SEGUNDA PARTE DE: EL LENGUAJE DEL AMOR.
—Zeynep, Zeynep.
Escuchaba como me llamaban pero me negaba a levantarme, estaba muy a gusta en mi cama como para hacerlo. Anoche nos habíamos acostado muy tarde con Noah viendo películas y esta eran las consecuencias.
—Llegaras tarde a la universidad.
Noah no había terminado cuando ya estaba levantada y apurándome para prepararme. No podía llegar tarde.
Hoy volvía a la universidad y no podía estar más feliz. Amaba mi carrera y sabía que al estar recibiendo clases me haría olvidarme un poco de los problemas.
—Por Alá, no llegaré a tiempo —estaba empezando a desesperarme.
—Tu solo ve y báñate, yo te traeré el desayuno —sonreí hacia él y le tire un beso antes de dirigirme al baño.
Era el mejor esposo del mundo.
No me demore mucho, en quince minutos ya estaba colocándome el uniforme y arreglando un poco mi rostro para ocultar esas grandes ojeras que tenía. Observé el lugar en donde había guardado la carta y decidí que esta noche la cambiaria de lugar o la quemaría. Pensar en lo que había escrito me ponía muy sentimental y hoy quería ser optimista por primera vez en varios días.
—Zeynep, aquí está el desayuno amor. Si no lo acabas por completo no saldrás de esta habitación.
Noah era tan estricto en cuanto a la comida, siempre se preocupaba en que Roseh y yo comiéramos bien y nos alimentáramos a la hora adecuada.
—Sabes que nunca le diría no a un desayuno —comenté saliendo del armario, moría de hambre—. Gracias.
Nos sentamos en la cama a desayunar, en ningún momento dejamos de mirarnos. Así era nuestra relación, no había necesidad de palabras, nos decíamos todo con una simple mirada.
Amaba con toda mi alma mi relación con Noah.
—Hay que arreglar esta habitación, está muy desordenada. Le pediré a…
—No —lo interrumpí de inmediato—. De nuestra habitación me encargo yo amor, cuando llegue lo hago.
— ¿Segura?
—Sí, no quiero que invadan nuestra privacidad —asintió—. Ahora vámonos, odio llegar tarde el primer día.
Mientras él llevaba los platos a la cocina yo pasé al cuarto de Roseh a despedirme.
—Ya me tengo que ir cariño, no te levantes de la cama tan tarde.
Ella estaba en su laptop escribiendo, aunque era muy pequeña, tenía una imaginación enorme y escribía muy bien.
—Esta bien, que te vaya bien en tu primer día. Recuerda prestar atención a las clases.
Sonreí y la abracé, amaba a Roseh como una hija. Agradecía a Alá por mandarlas a nuestras vidas.
—Te amo mucho Roseh —susurré conteniendo la emoción que sentía por dentro—. Cuando llegué haremos una tarde de películas… ¿Qué te parece?
— ¡Sí! —gritó—. Te estaré esperando.
Le di un beso y salí de su cuarto, casi corriendo baje la escaleras. Noah estaba ya en el automóvil y estaba hablabando por teléfono.
Cuando vio que me acercaba colgó.
— ¿Por qué colgaste tan apresurado? —pregunté apenas subí y abríche el cinturón de seguridad. Estaba confundida, él nunca lo hacía—. ¿Estás haciendo algo malo?
—No, al contrario, es algo muy bueno —sonrió entrelazando nuestras manos, en su ojos había un brillo muy distinto a cualquiera que haya visto—. Hoy en la noche te daré una sorpresa, la mejor sorpresa de todas.
Dile que tú también puedes tener una sorpresa para él.
No quería decir nada hasta confirmarlo, pero al ver la emoción que tenía Noah por la sorpresa que me daría, hizo que también me decidiera en decirle hoy.
—Yo también tengo una sorpresa para ti —negué al verlo—. No, no te diré nada Noah.
—Zeynep, no puedes decirme que me tienes una sorpresa y no decirme que es. ¿Estaré todo el día con ansiedad? No seas mala y dime.
—Primero dime cual es la sorpresa que tienes para mí, solo así te diré de mi sorpresa.
—No puedo —susurró—. Es una sorpresa.
—Exacto, una sorpresa, lo que te daré también lo es.
Él solo rodo los ojos y se recostó en el asiento, segundos después me jaló y me recosté en su pecho.
El latir de su corazón me calmaba siempre. Era una de mis partes favoritas de la noche.
—Hoy será un día espectacular, la noche será de nosotros.
Mi teléfono vibró en mis bolsillos, sabía que era un mensaje de Ömer.
Había estado insistiendo y amenazándome para que nos viéramos, me prometió que si lo veía jamás sabría de él y la verdad es que estaba pensando en hacerlo, pero antes le contaría a Noah, esta noche le diría y juntos decidiríamos que hacer.
—Lo será —afirmé, sintiendo un vacío en mi abdomen.
El auto se detuve en la facultad y me prepare para bajarme.
—Que hoy tengas un hermoso día mi amor, estaré contando los minutos y horas que faltan para verte de nuevo, adiós, te amo.
Acerque su rostro al mío y lo besé. Llevábamos ya mucho tiempo juntos y aun sus besos me dejaban aturdida.
—Te amo más.
Me bajé del automóvil sonriendo, hoy sería un gran día. Pensaba las posibles sorpresas que Noah podría tenerme y mi emoción aumentaba.
Sea la sorpresa que sea la amare.
— ¡¿Por qué esa sonrisa?! —Por Alá, escuché a Emmagritar.
Miré al frente y ahí venia. ¿Qué hice para merecer a esta chica?
—No veo la necesidad de gritar cuando ya te acercabas. ¿Cuándo aprenderás a comportarte?
—Ya sé cuándo —hice un gesto para que hablara—. Nunca.
Ohh por Alá.
—Ya no sé por qué aún sigo pensando que cambiaras —rodé los ojos cansada—. ¿Cómo estás?
—Creo que él me gusta de verdad y estoy asustada Zeynep —soltó todo tan rápido que se me dificultó entenderle.
— ¿Estamos hablabando del chofer? —Aclaré un poco confundida, con Emmada se sabía.
— ¿De quién más?
— ¿Enserio quieres que responda? —Negó—. ¿Estas asustada por qué te gusta?
—Estoy asustada porque sé que la cagaré y haré que jamás me quiera volver a ver.
—Sí te gusta no lo harás, es muy lindo que por primera vez te gusté alguien de verdad. Felicidades.
—Lo haré, en cuanto aparezca Valentino —confesó preocupada—. Sé que Valentino no me conviene pero mi vagina no razona.
—Un dato innecesario Emma—empecé a caminar más rápido para llegar cuanto antes a la clase.
—No me dejes —se quejó apurando el paso también—. Oye tengo un trabajo para ti, ayudar en una presentación de danza oriental a unas inexpertas tablas.
— ¿Cuándo?
—Pues tienes que pasar más tarde para hablar con ellas y fijar los días de ensayo —asentí—. Facultad de artes, hoy estarán todo el día en el auditorio del segundo piso.
—Gracias.
Fue lo último que dije antes de entrar a la primera clase del día.
— ¿En dónde estabas? —preguntó Emmaen cuanto llegué a nuestra mesa de la cafetería. Siempre nos sentábamos en ella—. Te perdiste por quince minutos. ¿Acaso pondrás una bomba? Alashalm
Reí al escucharla, Emmay sus ocurrencias… era única.
— ¿De dónde sacas tantas cosas?
—No lo sé —ladeó un poco su cabeza y achicó sus ojos mirándome—. Te noto distinta, ¿Qué será?
—Nada —me apresuré en decir, ella era capaz de dar con la razón—. Vamos, no puedo tardarme tanto, Noah vendrá a recogerme en media hora.
Habíamos acabado ya todas las clases del día. En la última clase salí diez minutos antes para ir a la farmacia y acabar con todas las dudas que tenía.
— ¿A dónde? —inquirió.
—A la facultad de artes —al ver su mirada pregunté—. ¿No me acompañaras?
La verdad era que no quería ir sola, sentí una sensación muy rara cuando fui hasta la farmacia, era como si me estuvieran vigilando y tenía mucho miedo de que Ömer estuviera vigilándome.
—Tengo que hacer algo, pero prometo acompañarte a los ensayos.
—No quería ir sola —me quejé, mientras rogaba por dentro que dijera que sí—. Contigo la paso mejor.
—No iras sola, tu Dios está contigo.
Me resigne y asentí. Cuando me estaba yendo me detuve y volteé a verla.
—Fui muy afortunada al conocerte Emma—ella arrugó su ceño y parpadeó varias veces.
— ¿Qué te pasa? Me vas hacer llorar. Mejor vete ya.
Sonreí y empecé a caminar hacia la salida.
— ¡Te amo Emma! —grité con todas mis fuerzas.
No me volteé, pero podría jurar que estaba sonriendo en estos momentos.
Al salir de la facultad empecé a caminar lo más rápido que mis cortas piernas me dejaban. Seguía la sensación de que alguien estuviera persiguiéndome y estaba aterrándome demasiado.
Cuando llegue a la facultad de artes estaba agitada y sedienta, así que fui hasta el primer baño que encontré y tome agua.
Mi teléfono empezó a sonar sobresaltándome. Lo saque de mi bolsillo y vi que era Ömer.
—Te dije que te tendría una respuesta mañana —hablé apenas conteste.
—Estas esperando un bebé —Gritó, dejándome pasmada en mi sitio—. Estas embarazada.
— ¿Co-Como lo sabes?
Empecé a respirar entrecortado. Sí Ömer sabia era porque me estaba persiguiendo.
—Así que es cierto Zeynep.
—Es algo que no te interesa Ömer, para con eso ya. Vive tu vida y olvídate de mí, ¡POR ALÁ HAZLO! —Colgué.
Decidí escribirle a Noah rápidamente para que viniera por mí, esas chicas podían esperar un día más, yo no.
"Estoy en la facultad de artes, tuve que venir para ayudar algunas chicas con una coreografía. Te espero afuera, besos."
Guarde mi teléfono e intente darme ánimos. Salí del baño y fui hasta la entrada, era el lugar en donde más personas habían y me sentía un poco segura.
—Zeynep —dicen atrás de mí. Cuando estaba por voltearme me agarraron de mi cintura impidiéndome—. El Ömer te manda saludos.
POV NOAH— ¿Entonces ya tienes todo listo? —preguntó mi mamá mientras conducía, estábamos yendo hacia la universidad para recoger a mi esposa.—Sí, la sorpresa esta lista. ¿Tú crees que le gustará? —mi teléfono vibró y lo saque rápidamente.Era un mensaje de Zeynep."Estoy en la facultad de artes, tuve que venir para ayudar algunas chicas con una coreografía. Te espero afuera, besos."—Voltea a la derecha, nos está esperando en la facultad de artes.—Está bien, y respondiendo a tu preguntó —volteó a verme rápidamente—. La amara.—Eso espero, estoy muy nervioso. Dios, ya quiero que sea el momento.Mi mama sonrió mientras negaba, lo sé, era un maldito enamorado. Mi teléfono empezó a sonar de nuevo, pero esta vez era una llamada de un número desconocido.— ¿Hola? —pregunté, apenas descolgué.—Un segundo puede ser vital —Dijeron con voz distorsionada.Arrugue mi ceño en confusión, ¿Quién mierda llamaba a decir algo como aquello?— ¿Qué mierda? ¿Quién habla?—Si no es mía, no será tampoco
— ¿Estás bien? Puedo ir y estar contigo cariño.Suspiré, observando aquella puerta que se encontraba enfrente.¿Sería capaz hoy de entrar a esa habitación? ¿Hoy lo haría?—Noah —escuché, reaccionando y prestando atención a lo que decía mi madre.— ¿Si? —pregunté distante.—Te preguntaba si podía ir a visitarte hoy.—Voy a estar un poco ocupado, tal vez mañana —comenté, sin quitar mi vista de aquella puerta.Era un maldito cobarde.—Eso me vienes diciendo hace cuatro días.—Cuatro días —susurré—. Hace siete días estaba por pedirle matrimonio a...a ella.Decir su nombre dolía, pero recordarla me mataba lentamente con el paso de los días.—Noah —soltó un sollozo.—Quiero estar solo por favor, no vengan. No los recibiré.Corté la llamada y guardé el teléfono.Me acerqué hasta la puerta y reposé mi frente en ella, suspiré pensando y dándome cuenta que allí adentro no había pasado el tiempo, todo estaría como aquella mañana lo dejamos, la cama revuelta, algunos pares de zapatos desordenados
AÑOS DESPUES—Hay un problema señor Lambert.— ¿Cuál? —cuestioné, empezando a enfadarme.Hoy no era un lindo día y esta llamada solo lo empeo… Ja, a quien engañaba, todos los días eran una completa mierda. —La abuela murió, pero la niña sobrevivió al accidente.Me detuve de inmediato al escucharlo. No estaba entre mis planes un error como este.Apreté el celular en mi mano y lo estampé contra la pared haciéndolo añicos.—¡¿ACASO SON UNOS PUTOS PRINCIPIANTES?! —bramé, agarrando de la camisa a Franco quien se encontraba a mi lado—. ¡TE DIJE QUE QUERÍA A LOS MEJORES!—Y lo son —susurró—. Pero los imprevistos ocurren y…—No sigas —lo solté y arreglé un poco mi saco. Respiré profundo para tratar de tranquilizarme—. Los quiero muertos. Mas tarde arreglaremos cuentas tú y yo.Entramos a la que sería mi nueva propiedad acá en Turquía y me sorprendí por las semejanzas que tenía con mi hogar en Francia. Observé todo con detalle, aunque sus arreglos eran muy tradicionales acorde a su cultura,
—Te vi tan preocupada por ella ese día, que quise ayudarla de nuevo. Le di un hogar y un trabajo solamente por ti, porque sé cuánto la quieres y el amor que sientes por ella, pero… —suspiré y negué—. Es imposible lo que dice, que bien que cambiaste de parecer y querías que nuestros hijos vivieran libremente, no podría con semejantes costumbres, reglas… como sea, viviríamos discutiendo —sonreí por inercia—. Y buscaría la manera de arreglarlo todo, te sorprendería con una gran cena bajo la luna y terminaríamos profesando nuestro amor, pero en cambio estoy aquí, hablándole a la nada y pensando en ti…como siempre.Pronto nos encontraremos mi amor, lo prometo. Llevé mi mirada a su ropa y negué levemente. No era capaz de hacerlo, aun no estaba listo para seguir el consejo de mi madre, tal vez nunca lo estuviera.Guardar todas sus pertenecías. Jamás.Mi teléfono empezó a vibrar en mis bolsillos y lo saqué rápidamente, al ver el nombre contesté de inmediato.—Dime —me levanté del suelo y ráp
—Señor Noah —murmuré un sí y seguí respondiendo correos. Ya había acabado con todo el trabajo pendiente y mostrado a Aysel lo que sería su trabajo de ahora en adelante, ahora íbamos de nuevo a la mansión—. Agradezco mucho su gesto de amabilidad y confianza al pensar que podría manejar la contabilidad de su empresa, pero solo soy una estudiante de cuarto año, no estoy aun lista para…—Aysel, tres cosas —enumeré viéndola, sus manos temblaban, arrugué mi ceño al verlas—. Señor Lambert, no Noah. Segundo, no pondría a alguien incompetente para manejar mi tan preciada contabilidad, vi tus notas y son buenas. Tercero, lo harás y más vale que no te equivoques, no es gratis tu estadía en mi mansión. ¿Alguna otra cosa por decir?—No es Aysel, soy Aysel para mi familia —se enderezo en su lugar, mientras sus ojos me miraban fijamente—. Usted es un amigo de mi padre, pero desconocido para mí. Señorita Aslanbey para usted.Casi sonreí al ver su nueva postura. Asentí sin más y atendí el teléfono que
Una semana después— ¿No crees que eres muy duro con ella? —negué levemente, continuando con el postre que ella había preparado—. Trabaja mucho en tu empresa, llega ayudarme en la cocina, después termina sus trabajos pendientes, recibe sus clases de la facultad y .... ¿Aun sigues pensando que no eres duro?Solté la cuchara al terminar el último pedazo y sonreí. La sorpresa y la alegría llenaron sus facciones.—Quedó delicioso, tus manos son benditas —las agarré y le di un beso en cada una de ellas—. Gracias por prepararlo.—Si hubiera sabido que prepararlo te haría sonreír, lo habría hecho desde hace mucho mi niño, haré postres todos los días. Quiero verte sonreír todo el tiempo.—Engordare feliz entonces.—Que así sea —la miré fijamente y arrugué mi ceño al ver lo inquieta que se veía de repente. Había algo que no me quería decir—. Elif volvió en tu ausencia.Soltó rápidamente.— ¿Por qué no fui notificado sobre esto? —inquirí.—Yo fui la que no permitió que te dijeran, no quería que
—Pues…evidentemente no es de mi familia —empezó a reírse nerviosamente—. Él es… ¿Por qué siempre tengo que responder cuando tú nunca lo haces? ¿Qué clase de relación es esta?Empuñé mi mano y suspiré al escucharla, trataba de evitar la maldita pregunta.¿Por qué? —Está bien, no respondas, eventualmente lo sabré —dije serenamente, no dejaría que más temas sobre Elif me hicieran perder la compostura—. Pero no vivirás más aquí, te iras a uno de mis apartamentos en el centro de la ciudad.— ¿Piensas que me echaras, así como si nada? —chilló indignada.—Agradece que no te hice nada por lo que le hiciste a Aysel, evítate más problemas y mantenme informado de todo lo que hagas. Si Ömer se comunica contigo, quiero saberlo.La sorpresa en su rostro al nombrar a Ömer fue muy evidente. Su mirada esquivó la mía de inmediato.—No tendría por qué comunicarse conmigo, no quiero saber nada de ese hombre, él lo sabe.—Que bien —caminé hasta la salida, deteniéndome justo antes de irme—. Fue la últim
—Vine en cuanto pude —levanté mi rostro al reconocer esa voz—. Tuve que instalarlos, además también contraté personas de confianza para vigilar la casa las veinticuatro horas, las niñeras saben que no…—Es lo último que quiero saber Franco —lo detuve en cuanto supe el camino de la conversación—. No me importa si el hijo del hombre que tanto odio come, llora o muere, en el mejor de los casos.—Noah no es el hijo —expresó abatido—. Son los hijos. Intenté decírtelo muchas veces, pero nunca me dejaste.Por eso había dicho eso. —Mata a la persona que nos dio aquella información errónea. Esto pudo costarte la vida, después me contaras a detalle todo y veré que haremos, pero ahora lo más importante es Aysel…solo ella.— ¿Qué sucedió con ella? —preguntó confundido.Esperé a que se sentara para hablar.—Elena entró a mi casa sin mi permiso, necesito que te encargues —asintió rápidamente—. Me dijo que Aysel es hermana de Ömer.—Imposible.—También lo pensé, pero en ese mismo momento hablé con