Santos vuelve su semblante pensativo mientras trasiega un trago para comenzar su monologo genealógico; cuenta mi padre que llegó en un barco de inmigrantes, eran los años de la gran guerra y todo aquel que pudiera escapar de las penurias de la carnicería de aquellos tiempos tenía que hacerlo, mi abuelo montó a su hijo en un barco, el niño tenía apenas doce años pero para los sicilianos era ya un proyecto cercano a ser hombre.
Allí se vino con unos primos que iban a la Argentina para trabajar en la fábrica de adoquines que un paisano tenía a orillas del rio de la plata, eso no le gustó al muchacho, había sido criado para ser jefe, quería aprender de otras cosas, no a ser “un obrero muerto de hambre más”, así se lo había pedido su padre antes de salir a ese viaje.
En los dos meses de la travesía conoció
Me desperté muy temprano, me vestí, tomé la computadora portátil y salí, la casa estaba en un silencio sepulcral, descubrí que la puerta del patio estaba abierta, me senté a la sombra de un gran árbol de mango que reinaba todo ese jardín trasero, encendí un cigarrillo y me dispuse a pensar en nada, intentaba imitar sin éxito a quienes meditan, ellos dicen que si pones la mente en blanco al final te relajarás lo suficiente como para poder ver con claridad lo que te rodea, eso hace falta, sobre todo en estos momentos, sin embargo fue difícil.Cuando ya tenía una hora escribiendo y pensando, salió el sol, escuché un ruido de trastes en la cocina, era Santos quien hacía la primera colada, me vio por la ventana de la cocina y me invitó un expreso italiano hecho con grano colombiano cuyo aroma era como para levantar un muerto, la verdad cigarrillo matutino sin café es como comer sin sal, por muy bien que sepa la cosa siempre existe la sensación de que algo falta.Junto a las
Al salir, un guardia se acerca con cierta premura, dice que su jefe me anda buscando y pide que lo acompañe en un vehículo que viene manejando un tipo gordo y mal encarado, nos presentamos que dice llamarse Crispulo López, lo miro con sorpresa pues lo había imaginado más o menos así, cuando su jefe mandó a buscar los cigarrillos para mí, le digo mi nombre y arrancamos por un camino de tierra entre una arboleda que hace las veces de camuflaje. Apenas arrancamos, mientras íbamos por un pedregoso camino de tierra, el conductor, no sin cierta pena, me alcanza una capucha de tela, me pide que me la ponga, asunto de seguridad dice, le obedezco con temor, me recuesto de la puerta del carro con la manilla asida por si toca escapar, de pronto la irregularidad del camino desaparece para dar paso a otro suave, casi como de autopista recién inaugurada, a la media hora más o menos de travesía el mismo
Resulta que hace millones de siglos, en otra dimensión, alguien descubrió que la tierra estaba habitada por monstruos, esos que hoy llamamos dinosaurios, en uno de las tantos fines de la tierra, cayó un meteorito que mató a todos esos animales descomunales, los que sobrevivieron murieron de hambre, el mar se calentó, los volcanes escupieron su indigestión de piedras al mar, lo que se volvió una sopa salobre de muy mal sabor.En ese instante bajó un emisario y sembró sus experimentos (nosotros), nos tenían como animalitos buenos para visitar de lejos de modo que también servíamos para enseñar a los niños lo que no se debe hacer, una especie de zoológico al aire libre, tal como las mascotas que tienen algo de inteligencia se inventaron que esos seres eran dioses, claro, si los comparamos con nosotros somos menos que cucarachas de albañal y como tal se comporta la humanidad.Una mañana de invierno, un joven se condolió de los humanos y les enseñó los secretos del fuego ju
Los budistas hablan de muchas cosas interesantes que se aproximan a realidades, de hecho creo que Buda fue el primero que se enteró de esta payasada que llamamos “realidad” y se burló, solo que los humanos por lo general somos tan básicos que preferimos creer las patrañas que nos inculcan desde pequeños antes que abrir el entendimiento a lo verdaderamente real, aunque esto presuponga un botellazo en la nuca para la historia de la humanidad.Hugo, dime una cosa, ¿eso que me explicas lo tienes por escrito?La verdad es que no, lo único es que llevo un diario donde cuento lo que pasa estos días, con miras a producir un libro en algún momento, tranquilo amigo Santos que ahí no hay nombres reales de nadie, así me curó en salud, todo está respaldado en las redes con un software automático que lo hará llegar a algunos amigos en el momento en que pase tres días sin hacer anotaciones, con esta hampa y la situación uno jamás sabe cuándo el diablo anda suelto, para ci
Tocamos tierra, era el filo del amanecer, estaba comenzando a salir el sol, aunque ciertamente debo admitir que todo el viaje estuve más pendiente de mi esposa que del paisaje , además claro que en la oscuridad de la madrugada no hay mucho que ver, me quito el sombrero con la habilidad de este piloto.Al bajar del aparato, mi esposa se fue detrás del avión a vomitar, por lo que no me di mucha cuenta de lo que pasaba a mi alrededor, mientras la ayudaba en el trance escuché gritos, saludos y algunas palabrotas.Tocan el hombro, es mi amigo Ramiro, no me di cuenta en principio, su estampa distaba mucho de la que tenía la última vez que nos vimos allá en Roma, hoy cargaba jeans desteñidos, zapatos de esos que usan los obreros de los países del primer mundo, que de tan cómodos merecen ser utilizados para diario y la barba de los últimos quince días cuando menos, si no es por su voz me hubiese asustado, claro, al reconocimiento fue el abrazo, el saludo fraternal de quienes c
Era época de vacaciones y las universidades hacen eso que llaman semestre de verano, mi amigo Alexis Trujillo, el periodista, me llamó a ver si podía cubrir una vacante pues el docente se enfermó a última hora y tocaba buscar un reemplazo, como Alexis sabía que andaba de vacaciones y no salí a ninguna parte me lo ofreció, acepté de inmediato.La primera semana de clases me peleé con un alumno por un mal procedimiento de resolución de una ecuación básica para cualquier ingeniero, discutimos acaloradamente hasta que el joven ya harto de la discusión (como solo lo hacen los niñatos arrogantes) sacó sus apuntes del semestre anterior, cuando cursó una materia con el profesor en cuestión, ahí entendí el problema.Al final tuvimos que empezar desde cero para que el joven entendiese y se convenciera que estaba equivocado, la culpa en realidad había sido del profesor que le dijo como verídica una barbaridad matemática. El asunto salió de las aulas y se regó bastante rápido por el
Era época de vacaciones y las universidades hacen eso que llaman semestre de verano, mi amigo Alexis Trujillo, el periodista, me llamó a ver si podía cubrir una vacante pues el docente se enfermó a última hora y tocaba buscar un reemplazo, como Alexis sabía que andaba de vacaciones y no salí a ninguna parte me lo ofreció, acepté de inmediato.La primera semana de clases me peleé con un alumno por un mal procedimiento de resolución de una ecuación básica para cualquier ingeniero, discutimos acaloradamente hasta que el joven ya harto de la discusión (como solo lo hacen los niñatos arrogantes) sacó sus apuntes del semestre anterior, cuando cursó una materia con el profesor en cuestión, ahí entendí el problema.Al final tuvimos que empezar desde cero para que el joven entendiese y se convenciera que estaba equivocado, la culpa en realidad había sido del profesor que le dijo como verídica una barbaridad matemática. El asunto salió de las aulas y se regó bastante rápido por el
Epilogo Hugo nunca más volvió a escribir nada, pregunté a quién envió el diario y me contó que supieron de él algunos meses después, cuando ya estaba hospitalizado, sin memoria y con unos delirios extraños, nunca supo decir quien había sido ni de dónde venía, pasaba horas deprimido sin saber a ciencia cierta la razón. Se volvió motivo de estudio pues casos como ese se hay muy pocos en este país, vivió tres meses como un animalito hasta el día en que se escapó disfrazado de enfermero. Ya para ese tiempo estaba calmado, parecía inofensivo, así que los médicos tratantes decidieron dejarlo andar a su gusto por el ala psiquiátrica a fin de que quizás así pudiera recordar algo de su vida anterior y de su identidad borrada.Luego de haber leído sus memorias, saber además que no hubo final feliz, me propongo hablar con el médico tratante y algunos otros que lo conocieron en vida para hacer un mejor retrato de su personalidad, ese testimonio en digital d