EVERLY
—¿Estás segura? —me pregunta Vladimir con voz ronca.
—Sí.
Sella sus labios contra los míos y gira para estar encima de mí, abro la boca dándole acceso, me mete la lengua y encuentra la mía. Sabe a licor, menta y empujo a Kavan al fondo de mis pensamientos.
—Sabes tan bien —susurra besando mi cuello.
Su boca encuentra mis pezones y succiona con fuerza. Arqueo la espalda al notar lo delicioso que se siente, sin pensar gimo y mis bragas se mojan. Sus labios rozan mi piel como si fuese un experto, sus manos me tocan como si fuera una escultura que lleva años deseando moldear y cuando me baja las bragas del bikini, abre mis piernas comié
EVERLYKavan pisa el acelerador como maniaco, Emma decidió de buenas a primeras pasarse a la parte trasera del carro junto con León, quien mantiene su cara de hijo de puta silencioso. Los miro por el espejo retrovisor y me sorprende el hecho de que nadie diga nada de lo sucedido, mi hermanastro no me quiere responder, así que me volteo hacia su amigo, quien mantiene su distancia.—¿Cómo nos encontraron? —le pregunto—. Es decir, no sabían donde estábamos, por lo que debieron hacer algo para localizarnos.León Verne se queda callado sin saber qué decir o qué hacer, lo comprendo, seguro que Kavan movió sus malditas influencias para localizarnos y amenazarlo con acompañarlo para luego cortarle las bolas. León no dice nada, solo a
EMMANo entiendo qué es lo que hago aquí, tampoco pregunto, ya que no es que León Verne me dé miedo, pero me intriga saber sobre él, por ello, no digo nada en cuanto llegamos a una casa enorme casa, estaciona el auto y bajo sin que me hable, camina hasta la puerta, abre y tampoco se molesta en decirme que quiere que entre, por lo que me congelo bajo el umbral, observo que sube las escaleras dando enormes zancadas y declino la idea, giro sobre mis talones y comienzo a devolverme hacia la entrada.No me molesto en cerrar la puerta, saco mi móvil y comienzo a teclear esperando encontrar un Uber cercano, eso es lo que hago, pero antes de que pudiera llamar, mi celular es arrebatado de mis manos.—¿Qué haces? —me pregunta León con
EVERLYMe remuevo incómoda, quisiera decir que he pasado una de las mejores noches de mi vida, pero no es así, luego del episodio de Jolie y de Kavan, de la noticia de que van a ser padres, las reglas han cambiado, al menos para mi sí, y eso es porque puedo ser perra y jugar sucio, pero cuando hay inocentes de por medio, me sé retirar como lo estoy haciendo ahora, no importa lo que piense Kavan o si está de acuerdo.Abro los ojos y de mala gana me levanto, no podía ir a la casa con mi padre, al menos no por ahora, y tuve que cerrar con llave y con el miedo de que el hijo de puta entrara y me follara, para mi buena suerte no fue de esta manera. Tenía que ir a la Universidad a terminar con mis prácticas para mi tesis, así que me doy una ducha, me alisto y bajo para desayunar algo ligero antes de irme.
KAVANTermino de firmar los papeles y me recargo sobre mi silla cerrando la última carpeta, he estado trabajando con León desde la mañana, sin descanso, no dejo de pensar en Everly y en el error que cometió Jolie al decirle lo del bebé, la muy rata se mantiene escondida sin dar la cara, haciéndose la importante, si piensa que le voy a rogar, se equivoca, no lo pienso hacer, no me interesa, pero mientras acabemos con ese problema antes, mejor, no quiero hijos, tenerlos no es una opción. No cuando estoy en la cima del éxito.—Bien, creo que ya hemos acabado —dice León sacando su móvil para encenderlo.Una de las reglas que impuse hoy fue que nada de interrupciones, solo me tomé la molestia de llamarle a Everly fue para dejarle
EVERLYLa ola de calor que me invade hace que mueva las caderas al ritmo de la música sensual, la fiesta se ha salido un poco de control, pero nada que no pueda manejar, mis amigos se divierten y yo igual.—Te ves muy hermosa —dice Vladimir aferrándose a mis caderas con poca soltura.—Gracias.La canción cambia y Vladimir me ayuda a bajar de la mesa de Kavan.—Ven, vayamos a un lugar más privado —me dice y asiento con la cabeza.Lo dirijo hacia la habitación de Kavan y cierro la
EVERLYLa música se apaga y escuho que León les grita a todos que se vayan a sus casas, mis amigos silban en desacuerdo, pero comienzan a salir del departamento, Kavan tiene a Vladimir sujeto, lo encuella y lo acorrala contra una de las paredes, me quedo quieta esperando a que haga su movimiento, pero todo lo contrario, no hace nada, ambos se miran desafiantes.En los ojos de Vladimir no hay miedo, mucho menos rabia, y eso se debe a que él no sabe lo que había entre Kavan y yo, lo mira como un hermano mayor celoso, es por ello que no actúa mal.—Kavan, suéltalo —le toco el hombro y siento como tensa su cuerpo.La respiración de ambos es acel
EVERLYLos besos de Kavan son demasiado voraces, he perdido todo conocimiento y el tiempo de cuanto lleva besándome, mientras lo hace no deja de tocarme el cuerpo y de empujar las caderas, soy una idiota al haber pensado en que quizá con Vladimir podría olvidar este deseo enfermo que siento hacia mi hermanastro Kavan.Soy una mala persona, lo sé porque acabo de decirle a un buen chico que acepto ser suya, y ahora estoy aquí, dejando que me bese, que me toque, mojando las bragas por él, deseando tenerlo dentro.—¿Ahora lo comprendes? —gruñe al oído, besando mi cuello.Haciendo que toque las estrellas, y es que ese es uno de mis puntos m
VLADIMIR Doy un golpe lleno de rabia al costal, uno tras otro, odio que me tomen como un imbécil, y más cuando se trata de defender lo que por derecho ya es mío, si algo es bien sabido es que los Hilton son difíciles por naturaleza, Everly siempre lo fue, pero eso no quita el hecho de que ante mis ojos siga siendo la niña pequeña a la que sigo y defiendo, su actual hermanastro; Kavan Griffin, se toma su papel muy en serio. No miento cuando digo que lo admiro, es uno de los empresarios más poderosos y ricos del país, pero de cerca, es un hijo de puta que puede llegar a ser un dolor de culo. Muevo el cuello con estrés, me detengo para tomar un poco de aire y estoy tan adentrado en mis propios pensamientos, que no me percato de que Bety Wattborn ya está a mi lado esperándome con una toalla para limpiar mi sudor. —Hoy estás un poco alterado —dice la morena de ojos negros—. Es como si algo te molestara. Bety es la hija del dueño