Capítulo: Un Despertar de AmorLa luz del amanecer se filtraba suavemente a través de las cortinas de la pequeña casa de huéspedes, llenando la habitación con un resplandor cálido y tranquilizador. Naty se movió entre las sábanas, despertando lentamente. Al abrir los ojos, se encontró en la cama, cubierta con una manta que la protegía del fresco matutino. Miró a su alrededor, susurrando en su mente una pregunta: "¿Fue todo un sueño?"La noche anterior con Fernando había sido tan perfecta, tan llena de amor y promesas, que ahora parecía irreal. El temor de que todo hubiera sido una ilusión se apoderó de ella, y sin poder contenerse, comenzó a llorar. Las lágrimas brotaron silenciosas, deslizando surcos cálidos por sus mejillas, hasta que el suave sonido de la puerta abriéndose la sacó de su ensimismamiento.Fernando entró con una bandeja en las manos, una sonrisa tranquila en su rostro, pero esa expresión se desvaneció al ver las lágrimas en los ojos de Naty. Dejó el desayuno en la me
Capítulo: Un Día para el Amor La Navidad trajo consigo una paz inusual, como si todo el mundo se detuviera por un día para celebrar el amor y la unión. Para Naty y Fernando, fue un día especial, uno que ambos necesitaban desesperadamente. Después de meses de distanciamiento y dolor, finalmente estaban juntos, listos para disfrutar de un día de amor y redescubrimiento. Naty aún lidiaba con los malestares de una infección urinaria, lo que limitaba sus actividades. El mar y la arena parecían tentadores, pero prefirió quedarse en la casita, resguardándose de cualquier posible molestia. "Por las dudas", decía ella con una sonrisa suave, disfrutando de la idea de ser mimada por Fernando. La casita, con su encanto rústico, parecía el lugar perfecto para ellos. Los muebles de madera, la chimenea encendida, y la brisa marina que se filtraba a través de las ventanas creaban un ambiente acogedor y lleno de amor. Fernando no podía dejar de mirarla, maravillado por su fortaleza y belleza. Par
La noche cayó con una serenidad envolvente en la pequeña casita. Naty y Fernando se acurrucaron juntos en la cama, sus cuerpos entrelazados bajo las suaves mantas. El calor de sus abrazos y la tranquilidad de su presencia mutua crearon un refugio de paz y amor. Fernando acariciaba suavemente el cabello de Naty, mientras ella descansaba su cabeza sobre su pecho, escuchando los latidos de su corazón, cada uno de ellos un recordatorio de lo profundo de su conexión.Dormir juntos así, abrazados, era un bálsamo para el alma de ambos. Sentirse amados, protegidos y valorados en cada susurro, en cada caricia, les permitía sanar las heridas del pasado. Naty, con los ojos entrecerrados, susurró un "te amo" antes de quedarse dormida, y Fernando le respondió con un beso en la frente, prometiéndose a sí mismo que siempre estaría ahí para ella.La noche pasó con la serenidad de un sueño reparador. Al amanecer, los primeros rayos de sol se filtraron a través de las cortinas, iluminando suavemente la
Fer llegó al chalet con una sonrisa rebosante, una que no podía ocultar. Cada paso que daba lo acercaba más a Naty, y al verlo, los niños salieron corriendo a abrazarlo. Dylan, con su carita de pocos amigos, lo abrazó fuerte, pero al separarse lo miró fijamente y, con una ceja levantada, le preguntó:—¿Te vas a casar con mi madrina? —su tono era serio, como si estuviera haciendo una importante pregunta de vida o muerte.Fernando, por un momento, se quedó congelado. No sabía si tomarlo en serio o si el pequeño estaba jugando. Pero Dylan, tan celoso como siempre, insistió.—Porque si no te casas con ella, no pueden dormir juntos como lo hacen mis papis. —Dylan se cruzó de brazos, como si hubiera dado una sentencia final.Gabo y Flor no pudieron evitar reírse al ver la incomodidad en la cara de Fernando, pero apoyaron a Dylan en la moción. Flor, con su tono juguetón pero tierno, se acercó a Fer y, como si fuera la más sabia del grupo, le dio una sugerencia.—Sabes, Fer, que este niño tie
La mañana amaneció con un cielo despejado y una brisa cálida que prometía un día perfecto. Naty se estiró en la cama, sintiendo el calor suave del sol filtrarse por las cortinas. Al abrir los ojos, se encontró con la mirada tierna de Fernando, que la observaba con una sonrisa serena.—Buenos días, mi amor —susurró Fer, acercándose para besarla suavemente en la frente.Naty sonrió, sintiéndose completamente feliz. Habían decidido que ese día sería para disfrutar de la ciudad, para crear nuevos recuerdos y compartir momentos inolvidables. Después de un desayuno ligero, Fer la tomó de la mano y salieron a recorrer las calles.La ciudad estaba viva, llena de colores y aromas que invitaban a explorar. Caminaron por el centro, admirando los edificios históricos, las plazas llenas de vida, y las tiendas con sus vitrinas decoradas. Naty, emocionada, señaló una heladería que recordaba de una visita anterior.—¿Vamos por un helado? —preguntó, con los ojos brillantes de alegría.Fer asintió, enc
Capítulo: La Propuesta Perfecta La semana de vacaciones pasó volando, entre risas, abrazos y momentos de complicidad. Naty y Fernando disfrutaron cada instante juntos, fortaleciendo su amor y esperando con ansias los resultados de los últimos análisis. Finalmente, el día llegó, y con él, la noticia que tanto esperaban: Naty estaba libre de la infección. Cuando salieron del consultorio, Fernando no pudo contener su felicidad. Con una sonrisa de oreja a oreja, levantó a Naty en un abrazo y giró con ella en el aire. —¡Hoy es el día! —dijo riendo, sus ojos llenos de alegría—. ¡Podemos volver a nuestra vida normal! Naty rió junto a él, sintiendo una mezcla de alivio y emoción. Después de semanas de reposo y cuidados, al fin podía volver a disfrutar de las cosas simples que tanto extrañaba. —Sí, Fer, hoy es el día —repitió, abrazándolo con fuerza—. Gracias por estar a mi lado en todo momento. —Siempre, Naty —respondió Fer, mirándola con ternura—. Siempre estaré aquí para ti y para Nan
Capítulo: La Noche Más EsperadaFernando tomó la mano de Naty mientras salían del restaurante. La noche había sido perfecta, pero aún había más en su plan. La condujo hacia la suite que había reservado en el hotel. El lujo y el cuidado en cada detalle reflejaban el amor y la dedicación que Fernando había puesto para hacer de esta velada algo inolvidable.Al abrir la puerta de la suite, Naty quedó sorprendida. El ambiente estaba iluminado por velas suaves, y el aroma de rosas frescas llenaba el aire. La cama estaba cubierta con pétalos de flores, y una suave música instrumental creaba un ambiente de calma y romanticismo. Todo era como en un sueño.Fernando, con una mirada llena de amor, la tomó por la cintura y la acercó a él.—Naty, esta noche es solo nuestra. Quiero que sientas cuánto te amo, cuánto te he extrañado.La noche avanzaba lentamente, y en la suite, el ambiente estaba cargado de una magia especial. Fernando tomó la mano de Naty y, sin decir una palabra, la llevó al centro
Capítulo: Entre la Costa y el Pueblo Natalia y Fernando disfrutaban cada momento en la costa, donde el sonido del mar y la brisa salada les ofrecían una paz que no habían experimentado en mucho tiempo. El embarazo de Nati avanzaba sin complicaciones, y cada día se sentían más conectados con el bebé que pronto llegaría a sus vidas. Sin embargo, el tiempo pasaba, y con ello, la necesidad de decidir dónde establecer su hogar se volvía inminente. Una Encrucijada de Corazones A Naty le encantaba la tranquilidad de la costa. Las largas caminatas por la playa, las tardes soleadas y la sensación de libertad que ese lugar le brindaba eran inigualables. Sin embargo, su corazón también estaba en el pueblo, donde había formado lazos profundos. Allí estaban Flor y Gabo, sus entrañables amigos, con quienes había compartido tantos momentos importantes. Además, sus ahijados y los niños de la comunidad le llenaban el alma con su alegría y vitalidad. El pueblo también albergaba su consultorio de