"Por favor, ayúdame a enviarle esto a Leonardo. Si deseas, puedes leer lo que está escrito, no representa ninguna amenaza para la seguridad, solo le estoy pidiendo que siga adelante con su vida." Dije rápidamente. Sus ojos se oscurecieron, me agarró del brazo y me hizo seguirlo a su oficina. En cuanto la puerta se cerró, me miró con enojo."No abuses del privilegio que se te ha otorgado, Tamia. Nadie tiene permitido comunicarse con sus seres queridos aquí, ese es precisamente el punto de haberlas traído y no haré excepciones contigo." Sentí cómo mi corazón se rompía un poco porque no me parecía que estuviera pidiendo demasiado, solo quería decirle adiós."Las otras mujeres tuvieron la oportunidad de despedirse de sus seres queridos, pero yo no pude porque él estaba inconsciente cuando me llevaron." Dije con lágrimas en los ojos."¿Cómo puedo estar seguro de que no es algún mensaje en secreto? ¿Cómo sé que no le estás dando información sobre el Norte? ¿Sobre mí acaso?" Preguntó, y sup
~Tamia~Sylvester se veía extremadamente guapo al reír con esa dentadura blanca y aunque quería decirle que se riera más, no me correspondía hacerlo."Claro que sé que puedes montar, Ojitos verdes. Me refería a maniobrar sobre un caballo." Dijo y sonreí."No soy experta, pero puedo hacerlo y sobrevivir al intento." Confesé y sonrió.Me puse el equipo necesario y monté el caballo. Sylvester fue adelante y lo seguí. El paisaje era muy bonito y mientras cabalgábamos montados en los alazanes, sentí una adrenalina que no había sentido en mucho tiempo correr en mí. Por cómo montaba, sabía que nos dirigíamos a algún lugar.Finalmente llegamos a un acantilado donde se veían altas montañas y la vista era de película. Las montañas cubiertas de nieve en su cumbre eran un espectáculo. Sylvester se bajó de su caballo, hice lo mismo y él los amarró al único árbol cerca al acantilado."¿Qué te parece?" Preguntó, señalando las montañas a lo lejos y sonreí."Son hermosas, las montañas de mi tierra no s
Pude sentir su rabia, pero quería saber por qué éramos tan especiales.Una Luna me había dicho que normalmente dividían a las Lunas entre ellos como botines de guerra, era una forma de conquistar definitivamente a los Alfas a los que pertenecían esas Lunas. Aunque nunca les tocaban si quiera un pelo, las mantenían allí. Sin embargo, mis amigas y yo recibíamos un trato diferente y no sabía por qué. Por lo que me había prometido a mí misma, preguntarle si tenía la oportunidad."No tienes permitido eso." Replicó sin escuchar lo que tenía que decir."¿Entonces qué tengo permitido? Soy una mujer y tengo también mis propias necesidades." Alegué, pero negó."Entonces vienes a mí." Dijo con un gruñido bajo, busqué en sus ojos para ver si estaba bromeando, pero no lo estaba. Hablaba bastante en serio, hasta mostró su lobo en ese momento."Te quiero esta misma noche." Dije con valentía, me miró con seriedad y me atrajo hacia él."Todavía no lo has superado, no puedo ser su reemplazo." Me quedé p
No pronuncio ni una sola palabra y cuando el desayuno terminó, simple y llanamente se marchó."No deberías presionarlo Tamia, ha hecho muchas excepciones por ti." Me advirtió Marcel y me quedé callada, ¿qué sabía él sobre ser presionado? Avery me miró, sintiéndose mal por mí.También me sentí mal por mí misma; ser valiente con Sylvester no servía de nada, así que simplemente me derrumbé y comencé a llorar. Theodore y Marcel se excusaron mientras Linda y Avery se quedaron."¿Qué te pasa?" Preguntó Avery."Por lo general, tienes todo bajo control, pero te estás perdiendo." Dijo Avery y tenía razón, no entendía qué me estaba pasando."Recuerda que somos prisioneras aquí, Tamia. Ellos podrían aburrirse y echarnos a patadas, por muy amables que sean, no somos libres. Por favor, no enfurezcas al Alfa." Me suplicó Linda, temerosa de lo que podría pasar si Sylvester se enojaba y cambiaba de opinión. Habiendo sido víctimas de abusos severos anteriormente, podía entender su miedo y su disposició
Observe a Sylvester.Al principio lucia muy preocupado, pero de un momento a otro sus emociones se fueron desvaneciendo.Miré por la ventana, era de noche. Intenté levantarme de la cama y me di cuenta de que estaba desnuda.No supe qué pensar ante eso, así que, envolví la sábana alrededor de mi cuerpo y me levanté, lista para marcharme. "¿A dónde crees que vas?" Preguntó, pero no pude mirarlo a los ojos."Pues a mi habitación." Dije con incertidumbre."¿A la misma habitación que destrozaste, vomitaste por todas partes y de la que intentaste saltar por la ventana?" Preguntó y mis ojos se abrieron de par en par."¡¿Qué dices?!" Exclamé."Has estado inconsciente por horas Tamia, ¿por qué fuiste tan imprudente? ¿Quién te dio el cóctel del Norte?" Preguntó y supe que, si delataba a la chica, tendría problemas."Pedí la bebida más fuerte que tenían." Dije rápidamente."¿Por qué?" Preguntó."No tenía nada que hacer y esperaba entrenar contigo, pero dijiste que no, así que solo quería dormir
"Muy buenos días, Alfa." Dijo Lilly y él le respondió con suavidad."Buenos días, Lilly." Ella me miró y me sonrió."¿A qué hora necesitas que vaya, Alfa?" Comentó insinuando que era para sexo."¿Ya saludaste a Tamia?" Le preguntó Sylvester y ella negó."Deberías mostrarle el mismo respeto." Le reprochó y quedé sorprendida, pero me mantuve serena."Buenos días, señorita Tamia." Dijo, reconociendo que no tenía marca y que ya no era una Luna."Buenos días, Lilly." Respondí y ella me sonrió."Bien." Dijo Sylvester. "Me enteré de que andas diciendo a la gente que estamos acostándonos." Continuó enfrentándola y ella pareció sorprendida, actuando como si todo fuera una mentira."No quiero volver a escuchar esas estupideces, te revoco todos tus privilegios. Te traté como una hermana menor y te di una mano, pero te tomaste el codo y abusaste de ese privilegio, fingiendo estar emocionada para abrazarme, hasta besarme en la mejilla y dejar la marca de tu lápiz labial, eso fue bastante engañoso d
El desayuno terminó rápidamente y Sylvester me pidió que lo acompañara al entrenamiento. Temía entrar a esa sala después de ver semejante cantidad de plata que había en ella, pero lo complací y lo seguí.No sabía lo físicamente débil que me había vuelto hasta que entrené con Sylvester. Me sentí terrible al respecto, pero él me calmó, diciéndome que no me preocupara, pero aun así me sentía insuficiente y bastante vulnerable.Después del entrenamiento, ambos nos duchamos juntos y me dijo que tenía algo planeado para nosotros. Me llevó al jardín oriental de la hacienda, allí habían preparado un pequeño picnic para nosotros.Aunque había gente en el jardín, especialmente mujeres del harén, nadie se nos acercó."Sylvester, esto es realmente fascinante." Estaba emocionada por lo que veía, hacía un poco de frío afuera, pero me gustaba.Nos sentamos sobre el tapete, él sacó un termo y vertió chocolate caliente en una taza, para mi sorpresa, le echó malvaviscos por encima."¿Cómo sabías que me
~Sylvester~No había ninguna duda de que entre Tamia y yo había bastante química.A medida que la conocía más, me daba cuenta de que ella era genuinamente inocente, por lo que era difícil sacar a mi corazón de esa ecuación. Aunque no había pasado nada entre nosotros, ella estaba reclamando mi corazón y no podía hacer nada al respecto, esa era precisamente la razón por la cual me negaba a tocarla.No sabía cómo terminaría, y de ninguna manera quería que ninguno de los dos saliera herido por segunda vez, así que me alejaba cada vez que ella intentaba tener algo de intimidad conmigo.Sin embargo, después de que me invitó audazmente a su habitación, me di cuenta de que no podía posponerlo más. Fue desafortunado cómo comenzó todo y la razón por las que las traje a tres aquí fue cruel. Se podría decir que estaba protegiendo a mi gente, pero ya no se trataba de mantener a mis enemigos cerca, ahora era una cuestión del corazón. Después de leer la carta de Leonardo, me di cuenta de que atacar s