Esa mañana Eileen despertó más agotada que nunca, a pesar de haber dormido toda la noche realmente no descanso nada. Le dolía todo el cuerpo, parecía como si un camión hubiera pasado sobre ella. Llevo la mirada hacia el techo, sentía la cara tan hinchada sumándole al terrible dolor de cabeza que la estaba volviendo loca. Cerró los ojos pensando que si hubiera prevenido lo que iba a pasar al trabajar en aquel museo se pudo evitar muchos problemas.
Suspiro justo cuando la alarma en su mesa de noche sonó… ya era hora de levantarse de la cama e ir a trabajar. Pero solo pensar en tener que caminar algunas cuadras para coger un taxi la hacía cambiar de parecer. También que sus malestares físicos le impedían poner un pie en el suelo. Golpeo el escandaloso aparato en el momento que se sentó. La rubia se picó el puente de la nariz.
— ¡Joder! Que mal
—Toc-Toc… la voz ronca de un hombre fue quien realizo el sonido de simulación de tocar la puerta, lo que causo que Eileen diera un respingo. —¡Lo siento! Te he asustado. Dice Williams sintiéndose culpable.—¡Williams! Eres tú. Disculpa, es que no te esperaba. Yo… esta guardo silencio. —¿Qué haces aquí?—He venido para llevarte almorzar. Este le sonríe. —Espero que no estés muy ocupada porque… ¡por dios! ¿Pero qué fue lo que te paso en la cabeza? Pregunta dándose cuenta al fin de sus heridas.—Nada. Responde ella llevándose una mano a la frente. —Fue un accidente. Dice restándole importancia.—¿Estas de broma? Pero si tienes una buena cortada en la cabeza, eso no es nada para ti. Williams se acerca a ella que Eileen se siente intimidada. Serían los traumas que e
Al salir del casino, en vez de tomar el Mustang pidió que le llevaran el Camaro… subió al coche rápidamente poniéndolo en marcha…No le tomo mucho tiempo para dar con la mansión de Jonás Campi. Un poderoso empresario multimillonario dueño de todos los moteles de Tampa. En cada rincón de la ciudad existía un asqueroso motel de mala muerte perteneciente a este sujeto, también era el propietario de un sinfín de mujeres destinadas para la prostitución.El viejo tenía a las mejores chicas, desde la más virgen e inexperta hasta la más experta y sádica. Buscaras lo que buscaras él siempre tenía lo que desearas. Pero eso no le daba derecho de hacer lo que le viniera en gana pensó Lión apretando el volante con fuerza. Como se atrevía a robarle, el muy maldito se las pagaría. Él era el jefe, toda Tamp
Lión introdujo un Camaro bastante estropeado en su mansión, al bajarse de este muchos sujetos se acercaron a él con armas en sus manos. Este siguió hasta el maletero del coche, al abrirlo saco a Jonás de este a punta de golpes y empujones.—Vamos Lión, te devolveré todo. Te juro que no me pasare por ninguno de sus casinos.—El dinero no es lo que me interesa Jonás, no lo entiendes. El hecho de que te atrevieras a robarme es imperdonable. Decía arrastrando su cuerpo. —Es inaceptable lo que has hecho, y por ello vas a pagar hijo de perra.—No, no, espera… yo puedo darte lo que quieras… lo que desees.—Ya debes conocerme, nadie hace tratos conmigo.Empuja el cuerpo de Jonás al sótano, el sujeto cae de bruces por las escaleras. Lión le sigue los pasos, en cuanto llego al final de estas encendió las luces. Encontrando al
Ella sintió como sus brazos fueron liberados y en ese instante abrió los ojos, dándose cuenta que el hombre que la acosaba estaba golpeando brutalmente a los agresores. La rubia retrocedió varios pasos pegando su cuerpo de la pared.Lión al notar a esos tipos queriendo abusar de la rubia sintió ira, él era el único que tenía derecho a molestarla. Cuando pillo que la tenían sujeta y que el líder de estos puso las manos sobre su bata, de un salto cayó del segundo piso de las escaleras de incendio. En cuando estuvo en tierra firme al primero en golpear fue al idiota que toco a la rubia.El sujeto cayo de bruces contra el suelo, mientras que los otros dos soltaron a Eileen para arremeter contra él. Lión giro su cuerpo rápidamente dejando su puño marcado en la nariz del primero al que llego a él. El segundo saco una navaja bastante grande.—&ie
La mañana siguiente, Eileen detalla los daños causados en la puerta de su casa. A duras penas y cerraba, el pasador estaba roto y el seguro se trababa tanto que dudaba que fuera convincente dejar el apartamento solo. La chica suspiro, no había más remedio que dejar la puerta así hasta que regresara por la noche. Cerró a duras penas sintiendo frustración. Si salía de esa con vida juraría que se mudaría de Tampa.[…]Giro su cuerpo desnudo hacia el otro lado de la cama sintiendo un pequeño bulto que le impedía moverse con libertad. Al abrir los ojos Lión divisa una mata de cabello negro esparcido en toda la almohada. Este se incorpora un poco notando el trasero desnudo de la morena a su lado. Termina por sentarse picándose el puente de la nariz, al ponerse en pie la morena siente la falta de peso.—¡Lión! ¿Cariño a dónde
Pero Eileen sentía que no fuese nada. ¿Por qué habría de llamar a su abogado? ¡Claro! Tampoco es que pudiera interrogar a su jefe, eso no era asunto suyo a fin de cuentas.—Bueno ya hemos terminado Romel, me retiro para que puedas hablar con la señorita con más tranquilidad.—Muchas gracias por venir Lumier. Ambos se dan la mano.—Fue un gran placer conocerla señorita Eileen, espero volver a verla muy pronto.—Sí, claro. Esta asiente.En cuanto se quedó a solas con su jefe se sentó en la misma silla que se sentó el abogado de Romel.—¿Todo está bien, señor Romel?—¡Claro! No tienes por qué preocuparte. ¿Qué me traes?—¡Ah sí! El informe.Mientras el viejo lo revisaba la rubia mordía sus labios en señal de nerviosismo y
—No dejes que te intimide ese sujeto Eileen.—Tal vez deba reconsiderar la propuesta de ese hombre señor Romel.—No. Es mi respuesta definitiva, sabes lo que siento por ese museo. Es como si mi amada estuviera allí todo el tiempo. No puedo hacerlo. Responde con tristeza.Eileen observa al hombre tumbado en la cama abatido por su perdida… no se imaginaba el dolor tan grande que sería perder ese museo al igual que su esposa. ¡Joder! No podía pedirle a ese hombre que se deshiciera de algo tan importante para él. Tendría que dejar de insistirle sobre el asunto.—¿Qué era lo que me ibas a decir, niña? Él viejo la mira con aquellos ojos tan amables.—Nada señor Romel. Ya debo irme a trabajar.—Si comprendo. Te espero en unos días.—No se preocupe. Sonríe encaminándose hasta la puerta.<
Ese mismo día por la noche Eileen regresaba a su casa después de un horrible día de trabajo. Pero la mañana fue la peor, ese encuentro con Lión la dejo completamente con los pelos de punta. Nunca había huido de esa manera de nadie. Por fortuna logro conseguir un taxi a tiempo llevándola lejos de la casa de su jefe… la rubia entraba en su apartamento inseguro recordando que debía llamar al cerrajero del edificio.Unas horas después de que estuviera reparada, sintió alivio porque esa noche dormiría segura. Solo contaba con que aquel hombre no volviera a tumbar su puerta.—Es un maldito acosador. Masculla tumbándose en la cama suspirando a la vez. —Como se atrevió a besarme el muy desgraciado. Dice tocándose los labios. — ¡Es un abusivo pervertido!Cerro los ojos intentando conciliar el sueño, era lo único que le quedaba por