Capítulo 05: ¡No mereces la verdad!

—¿Puedo ir al baño? —informó la amante del Rey a Madam Susan.

—Iré con usted —le dijo la señora siguiendo los pasos de Caroline de cerca.

Pero… Ella en ese instante fingió tener dolor y se agachó quitándose sus zapatillas rápidamente y salió corriendo

La encargada del harem Real no quería llamar la atención y arruinar la fiesta de bodas de la Reina Jazmín.

Así que guardó silencio y siguió yendo detrás de Caroline.

Después de todo esa señora sabía que ella no llegaría muy lejos por la extrema vigilancia que había.

Tap~ tap~

Caroline corría doblando por el pasadizo que vió a ese Rey utilizar para salir anteriormente de ese salón de eventos.

Un largo y recto pasillo siendo iluminado por las luces de las farolas de pared.

Caroline corrió sin darse cuenta que detrás de ella venía siguiéndola Madam Susan.

Finalmente llegó a la luz del final del pasillo, pero justo en ese instante, los guardias que estaban escoltando esa entrada la retuvieron de sus brazos ejerciendo gran fuerza.

—¡AY! ¡DÉJENME! ¡AY, ME ESTÁN LASTIMADO! —gritó ella forcejeando.

A distancia vió a ese gobernante y Caroline gritó con todas sus fuerzas.

—¡JHONN! ¡JHONN WIZTAN!

Los guardias se sorprendieron cuando ella se atrevió a llamar al Rey sin sus honoríficos y dejando la etiqueta de lado, molestos le gritaron que se calle si no quería ser encerrada en el calabozo.

—Tranquilos caballeros. Déjenme a mí a esta irreverente —frunció el ceño la encargada del harem Real que recién llegó.

Sin embargo, ese Rey que por supuesto notó el escándalo y se molestó, se regresó a ver qué sucedía, cuando ya estaba más cerca notó que esa esclava que su amigo compró en su nombre le estaba dando demasiados problemas.

—Tú otra vez. Lo sabía, fue mala idea dejarte salir del confinamiento —expresó él viéndola con desprecio.

—¡ERES UN MALDITO! —le gritó Caroline sin siquiera saber por qué reaccionó airada.

Sentía su cuerpo arder de furia y su corazón dolía demasiado recordando la escena del baile de bodas entre Jhonn y Jazmín, el anuncio de la nueva pareja de ese gobernante y cómo era tratada ella de cualquier cosa horrible siendo irreconocible ante ese hombre.

¡PLAF!

Abofeteó Madam Susan a Caroline.

—Mis disculpas su majestad, glorioso Rey de Gorian —dijo la mujer madura haciendo una reverencia ante ese gobernante—. Es una mujer plebeya de una finca humilde, tiene que aprender estrictamente modales y reglas, me ocuparé de convertirla en una amante digna de ser tomada por su majestad.

Jhonn hizo una mueca burlona de incredulidad.

—¡Cómo sea!, llévate a esa cosa de aquí. No la quiero ver ante mí hasta que aprenda cual es su lugar.

Caroline entre lágrimas veía furiosa a ese hombre de su pasado.

"¿Por qué?"

"¿Por qué eres tan despiadado conmigo Jhonn?"

"¡NO LO MERECES! ¡NO MERECES QUE TE DIGA NADA MÁS!"

"¡NO MERECES LA VERDAD!"

"¡Será mejor que te quedes con esa nueva Reina y yo aproveche la primera oportunidad para irme de aquí!"

"¡No quiero sufrír por ti una segunda vez!"

"No es justo…"

Pensó la joven rubia que estaba siendo llevada por otro pasillo escoltada por guardias para no llamar la atención.

Caroline detuvo sus pasos y volvió a ver atrás a Jhonn que seguía su camino, contrario al de ella.

—¡¡YO SÉ POR QUÉ LLEVAS ESE COLLAR, JHONN!! —le gritó Caroline enojada—. ¡NUNCA TE LO DIRE!

Jhonn que apenas escuchó lo que ella decía hizo caso omiso, ni siquiera la volvió a ver caminando tranquilamente mientras pensaba.

"Ella solo es una mentirosa, está loca…"

••••••••••

En el Reino de Luxar al Sur del continente, esa misma noche del evento de bodas en Gorian:

—¡¿QUÉ CARAJOS HAS DICHO?! —gritó furioso el hombre pelirrojo en las afueras del bar de don Raúl.

—Se… Se la llevaron… Fue vendida… —dijo nervioso un hombre que estaba acorralado contra la pared por ese pelirrojo que apuntaba con una daga a su yugular— La familia Milser vendió a su hija Alice al Reino de Gorian… Todos los saben.

Furioso el hombre pelirrojo que vestía elegantes ropas en tonalidades oscuras dignas de un noble, lanzó un puñetazo directo al rostro de ese otro que terminó sangrando en el piso de ese callejón.

Dimitri Arlik… El hombre que ayudó hace 5 años atrás a Caroline a fingir su muerte y huir, había regresado de un viaje bastante complicado que tuvo.

¿Su sorpresa?

La mujer que protegió con tanto esmero y a la que amaba con locura… Había desaparecido del pueblo donde la dejó.

"¡Te voy a recuperar Caroline!"

"¡Tú no puedes regresar con ese maldito de Jhonn Wiztan!"

"¡Tú solo puedes ser mía!"

…….

11 pm.

Más tarde esa noche, en la cima de una colina lejana en el Sur de ese pueblo costero de Luxar… Dimitri Arlik encapuchado y a caballo observaba la finca de los Milser incendiarse a la distancia.

El fuego consumía toda la finca de esa familia que se atrevió a vender a Caroline, cuando ese hombre pelirrojo la dejó al cuidado de ellos.

Él que montaba su caballo estaba listo para emprender su viaje y tras de él 3 hombres más encapuchados a caballo, que eran sus socios y amigos.

—¿Y ahora, qué haremos Dimitri? —preguntó uno de los hombres cuyos ojos color miel estaban clavados en ese al que consideraba su amigo, durante esos 5 años que trabajaron juntos.

—Lo primero es buscar a Alice (Caroline), así que iremos a hacerle una visita a ese Rey Gorianito~ —sonrió Dimitri con malicia.

—¿En serio buscarás quitarle algo al mejor gobernante del continente? —preguntó otro de los encapuchados.

—Tengo más de un plan y tenemos suficientes conexiones —comentó ese hombre pelirrojo de aspecto frío, fuerte y musculoso, que estaba en sus 28 años.

—Será entretenido~ iremos contigo~ —sonrió el tercer hombre—. Siempre he querido conocer Gorian.

••••••••••

2 am.

Esa madrugada en el Reino de Gorian:

El Rey Jhonn vestía su abrigo largo de seda dejando al descubierto su abdomen ejercitado al no andar camisa interna solo su pantalón de dormir.

Él que en la baranda del balcón tenía puesta una copa de vino, sostenía en su mano derecha esa cadena de oro cuyo reluciente y hermoso emblema pertenecía al Linaje de marqueses Forsten en el Reino vecino del Sur.

Ese collar que una vez fue de Caroline Forsten.

Ese que ella le dió cuando eran unos adolescentes enamorados de 14 años como una promesa importante.

—Su majestad… —le llamó el mayordomo principal de ese Rey, desde el interior de la habitación.

Jhonn se colocó su collar e ingresó a la habitación Real en ese enorme palacio Gorianito.

—Habla, Arnoldo.

—Su esposa, la Reina Jazmín Rivertia, envío a una de sus doncellas a preguntar por usted. Ha estado esperando 3 horas en la habitación ceremonial para consumar el matrimonio.

Jhonn tomó todo el resto del vino en su copa mientras veía fríamente a ese mayordomo de cabello castaño canoso, perfectamente vestido con su traje oscuro de trabajo.

El Rey se acercó a Arnoldo y le entregó la copa vacía.

—Iré ya mismo~ —dijo con total despreocupación ese hombre de llamativos ojos azules como joyas de zafiros.

Seguidamente Jhonn salió de la habitación Real y mientras iba caminando notó algo que llamó su atención en las afueras del palacio através de esas largas ventanas que iban a lo largo del pasillo.

Él vió a una mujer en camisón interior blanco corriendo a toda prisa por el jardín exterior…

Pero no se trataba de cualquier mujer.

—¿Camil…? —susurró ese Rey con una expresión de sorpresa que rápidamente cambió a una de gran molestia.

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