El tipo había intentado tanto ser mi amigo que me parecía cruel decirle que no, así que solo me conforme con asentir.

“Estoy seguro de que mi Luna y yo haremos tiempo para asistir a tu fiesta.”

Él sonrió y asintió también. “Muchas gracias, mi Señor, es todo un honor.”

Se fue contento y Tamia me dio un codazo.

“Ya tienes un admirador” Me provocó, y entrelacé su mano con la mía.

Salimos del lugar y regresamos a la propiedad Volkov. Mi madre se mudaría al día siguiente, así que Tamia se encargó de asegurarse de que las habitaciones de mi madre y hermano estuvieran listas, también asignó personal para ellos.

Le salió de forma natural, sabía que era porque había sido Luna desde que tenía diecinueve años, así que después de haber dirigido el Este durante cinco años, todo le resultaba sencillo, además, sus amigas también ayudaron, por lo que no se sintió abrumada.

Más tarde, Tamia entró en mi oficina, pero lucía un poco agotada.

“¿Un día bastante agitado?” Pregunté, ella sonrió y se dejó ca