•••••••••• 3 días más tarde, 8: 00 am. Caroline recién despertaba, luego de pasar inconsciente esos días. En la pequeña mansión carmín dentro del territorio Real Gorianito, la joven de 22 años abría lentamente sus ojos, paseando su hermosa mirada verde limón en sus alrededores. Se dió cuenta que se encontraba en la habitación de hermoso tono verde jade con blanco, dentro de la mansión que anteriormente se le había dicho sería su nuevo hogar. Esa bella mujer rubia se levantó lentamente de la cama, sentándose en el borde, notó que su cuerpo estaba lleno de vendas, pero extrañamente no sentía ni un poco de dolor. Vestida con una bata blanca de tirantes cuya falda larga le llegaba hasta sus tobillos, Caroline se puso de pie viendo que en el suelo habían unas pantuflas de su talla exacta. Clac~ La puerta de la habitación se abrió de inmediato y la ex noble Maitana se sorprendió dirigiendo su mirada hacia esa dirección. Vió a 4 personas ingresar. Madame Susan Bro
••••••••••Esa hermosa tarde de primavera, el refrescante viento se hacía presente meciendo levemente el vestido volado color durazno que llevaba puesto Caroline.Vestido elegante, con decoraciones de encajes blancos y pedrería colorida, un sombrero del mismo color con un pequeño arreglo floral en un costado y luciendo unas hermosas zapatillas de tacón alto. Caroline que recientemente estaba siendo cuidada en el harem para que se le aclare su quemada piel y que se arregle su descuidado cabello, era tapada por una glamurosa sombrilla de sol que sostenía una de las dos sirvientas. A lo largo del pasillo externo hasta el sendero pavimentado donde estaba el carruaje esperando a los Reyes Gorianitos, la mujer ex noble de Maita se encontraba de pie junto a otras personas que servían en el harem para despedir a los gobernantes en su viaje de 15 días rumbo a la nueva provincia "Firgin", la cual anteriormente había sido un Reino menor al Noroeste de la poderosa Gorian. —¿Y los príncipes? —p
•••••••••• Ante la prohibición para ingresar al jardín, Caroline molesta decidió regresar a la mansión carmín. Después de todo, tampoco la había conocido a detalle. —Señorita, cuando lleguemos tiene que tomar la medicina, hasta ahora se la hemos dado inconsciente —confesó la sirvienta Patricia. Caroline que se dirigía al carruaje que la llevaba a la mansión donde se quedaba, se sorprendió en gran manera al escuchar esas palabras. "¡¿Medicina?! ¡¿Me han estado dando cosas a tomar inconsciente?!" El rostro de esa bella mujer Maitana se puso rojo de furia. —¡¡CÓMO PUEDEN HACER ALGO ASÍ!! —le gritó Caroline a Patricia, deteniéndose en medio camino. Los guardias del Rey que andaban vigilando los alrededores se sorprendieron, viéndola de inmediato de mala manera. —Son órdenes de su majestad el Rey. Eso dijo madame Susan Broke. —¿El Rey? —Sí. Pero no se crea especial —recalcó Patricia burlista—. Es parte del reglamento a las amantes, no significa nada. Es una nueva medic
Caroline tensó su expresión con nerviosismo, sabía que esa mujer hablaba en serio por la expresión con la que la veía. Por lo que retrocedió, pero Patricia se puso en pose ofensiva y fue directamente hacia Caroline. ¡¡¡ESTABA DISPUESTA A MATARLA!!! Patricia intentó uno, dos y tres ataques que Caroline apenas logró esquivar. La joven rubia corrió buscando esconderse dentro de esa bodega, entre los cajones con armamentos apilados. Sin embargo, esa alta mujer sirvienta no se rendía. —¡¿Tienes idea de lo que es querer algo con todas tus fuerzas y no poder tenerlo?! — preguntó furiosa Patricia mientras buscaba a Caroline que estaba escondida tras varias torres de unos cajones apilados—. ¡¿Sabes lo que es luchar por ello y que te digan que "NO, POR QUE ERES UNA SEÑORITA"?! ¡¡ES UNA PORQUERÍA!! Caroline, no pudo evitar sentir pena por esa mujer Gorianita. Ella la entendía, por supuesto que lo hacía. Sabía lo que era nacer y crecer en una casa noble como la "joya" más cotizada e
2 días más tarde en la nueva provincia Firgin, Reino de Gorian, 9pm. —¿Son todos? —preguntó el Rey Gorianito que se encontraba sentado en una cómoda silla acolchada de esa elegante sala. Él que sostenía en sus manos unos documentos, se encontraba en el castillo que anteriormente fue el principal de esa provincia que hace solo semanas atrás fue un Reino al Norte de Gorian. Un Reino que Gorian hizo caer ante el y dominarlo por completo. El Rey Jhonn Cuarto Wiztan a pesar de tener una joven edad, en 5 años, ya había conquistado tres Reino del norte, una azaña que ni siquiera su antepasado llamado Jhonn Tercero, al que decían era "un desquiciado de las guerras" había logrado. Sin embargo, el poder de Jhonn Cuarto iba mucho más allá del que alguna vez su abuelo materno tuvo. Ya que a Jhonn Tercero muchos lo traicionaron, le dieron la espada o huyeron por sus drásticas maneras de hacer las cosas. En cambio, Jhonn Cuarto trabajaba distinto. ¿Quieres algo?, él se lo daba a sus
—A los de Firgin no les gustará que ignores tan descaradamente a su "Reina" —recalcó Francis con seguridad—. Al menos con esto… Pensará que no le gustas y buscará mejorar en lugar de creer que ni siquiera la tomas por existente. Jhonn exhaló con molestía. ¡Le importaba un carajo lo que los de Firgin piensen! ¡Le daba igual cuales fueran los sentimientos o lo que quisiera la maldita con la que se casó! Jazmín Rivertia era uno más de sus juguetes desechables. Ella era una sustituta más de su amada Caroline Forsten. Esa que a Jhonn le dijeron que murió días atrás, pero él tercamente se negaba a creerlo… Al menos no del todo, una parte de él confundido y razonable intentaban aceptarlo y avanzar. Por el momento, Jhonn solo quería el control de Firgin. Ya le pertenecía como provincia, pero ese ambicioso Rey, quería ir acabando con sus nobles y terminar de una vez con lo que quedaba de la ex monarquía. Quería limpiar por completo ese territorio y volverlo únicamente Gorianito. Un
Caroline se encontraba paralizada ante los retratos, sumida en un mar de emociones. La sensación de insignificancia la abrumaba, como si su vida hubiera sido solo un insignificante eco en comparación con el estruendo de la historia que rodeaba a Jhonn. Las lágrimas que había contenido con tanto esfuerzo finalmente se desbordaron, rodando por sus mejillas en silencio. En ese instante, Caroline sintió el peso abrumador de la distancia entre su vida y la de Jhonn, como si fueran dos mundos irreconciliablemente separados. En medio de su dolor, una chispa de determinación se encendió en su interior. Caroline sabía que su amor por Jhonn no podía ser borrado por el tiempo ni las circunstancias. A pesar del dolor, incluso cuando parecía tan lejano e imposible. Aunque en más de una ocasión se enojó con él, quiso rendirse y dejar en el olvido ese amor… Su corazón, su terco corazón seguía gritando con todas sus fuerzas que era imposible dejarlo ir… Que moriría amándolo. "No lo
El atardecer se mostraba majestuoso, tiñendo el cielo con una paleta de colores vibrantes que van desde el suave rosa hasta el profundo naranja. Ese río del lugar favorito de Caroline y Jhonn, se encontraba sereno y cristalino, reflejando el esplendor del cielo en su superficie, creando un efecto casi mágico. El suave viento acaricia los árboles, meciendo sus hojas en un baile armonioso. Bajo la copa de un frondoso árbol, en la frescura del césped de la tarde, Caroline que lucia un precioso vestido blanco volado hasta el largo de sus rodillas, se encontraba sentada posando su mirada verde limón en el magnífico paisaje frente a ella. Sus zapatillas blancas junto a sus pantimedias del mismo color, se encontraban a un costado, ya que siempre se las quitaba para no ensuciarlas y poder meter sus pies a la orilla del refrescante río. Por otro lado, Jhonn estaba recostado en el césped al lado de ella. Ese príncipe Gorianito de cabello oscuro y preciosos ojos azules como joyas de zaf