Estoy que... Waooo... Casas supergrandes... Muchos autos... Esto es como un sueño... Es un mundo diferente.

-Derek, ¿Este es tu mundo?

Le pregunto

-Si este es mi mundo y el tuyo también.

Asiento feliz.

Derek maneja el auto, no muy rápido para que yo observe todo.

-Pareces niña.

Dice Derek con una sonrisa.

¿-Niña? ya yo no soy una niña. Digo mirándolo.

Él solo sonríe y no dice nada.

-Lo primero que haremos Luz, es buscar tu identificación.

¿-Que es identificación Derek?

-Es algo, que tú no puedes perder y sí algún día te llega a pasar algo, te reconocerán por tu identificación.

Asiento sin entender del todo.

Él se detiene en una enorme y hermosa casa.

Nos bajamos de su auto, claro con su ayuda y me quedo observando todo sorprendida.

-Ven vamos. Dice tomando mi mano.

Él toca algo como un botón y esperamos un rato.

Una mujer muy hermosa nos abre la puerta.

-Derek, por Dios, es un milagro que estés aquí. Habla ella.

Nos deja pasar a su hermosa casa.

¿-Y Rafael está aquí? Pregunta Derek

-Si en su despacho... Y ella... ¿Quién es? Habla mirándome y luego mira nuestras manos.

-Oh, entonces... Están juntos. Habla afirmando.

-Hola, mi nombre es Ana. Me tiende su mano.

Miro a Derek y él asiente.

-Soy Luz. Digo estrechando sus manos.

Ella sonríe, me mira de arriba y hace una mueca rara.

-Lo siento Ana, pero necesito ver a tu esposo. Habla Derek.

-Claro, pasa.

Derek y yo subimos unas extrañas escaleras y luego taca una puerta.

-Pase. Se escucha una voz desde adentro.

Entramos y se encuentra un hombre, muy lindo por cierto.

-Derek amigo, al fin llegas. Dice él.

Se levanta de su asiento, Derek suelta mi mano y le da un abrazo al hombre.

-Es bueno volver a verte. Habla Derek.

Se separan.

¿-Entonces ella es la chica de la que me hablaste?

Derek asiente.

-Mucho gusto en conocerte soy Rafael.

Estrecho su mano y le digo mi nombre.

-vaya mujer, es preciosa. Dice Rafael.

Suelta mi mano y yo por instinto me aferró a Derek.

-Bien, tomen asiento y a lo que vinieron.

Nos sentamos y él me entrega una cosa rara, pequeña.

-Esa es tu identificación hermosa, de ahora en adelante te llamarás Luciana Jones Miller, pero te apodan Luz. Tus padres eran, Lucian Jones y tu madre, Emma Miller, murieron en cuando aún eras una bebe, te dieron en adopción, porque no tenías más familia, esa fue tu vida y así te he registrado por si tienes algunos inconvenientes.

Asiento.

-Perfecto Rafael gracias. Dice Derek.

-A la orden amigo.

Derek se levanta y me tiende la mano, la tomo y me pongo de pies junto a él.

-Fue un gusto, conocerlo Rafael y gracias por todo. Digo algo bajito y un poco de vergüenza.

Él sonríe

-Fue un placer hermoso, sí que eres linda y tierna. Dice sonriendo.

Le sonrió de vuelta.

-Nos vemos Rafael, quizás vuelva. Dice Derek.

Y salimos de ahí.

¿-Se van tan pronto? Dice Ana.

-Si, tenemos muchas cosas que hacer. Habla Derek

-Bien, vuelvan pronto. Dice ella sonriéndonos.

Le sonrió igual y salimos.

Derek me abre la puerta del auto y abrocha el cinturón.

Mientras lo hace observo su rostro, con un poquito de barba bien arreglada, sus largas pestañas y unos labios un poco rosados... Y la verdad tiene unos labios muy lindos.

Paso mis manos por sus labios y son muy suaves.

Veo como cierra sus ojos por unos segundos, luego los abre y me mira a los ojos.

De seguro no le gusto. Pienso

-Lo siento... No debí...

-No importa, eres mi prometida puedes hacerlo.

¿-En serio? Digo emocionada

-Si, así es, puedes tocarme donde gustes.

Sonrío emocionada.

Nunca he tocado a nadie y ahora el dice que no importa, esto es genial este mundo me gusta.

En mi aldea, no podía ni siquiera tocar la piel de otra persona, porque me decían que los contaminaba... Pero ahora tengo esa libertad.

Cuando Derek se sube al auto.

-Oye Derek... ¿Puedo tocar, a quién sea?

Él frunce el ceño.

-Claro que no, solo a mí, soy tu prometido, solo a mí puedes tocar.

-Esta bien, únicamente a ti tocaré, a nadie más.

Él asiente sonriente.

Sin embargo algo me perturba.

-Derek... ¿Y tú, tú si puedes tocar a otras personas?

Él me mira mientras conduce.

-No, solamente a ti Luz, eres mi prometida y por ende la única.

Sonrió y no agrego más nada.

Nos detenemos en una casa... No, no creo que sea una casa es muy grande.

-Derek ¿Qué es este lugar? Pregunto

-Aquí es una tienda, spa, salón de belleza y todo.

-Ooohhh, ¿entonces aquí es que me arreglarán?

Derek asiente.

Entramos al lugar.

Una chica mira a Derek muy sonriente y rara...

-Caballero ¿En qué le puedo ayudar?

-Necesito ropa para mi prometida y que le hagan todas esas cosas de mujeres... Y que me la traten bién ¿Entendido? Observo que le habla cortante a la chica y mala cara.

-Está bien señor, eso haremos. Dice la chica.

¿-Estas bien? Le pregunto.

Él me sonríe.

-Sí, ve anda con ella, yo te espero aquí.

Asiento y me voy con la chica.

En resumén:

Varias chicas me hicieron probar varias ropas raras, y zapatos extraños altos y bajitos, me dejaron de dar zapatos cuando les enseñe la herida en mis pies, que les dije que unos vidrios me hicieron eso.

Luego me pusieron muchas cosas en mi cara y piel, arreglaron mis uñas y por último el cabello, me cambiaron el color de mi pelo y me lo laciarón, como decían ellas.

Me enseñaron a como maquillarme y usar pintalabios.

Luego de unas cinco horas me miro en el espejo y no me reconozco... Estoy hermosa.

Tengo un vestido azul cielo, hasta las rodillas, arriba es ajustado y abajo suelto, junto a unos zapatos bajitos.

Me veo hermosa.

-Listo ya estás hermosa. Dice la chica que me ayudo a arreglarme.

Me entrega unas bolsas con mis ropas que compre.

-Por ahí te está esperando tu novio, debe de estar desesperado.

Sonrió.

-Gracias. Le digo a la chica.

-Gracias a ti, espero que vuelvas pronto.

Él sonrió nuevamente y asiento.

Me dirijo hacia Derek y lo veo sentado con el aparato que se llama celular en la mano.

Me paro frente a él y Derek sube la vista.

Se pone de pies y alzo la mirada para verlo a la cara.

-Waoo, estas... Hermosa