[…]—¡Estamos aquí Elif! —grité—. Saca los documentos.Estaba tenso, estaba cargando con tanto últimamente, que temía explotar mi ira con un inocente.— ¿Dónde estabas? —quiso saber. Tenía una sonrisa de oreja a oreja. La victoria iluminaba su rostro—. ¿Quién es este señor?—Es el juez que nos casará —expliqué, agarrando el documento y firmándolo—. Ahora firma Elif.— ¿Q-Qué? no entiendo —Miró sucesivamente al juez y a mi varias veces. Su pequeño cerebro aun no procesaba la información—. ¿Nos casaremos así?, ¿los preparativos?, ¿la boda?, ¿la celebración?, ¿nuestras familias?—Firma Elif —mascullé, agarrando su mano y poniendo el lapicero en ella—. Tienes treinta segundos para firmar.Asintió rápidamente y así lo hizo.—Celebraremos nuet… —alcé mi mano, no queriendo escucharla más.—El testigo será él mismo —señalé al hombre—. Ahora eres mi esposa Elif, para mañana quiero que mi apellido quede limpio —estreché la mano con el juez, despidiéndome.En cuanto estuve de vuelta, lo primero
— ¿Q-Qué ha pasado, Ethan? —pregunté con miedo. Toda mi familia estaba en la sala de espera. Era obvio que algo malo había pasado. —Primero te tienes que tranquilizar, ¿está bien? —me mareé al escucharlo, me ayudó a sostenerme de inmediato—. Joder, ven siéntate y cálmate. — ¿Qué mierdas paso? —volví a preguntar, apreté su brazo y hablé—. Estaré bien, ahora dime porque Franco me llamó tan alterado. Vi la duda en su mirada, pero al final habló, dejándome helado en mi sitio. —Rose y Leandra tuvieron un accidente, Sofia solo tiene contusiones…estará bien, pero Rose llevó la peor parte…está en la sala de cirugía. Mi garganta se cerró por completo, impidiendo cualquier paso de oxígeno a mis pulmones. Me levanté de inmediato para atravesar esas grandes puertas que separaban la sala de espera con el área de cirugías. —Siéntate Noah, no podrás pasar —dijo, agarrando mi brazo y deteniéndome. —Sofia está bien, lo cual me alegra y da felicidad —aclaré, soltándome de su agarré—. Pero MI ot
Durante el viaje al aeropuerto nadie dijo absolutamente nada. Mi humor estaba terrible y parecía que sabían que si decían algo, probablemente terminaría desquitándome con ellas.Llegamos a una pista privada solo para mí y nos bajamos.—Ellos se encargaran de las maletas —dije, señalando a mis hombres—. También les enseñaran su lugar en el avión. No quiero que me jodan con su presencia.Caminé rápidamente a mi avión y fui hasta el fondo, donde tenía un gran espacio privado que utilizaba para reuniones de últimamente cuando tenía que viajar. Reuniones como esta.—Resumen —exigí minutos después de despegar. Fui a sentarme detrás de la pequeña mesa que tenía instalada, esperando a que Franco hablara.—El cargamento dirigido a El Cairo fue…robado, mataron a nuestros hombres.—Era mucho dinero, Franco —dije, pasando mis manos por mi cabello—. Era nuestro primer cargamento en ese país y lo roban —asentí, apretando mi mandíbula—. Que empiecen de nuevo, te doy tres días para que averigües qué
— ¡Aléjate de mi hija! —dijeron. Me sorprendí y volteé levantándome aun con la niña aferrada a mi cuello. —Lo siento —dije, bajándola de mis brazos—. Buscaba algo y ella me ayudó, no le iba hacer absolutamente nada a su hija. Lo menos que quería en este momento eran problemas.Solo quería entrar al cuarto de Zeynep, ¿era mucho problema? —No es mi mamá —agarró mi mano y sonrió—. Mi mamá se fue con papá, pronto vendrán por mí. Explicó y asentí. La chica sonrió incómodamente y suspiró.—Soy quien la cuida y está prohibido que alguien que no sea su familia este con ella —explicó, terminando de acercarse a nosotros—. Vamos, tengo que prepararte, pronto vendrán tus padres. —Soy familia —dije rápidamente—. La hija menor de los Aslanbey, Zeynep, ella es mi esposa. Su ceño inmediatamente se frunció, al igual que el de la niña. Estaba por hablar, pero se calló cuando la madre de Zeynep hizo acto de presencia. —Al parecer te perdiste, por favor baja —señaló las escaleras—. Te estamos es
FLASHBACK— ¿Sucede algo? —cuestioné. Mamá nunca llamaba cuando ella estaba en el trabajo—. ¿Mi hermana está bien?, ¿ya despertó? —Todo está bien con ella y no, aun no despierta —se lamentó—. Pero lo hará cariño, no tienes porqué preocuparte, ¿está bien? Suspiré profundo y asentí. Si ella lo decía lo creía, creería todo lo que su hermosa voz me dijera, siempre, sin dudar, como siempre había sido. —Está bien, si no es por Rose… ¿Por qué llamas? Estoy algo —miré al traidor que tenía amarrado en la silla y dije—. Tuve problemas con algunas cosas y las estoy resolviendo. Me rasqué con el ….. del arma incómodo. Odiaba mentirle. — ¿Quién es ese niño Noah?, ¿Quiénes son sus padres? Pensé que tenías un hospital especializado para cualquier caso que se pueda presentar con los niños que ayudas. ¿De qué hablaba? —Hasta donde sé no hay ningún niño hospitalizado, ¿de qué hablas? —apunté a su pierna achicando mis ojos y solté el gatillo.Benditas silenciadoras. Les hice señas a mis hombres
POV ZEYNEP Cuatro años antesAbrí lentamente mis ojos mientras los adaptaba a la luz de aquella lámpara, cuando pude abrirlos por completo, miré y pude encontrar a mi madre durmiendo y al lado de ella dos cunas.Intenté llamarla, pero solo salían raros sonidos de mi boca, sentía mi lengua adormecida como el resto de mi cuerpo, no podía mover absolutamente nada. Miré mí alrededor, dándome cuenta que estaba en un cuarto…en mi cuarto.—M…Ma…Mam —intenté pronunciar, las palabras no salían, pero había sido lo suficiente para que despertara. — ¡OH ALÁ! —gritó bastante conmocionada, mientras se levantaba y venia hasta mi—. Despertaste mi niña, sabía que lo harías. Serias fuerte por tu familia.Rápidamente sacó su teléfono y empezó avisar que había despertado. Mi garganta picó, notando que estaba demasiado seca pedí agua.—Ag…Agua —susurré.Fue hasta la mesa de al lado y sirvió en un vaso un poco de agua. Cerré los ojos cuando pasaba por mi garganta, era la mejor sensación. — ¿Te acuerdas
—Ten —me entregó un sobre—. Felicidades, serás papá.Retrocedí un par de pasos estupefacto.¿Qué acababa de decir? ¿Acaso había escuchado mal?Abrí el sobre que tenía en mis manos rápidamente para darme de cara con un positivo en letras grandes y negrillas.Mis manos empezaron a temblar de la impresión.—Imposible —dije, viendo el sobre y a ella una y otra vez. Sentí como un golpe seco aterrizaba nuevamente en mi vida—. Basta ¡Basta! ¡No lo soporto! ¡Es suficiente! —me agarré el cabello desesperado.Mi mundo había dado un giro de 180 grados de un momento a otro, todo se había venido abajo, no sabía qué hacer, estaba en un punto ciego y empezaba a tener muchísima ansiedad, me aterraba de mí mismo en este punto.—No tienes que decir nada —aclaró, desviando su mirada a un punto ciego—. Tal vez no lo tenga…no es mi sueño ser mamá, además recién empiezo en el modelaje y…Un flashback me llegó al oír esas palabras y mi corazón se encogió, inundándome de tristeza.“Perdí todos mis contratos
—Eres tú —dijo.Quedé pasmado ante lo que mis ojos veían, era…era ella, Zeynep. Mi amor.Abrí lentamente mi boca queriendo decir algo, lo que sea, pero no había palabras y justo en ese momento, no podía pensar absolutamente nada sino en aquel día donde murió en mis brazos, donde se había llevado todo de mí, desde mis sueños, anhelos hasta la capacidad para mostrar amor…ella se había llevado todo.La había visto dar su último aliento. Lo había dado mientras nuestros labios permanecían en lo que pensaba seria nuestro último beso.Mi pecho dolió, dolió aún más que cuando lo hizo en aquella tarde donde perdía a mi todo. Sin poder contenerme mi vista se nublo por las lágrimas, quería morir justo en ese momento mientras sus ojos me veían.No me miraban con amor, no había ni un rastro de amor en ellos y me quemaba por dentro.“Cuando nuestras miradas conectaron, me sentí morir, sentía como mi alma se iba, como mi corazón se detenía y como un río de lágrimas brotaban de mí al ver como esos oj