—¿Cómo puede ser posible? —pensé, mi respiración se tornó entrecortada; sus ojos de pronto se elevaron como si detrás de mí hubiese otra persona, el rostro se le relajó un poco.—Ethan —susurró, giré hacia atrás para toparme con el cardenal rojo que flotaba por encima de mí, luego Victoria perdió el conocimiento, mi apariencia la había aterrado hasta el punto del desmayarse.—¡Victoria! —se oyó un grito en uno de los caminos del bosque, giré hacia donde se originaba el vocablo. A una corta distancia de nosotros se encontraba una joven, llevaba puesto el mismo uniforme que Victoria. La muchacha pecosa de ojos grandes y cabellera roja me contempló con miedo y era lógico, frente a ella no estaba un hombre, sino una bestia con los ojos rojos de ira; luego aquel temor cambio a otro sentimiento cuando sus ojos se pendieron de Victoria que aún seguía debajo de mí causando que un instinto protector reluciera, y como toda una guerrera se enfrentó a mí caminando con pasos firmes.—¡No voy a per
Habían llegado al internado, pude ver cómo entraban y como la llevaban dentro del recinto; continué escondiéndome, está vez en los árboles que se encontraban cerca de los ventanales del edificio, hasta que las voces y los olores me guiaron hacía mi objetivo: ella. Me concentré para escuchar las voces que la rodeaban.—Creo que lo más conveniente es que la llevemos a un hospital, ahí tendrán cuidados más adecuados —opinó su padre con la preocupación a flor de piel.—Solo ha sufrido un desmayo —dijo la enfermera del internado —sus signos vitales están estables —agregó mientras la revisaba, en acto seguido colocó un algodón untado con alcohol bajo sus narices.—Debe calmarse —le pidió, mientras continuaba tomando la tensión de Victoria, comprobándola minuciosamente, a los pocos minutos entró la doctora. Victoria aún no recobraba el conocimiento, a su lado, pero no tan cerca se encontraba Abby, a ella también la estaban verificando y a la vez interrogando por la fuerte explosión que se ha
VictoriaHabía optado por el silencio, era mejor que dar explicaciones que me condenaran ante los oídos incrédulos de mi padre. En el auto no hizo más que hablarme sobre lo sucedido, empleando palabras suaves, pero no se puede embellecer lo que por naturaleza es tosco. Mi mente evocaba a Adrián y mientras lo hacía, mis ganas de vivir resurgían. Me aferré al relicario y lo apreté con fuerza, me lo había colocado en su honor. Las palabras de mi padre cesaron al ver cómo me aferraba al dije.—Nunca te había visto esa joya ¿Puedo detallarlo?—Puedes —asentí, él analizó mi rostro antes de proceder y su semblante se relajó, y a decir verdad me sentía mejor; a pesar de las horas amargas que había vivido, mi alma se había llenado, lo había encontrado y no solo eso Ethan estaba a mi lado; había sido él quien me guío hacía al encuentro con Adrián, de eso ya no me cabía dudas.—Vicky este relicario es costoso. Esa pequeña rosa en su centro está labrada en rubí. Creo que es mejor que no lo uses,
—Puedo vernos morir, ¿Lo estamos? —susurré.—Sé exactamente lo que quieres mostrarme —dijo suavemente cerca de mi mejilla.—Sé que eres bueno… sé que eres realmente bueno —mi voz se volvía un suave jadeo, la de Adrián seguía mi camino.—Has silencio —me pidió. Él intentaba seguir descifrando mis secretos, en acto seguido me acercó más hacia él sin despegar su mano del sitio donde estaba, hasta que inesperadamente sentí su boca situarse sobre la mía; dulce, sensual e hipnótica. Experimente como si fuera la primera vez que me besaban; en ese extraordinario momento yo estaba conociendo lo que era un beso de amor verdadero. Su boca creaba mis nuevos labios, mientras su lengua iniciaba a navegar en mi interior, logrando que todo mi ser se incendiara, colisionando; Adrián iba arrancando de mí, partículas que comenzaron a girar para luego ir ensamblándose, creando mi propia luna, mi propio satélite natural. Él se volvía mi equilibrio y mi fuego, aun así, no pude evitar sentirme mal ¿Acaso te
Adrián.Conocer a Victoria había hecho arder las huellas de mi hoguera pasada; no obstante, enterarme de que mi padre y su círculo más íntimo sabían de su existencia y no decírmelo, logró que me sintiera traicionado. Debía sospecharlo, había algo oculto en cada percepción, en sus movimientos y cada reunión con los clanes. Yo iba descubriendo nuevamente mi fragilidad, la guerra volvía y los míos me habían traicionado.—Tu descuido volverá a colocarte en el lugar de la víctima, ya lo puedo percibir —Cristian se unió a mí al verme dubitativo.—Ya no lo pueden impedir, dime ¿También lo sabías?—No Adrián, yo también me sorprendí cuando sentí su alma, pero lo que más me sorprendió fue tu reacción, bastaron tan solo unos minutos para postrarte ante ella. Creí que todos estos años te habían vuelto más fuerte, siempre escuché que los centinelas amaban únicamente una vez, pero tú al parecer sigues rompiendo las reglas demostrando que todo es cambiante hasta en nuestra raza.—No es debilidad, e
—En aquel momento no lo vi venir hijo, no sabía lo que hacía Luthzer, si no créeme que fuera hecho algo al respecto, pero por desgracia a él nada se le escapa y cada paso ya lleva tiempo premeditado en su mente —me explicó.—¿Por qué el propio Luthzer no lo despierta? ¡Acaso no es el más poderoso!—No sabemos que conjuro uso —dijo Bacco.—¡Ella es su hija!… Victoria tiene que ser hija de Luthzer.—Es lo más probable Adrián —declaró mi padre.—Entonces de ser cierto, Arturo y Victoria son hermanos; y por lo que vi en la mente de Victoria, él la ve con deseo.—¿De qué te sorprende? ¿Acaso un demonio le importan los parentescos? Para los oscuros la importancia es la pureza de la sangre; el linaje —repulsión era la palabra que se repetía en mi cabeza, había encontrado la luz para perderla otra vez.—Por esos motivos la hemos estado vigilando de cerca sin intervenir; hace poco tuvimos que actuar, realmente queríamos que el hijo de Eleonor viviera, desgraciadamente no pudimos salvarlo, pero
La despedida ya estaba llegando; Emily, Lucy y Abby fueron a mi casa, habíamos decidido reunirnos antes de mi viaje. Todo era tan triste, a pesar de haber visto a Adrián, una parte de mí seguía marchita.—¿Así es como termina todo? ¿Cada quien sigue su camino? —dijo Emily con voz entrecortada.—No, Emily, todo no termina aquí. Nos volveremos a ver, y más pronto de lo que imaginan —mi respuesta sonó con tal seguridad que hasta yo misma me sorprendí. Lucy me abrazó con fuerza y me regaló una estatuilla de San Miguel Arcángel.—Gracias, Lucy es hermosa.—Mi tío, el sacerdote, dice que San Miguel Arcángel es un guerrero contra el mal y destruye demonios, así que ponla en la mesita de tu cuarto.—Lo haré, te lo prometo —Emily estaba ahogada en su llanto, me levanté hacia ella y la abracé.—Te dije que estaremos juntas siempre, la distancia no separara una amistad verdadera, por otro, lado Estuardo te necesita —le recordé.—Tienes razón, pero tú eres mi hermana ¡Me voy a sentir incompleta!
La noche anterior del viajeLa lluvia azotaba con furia el cristal de la ventana, nuevamente el miedo se acunaba en mi fiero interno, reviviendo las palabras de Nahethis que cobraban vida en mi habitación: — “Adondequiera que ellos lleguen la peste los acompaña como su más fiel sombra, advirtiendo la antesala de su destrucción” —me llevé una mano al pecho para sosegar mi angustia, pero era imposible calmarla; el viento frío que se colaba por las rendijas del ventanal me advertía la presencia de aquel engendro. Caminé lentamente hacia la ventana, ya cerca descorrí las cortinas, mis ojos trémulos hurgaron entre la oscuridad de la noche hasta toparse con lo que ya de antemano presentía.El espíritu de Arturo Palacios se encontraba inmóvil como una masa oscura flotando a unos cuantos centímetros del piso, contemplando fijamente hacía mi ventana, el corazón me dio un vuelco de pavor al comprobar que yo podía verlo a pesar de aquella luz mortecina y distorsionada causada por la lluvia y el