~ Max ~Había dos tipos rubios muy simpáticos al frente del grupo de guerreros que nos estaban esperando. Pude reconocer a Ilya porque lo había visto en las noticias, pero no conocía al otro, supuse que era Gaines. "Veo que Leonardo envió a sus sirvientes, es típico de los Volkov, siempre mandan a otros a morir por ellos." Mencionó Gaines, pero yo me quedé en silencio. La hermosa luz de la Luna nos iluminaba, gracias a ella podía verlos. Me pregunté por qué se molestaron en apagar las luces, pero supuse que tendrían sus razones. Noté a Lukman al lado de Ilya, aunque parecía estar con ellos, sabía la verdad. "¿Por qué arriesgan sus vidas por algo que no les pertenece, y ni siquiera se van a beneficiar de eso? Si a Corrigan le preocupara su gente, estaría aquí, no ustedes." Añadió Ilya, sonando aburrido. Pude ver a algunos Alfas del Sur asintiendo, estaban de acuerdo con ese imbécil. Habían traicionado a su líder, deberían estar avergonzados. "¡Malditos traidores!" Escuché exclamar
Sentí una corriente recorrer todo mi cuerpo, fue como si la plata hubiera activado el AgK32. Y me decidí a acabar con todos ellos."Yo me encargo de Ilya, y tú de Gains." Me costó mucho, pero logré hablar por el enlace con Kyle, mientras observaba con rabia, como corría Ilya.Los alcanzamos en una zona que estaba despejada de árboles. Habían dejado de correr, lo que me hizo pensar que tal vez ya estábamos lejos de las bombas y de la plata. Noté que los lobos blancos de Ilya y Gains se mezclaban entre la multitud para protegerse, obligándonos a pasar a través de sus guerreros y otros Alfas para poder atraparlos, se notaba que lo habían planeado.Algunos de los Alfas del Sur habían vuelto a su forma humana, así que sería más fácil eliminarlos. Supuse que a los Stepanov no les importaba que ellos murieran, ya que, de ser así, no habrían usado el polvo de plata, o tal vez, los Alfas no habían sido lo suficientemente rápidos, para escapar de su propia trampa.Sabiendo como era Yuri, estaba
~ Sylvester ~El viaje a Lucland se sintió realmente eterno, lleno de preocupaciones y ansiedad. Cada uno de nosotros ocultaba sus emociones, pero en el fondo, nuestros corazones estaban rotos. Antes de abordar el vuelo, intenté llamar al número de Tamia una y otra vez, también al número de la oficina, esperando a que ella contestara, me sentía desesperado al no saber que había pasado en la hacienda. El solo pensar en que algo hubiera salido mal, era insoportable. Miré a mi alrededor y vi a Leo, Marcel, Devin y David, con la mirada perdida, era obvio que todos estábamos preocupados porque no sabíamos nada de ellas. Alexei y Clay también parecían nerviosos. Nuestras preocupaciones giraban en torno a la seguridad de nuestras compañeras y no podernos comunicar con ellas era frustrante. Afortunadamente, un helicóptero nos esperaba en el aeropuerto de Lucland, listo para llevarnos hacia la hacienda, ya que era la forma más rápida de llegar a casa. Por otro lado, me sentía agradecido de
"Bueno, pues como puedes ver, no me perdí de la acción. El arrogante de Yuri mandó a sus secuaces a secuestrar a las mujeres. Fue entonces cuando nos dimos cuenta de que ellos sabían que ustedes no estaban acá y por ende era una trampa. Me alegra que estés bien." respondió él, y Gezel se rio. Me pregunté qué le causaba tanta gracia desde hacía rato estaba sonriente."Entramos en pánico, y Tamia hizo que la prensa publicara el ataque por todas partes, así que probablemente lo escucharás en las noticias. Pensábamos que la batalla sería mañana, nunca se nos pasó por la mente que ya había pasado." Comentó ella, y entendí por qué le parecía tan gracioso. La reunión en Gad estaba originalmente programada para mañana en la noche. Sin embargo, si Yuri sabía que íbamos para allá, pudo haber manipulado la fecha para tomarnos por sorpresa, pero sea como sea, ellos fueron derrotados y nosotros salimos victoriosos. Así de sencillo."¿Me trajiste algunas ratas de laboratorio?" bromeó Erik, y le dije
~Leo~ Amelia y yo llegamos a nuestra habitación. Sentía el peso del cansancio sobre mis hombros. Sin embargo, una ola de preocupación me invadió de repente al pensar en Max y Kyle. Necesitaba saber que estaban bien. Me senté al borde de la cama, perdido en mis pensamientos. Amelia, se dio cuenta, y se hizo detrás mío para masajearme los hombros e intentar calmarme. Pero ni siquiera eso lograba calmar la tensión que sentía. "¿Qué te preocupa amor?" preguntó Amelia, con su voz llena de angustia, mientras me abrazaba por detrás y me daba un beso en el cuello. Luego, se sentó a mi lado, poniendo su mano sobre mi muslo para que la mirara. "No puedo contactarme con Max, Kyle y Casper. Creo que no les di suficientes guerreros para su misión en Greenville. ¿Qué tal que estén en aprietos? ¿Y si no lo logran?" Dije y se me quebró la voz, Amelia me abrazó más fuerte. "Cuando supimos que Yuri ya sabía que ustedes iban para Gad, estábamos muy asustadas. El pánico me invadió y quise llamarte, p
Bajo el agua tibia, la tenía en mis brazos, sintiendo cómo el agua se llevaba las cicatrices de la batalla en Gad y toda la angustia se disolvía y se iba por el caño. Estar en casa, con ella cerca, hacía que el futuro se viera comprometedor.Nos quedamos allí hasta que el agua caliente se acabó, y nos hizo salir a regañadientes de la ducha. Al entrar al cuarto, escuche el timbre de mi celular y luego dejó de sonar. Lo tomé rápidamente y vi que tenía ocho llamadas perdidas de Casper. Mi corazón empezó a palpitar muy rápido, temiendo lo peor. Intenté dejar de temblar para devolverle la llamada."¿Quién era?" Me pregunto Amelia, poniéndose su pijama." Casper "respondí, con el teléfono en la oreja, y ella abrió los ojos de asombro. Casper contestó al primer timbre. "¡Alfa!" exclamó, su voz llena de emoción."¡Sí!" respondí, aún preocupado."Esos hijueputas sabían que íbamos a atacarlos, pero lo logramos ¡les ganamos!!!" exclamó, y sentí cómo mi alma volvía al cuerpo."Colocaron bombas de
~Leo~Desperté por la tarde con menos brote en el cuerpo. La medicina que Erik me dio me hizo efecto, y se lo agradecí. Amelia dormía en la cama, muy cómoda. Sabía que estaba agotada, así que no tenía sentido despertarla. Todavía teníamos muchas cosas que hacer. Tenía que prepararme y esperar a que llegaran Max y Kyle con los prisioneros del Sur. También necesitaba contarle a Sylvester sobre la batalla en el Sur. Esperaba que ya todos estuvieran despiertos. Quería que todo terminara para que pudiéramos irnos a nuestra casa y descansar y ya no tener que estar cuidándonos las espaldas. Había mucho que planear y un futuro que esperar. Entré al baño y me desnudé. Frente al espejo, intenté examinar las heridas en mi piel. Había manchas rojas en mi brazo izquierdo y un poco en mi espalda, aunque se veían feas, no dolían ni picaban, sentía que me ardía un poco, pero nada más. Estaba mucho mejor que la vez pasada. Me metí a la ducha y opté por usar agua fría para no empeorar el brote y ter
Fuimos a la enfermería y, para mi mucha sorpresa, allí estaban los amigos de Claudia. Sabía que Tamia los había enviado al Bunker durante la pelea, así que fue impactante encontrarlas allí. Se notaba que ya se habían reconciliado con Claudia, estaban hablando y riéndose. Supongo que entendieron sus razones y la perdonaron."No puedo esperar para ver a mi hijo." dijo Marcel, con el mismo anhelo que teníamos todos. David y Sylvester sonrieron, a pesar de la rasquiña. "Toma esto, no necesitarás el suero por vía intravenosa." dijo Erik, entregándome unas pastillas. Sonreí y las tomé. No quería estar sedado en la cama sabiendo que Max y Kyle estaban en camino. Así que me tomaría lo que fuera para ver a mis amigos. Observé cómo Claudia y sus amigos ayudaban a los demás a relajarse. En ese momento, Sylvester comenzó a reírse y todos lo miramos. Nadie había dicho nada gracioso, pero algo le había dado risa. "¿Qué fue lo que paso?" preguntó David, y Sylvester se rio, mirándome. " Estábamos