Cuando llegué a casa no había nadie.
Ramona vivía en la casa del frente con su amiga, la hija de la señora que me arrendaba y con la cual compartíamos patio y tampoco había nadie ahí. Le di agua y comida a los perros y me acosté. Debo haber estado muy cansado puesto que me costó mucho despabilar cuando Ramona me fue a golpear la puerta.
— Luis Felipe —Dijo—. Necesito hablar súper en serio contigo ¿Podemos salir al patio?
— ¿Donde andabas?— Pregunté.
— Ahora te voy a explicar. Necesito que hablemos.
— ¿Y Santi?
— Estaba cansado. Se durmió súper rápido.
— ¿Está al lado?
— Si.
Fuimos al
Exceptuando la constante comunicación telefónica que conservé con Fabián tras esa primera junta, poco volví a saber del resto del curso durante las semanas posteriores, pese a que todo el día se comunicaban por el grupo de WhatsApp. La última persona con la cuál tuve contacto virtual fue Karla, quien me envió un mensaje por Facebook. Estaba a punto de subirme a tocar a una micro cuando lo leí: "Fue bacán haberte visto de nuevo. Espero que te vaya bien en lo que hagas. Un abrazo".A Raúl tampoco lo volví a ver. No contestaba el teléfono y lo fui a buscar a su casa. Su madre me dijo que se había ido al sur a pasar fiestas patrias y que no tenía idea cuando volvía. Esa misma tarde de la visita frustrada recibí un mensaje de él y decía que estaba bien, descansando y preparándose para lo que se le venía; Retomar la pintura y escribir su libro sobre la famosa teoría del chapismo. Podía escribirle y él me respondería apenas pudiera porque h
CAPITULO 10La banda tributo a Red Hoy Chili Peppers anduvo bastante bien. Fue una buena dinámica para mentalizarse en el trabajo en equipo que dio bastante buenos resultados inmediatamente; Laburamos con bastante éxito con Leonardo inmediatamente al día siguiente tras haber ido a comprar el cajón peruano al Crown Plaza y por lo general todo funcionó mejor de lo esperado. Hubo manifestaciones estudiantiles durante toda la semana y por las noches llegábamos a mi casa a comentar aquello que observábamos con nuestros propios ojos o a seguir practicando repertorios nuevos, con Santi gateando alrededor de la casa intentando cantar y profundamente impresionado por lo que significaba el sonido de un cajón peruano manipulado por Leonardo. A mí hijo le gustó Leonardo, quien no lo ignoraba para nada y agarró la manía de ser el mismo quien le daba la comida tras jugar largo rato con él mientras yo cocinaba algo más condimentado para los dos. Fu
Decidí que responderle a Karla iba a ser un horrible paso en falso y preferí cambiar así como automáticamente de frecuencia antes de que a Leonardo se le ocurriese hacer sus típicas preguntas incómodas:— Me parece que hay que comprar algo —Dije— ¿Que se te ocurre?— Llegó tu momento, Luis Felipe. Compra algo que realmente sea abundante.— Tienes razón— Dije.Trás despedirnos del resto que aún seguía caminando en dirección hacia sus destinos, acudimos a una botilleria que había al frontis de una plazoleta. Las becker estaban en promoción: Tres por mil pesos.— &
CAPITULO 12Después de comer quedamos todos satisfechos; Demasiado lomo vetado y pollo asado, más unas papas cocidas que estaban gigantes junto a un pebre que entraba en la categoría de irrechazable.Nos pusimos a fumar marihuana y a beber más vino, del cual había un montón. La casa de Juan Ignacio era muy confortable y la música estaba a muy buen volumen. A pesar de andar todos con el cuerpo pesado hicimos un esfuerzo y sacamos los instrumentos con el fin de hacer un poco de música. Fabián se integró con su guitarra y los demás también con sus voces a acompañar como sea, a cantar las canciones que se sabían, de la manera que sea y como saliera.De vez en cuando, Leonardo hacía brind
Una vez que regresaron Leonardo con Fabián logré emborracharme definitivamente. Las fotos que mostraron de los paraderos y la locomoción colectiva invitaban a convencerse que la mejor opción era no hacerse dramas por las consecuencias que aquello iba a proporcionar para el laburo y eso a su vez entregaba la romántica resignación de que todo aquello había que aguantarlo como sea; todo era parte de un sacrificio colectivo para hacer cambios estructurales de una puta y buena vez. Al parecer Juan Ignacio también lo había tomado así, puesto que había andado de un excelente humor durante el transcurso de la tarde tras tomar la decisión de no abrir sus foodtracks, pensando que el toque de queda no iba a durar muchos días. CAPITULO 13Por la mañana, cuando me desperté, fui a la puerta de entrada de la casa y estaba abierta. Me había quedado dormido en la cama de Raúl, quien no estaba en su pieza. Tampoco estaban las latas de cerveza ni los cigarros. El reloj del celular indicaba que eran las ocho de la mañana y me puse las zapatillas. Me había despertado por el sonido que emitió un mensaje por Messenger de Juan Ignacio, quien me preguntaba que podíamos hacer nosotros como publicistas por la causa social y adjuntaba una publicación que aparecía en un grupo de facebook relacionada con lo mismo. Sin siquiera mojarme la cara tomé mis cosas y salí a la calle. Pese a emplear muy poco tiempo en hacerlo considerando que con la locomoción tuve bastante buena suerte, el viaje a casa se me hizo eterno.Cómo aún era demasiado temprano para ser un Capítulo 14
CAPÍTULO 14Estuve casi una semana sin ir a Santiago y me dediqué a recopilar y a cuestionar información como loco, ya que Ramona me dejó su tele para cuando tuviese que estar con Santi, a quien lo iba a buscar en la mañana y lo iba a dejar en la tarde. Prefería instruirme a través de videos grabados por los mismos manifestantes, puesto que ante la escandalosa cantidad de Fake news que empezó a circular por las redes era mucho mejor entender las cosas mediante la evidencia antes que a través de las explicaciones, ya sea orales o escritas. Por las tardes me dedicaba a mis cosas, que eran leer, escribir y comer. Últimamente el cocinar iba recuperando valor en la escalala de actividades y eso hacia que me sintiera mucho mejor.Cuando llegué a Las Rejas con Alameda lo primero que hice fue ir al carro manicero de la
CAPITULO 15No sé a qué hora llegué a la casa y me fuí directo a la cama, trás darle agua y comida a los perros. Ramona me avisó que se iba con Santi al campo después de la marcha y no volvían hasta el domingo. No podía dormir y me fui de pie hasta la cocina a buscar el celular que había dejado cargando al lado del horno eléctrico.Descubrí que todo el mundo había ido a la marcha y habían llegado cerca de dos millones de personas, desde un tramo que comprendía la Plaza Dignidad hasta República, nada menos que la extensión de cinco estaciones de metro. Yo me había ido por Estación Central y no había visto nada, sin embargo el revisar la sección de noticias en Fa