli pero solo pensar en ella me altera y una de las balas continúa en mi pulmón, es importante el descanso para que no se mueva, me tienen sedado para que me mantenga tranquilo pero sé que lo mejor sería el coma.Mi madre llora desconsolada y yo quiero golpear algo porque no me agrada que los míos sufran, no descanso pensando que el puto Vladimir está vivo y se encuentra libre. Respiro profundo. La herida no duele, es dentro donde duele, dentro del pulmón izquierdo, esa fué la causa del colapso que sufrí hace una noche, por ahora el pitido de las máquinas me indica que todo se encuentra bajo control y prefiero que continúe así. Anton me observa tratándo de descifrarme pero mi
Dyron¡La operación fué un éxito! aún no puedo moverme pero; ya no duele tanto como para desmayarme, el sabor de la sangre en mi boca se ha disipado y llevo diez días ya comiendo normal y no por endovenosas. He perdido mucho peso, sin embargo los resultados han sido excelentes gracias a mi condición física y lo sano que me he mantenido siempre. Aquí en la clínica están todos pendientes e incluso una preciosa enfermera que viene en las mañanas me dedica más cariño de lo usual y bueno, no puedo quejárme de ese tipo de atención incluida ¿no? Me encuentro inclinado hacia adelante y con un vaso de jugo de fresas en las manos, el sorbete es vital - según Freire - ya que me permite pasar la cantidad exacta de líquido y mi esófago, aún un poco inflamado no sufrirá. Está muy bueno y frío, cosa que agradezco porque tengo mucha sed.La chica ingresa con una sonrisa en los labios y me observa con deseo, siento mi sangre correr un poco más rápido de lo nor
Diez meses después...El cuerpo de la chica se estremece de dolor bajo el azote del látigo, su piel color caramelo me incita a lastimarla ya que deseea complacerme. Su cabeza gacha y actitud sumisa ante mi presencia aumenta mi deseo por causarle dolor y placer a lavez.— ¡Si lloras y suplicas te dejaré! ¿qué dices nena? - le susurro al oído sus opciones y le doy un minuto para que las sopese.— ¡No, quiero que duela para obtener la recompensa! - me susurra con un dejo de rebeldía balo la bruma de su excitación, la humedad en su entrepierna a nivel de los muslos provoca en mí la necesidad de recompensarla por su obediencia.La tomo del cuello e inclino su rostro hacia atrás para invadir su boca con la lengua, sus ojos entrecerrados deleitan y hacen aflorar mi sádico interno y golpeo su muslo izquierdo justo en el pliegue donde termina su redondo y duro glúteo, gime y su respiración trabajosa me indic
La semana pasó volando entre el trabajo, el entrenamiento y mis pensamientos lujuriosos, soy una pervertida aunque nunca haya tenido sexo. Estoy obsesionada con Harold y eso no es bueno ya que mi terapeuta dice que las compulsiones después de un episodio trágico y contundente, pueden llevarme a un desequilibrio emocional. Con mis antecedentes bulímicos eso puede ser un verdadero problema. El buen doctor me ofreció una gama de opciones para mi relajación, el programa consta de ejercicio tres horas al día, un empleo, cero alcohol y continuar con los medicamentos que me producen sueño, en realidad las pesadillas ya no me atacan frecuentemente, son muy pocas ahora pero continúo con el presentimiento de que exíste algo más que debo saber y me lo están ocultando. Por ahora no he decidido si quiero investigar pero no es por falta de curiosidad, sinó por falta de tiempo; soy la representante de las Empresas de mi padre y estudio en la Universidad de Columbia, Administración de Empresas, con
Hola, hola preciosuras...¡Lo sé, es imposible que este libro termine aquí!Esta es la primera entrega de ésta historia que es fresca y atrevida, tierna y con mucha carga emocional.¡Ah, y como no podía faltar!La parte erótica de la trama está buenísima.Les invito a leer la segunda parte del libro “ el Pecado de Yoli".Y para que se animen, aquí les dejo la Sinopsis…"Esta segunda entrega viene con una carga emocional extrema y un cambio radical de los protagonistas al haber sido victimas del terror frente al haber estado al borde de la muerte. La experiencia fatídica dio paso ala madurez y reflexión en sus sentimientos, los obstáculos ahora serán más dificiles con un asesino suelto y humillado por la mano de Yoli.¿Se aclararán los secretos?¿Se resolverán los conflictos?¿Qué saldrá a la luz en torno a la lectura del Testamento dejado por Michell Sh