— ¡Vanessa! ¿pero qué pregunta es esa? pasa por favor, después de lo que pasó hoy con tu hermanastra pensé que no vendrías, dime ¿está todo bien? ¿Adriancito, está bien? — el pequeño empresario sabía de la difícil situación de la chica, él siempre que podría le ayudaba, incluso le había prestado a la madre de Vanesa unos ahorros para poder cubrir los gastos de una recaída del niño, dinero que por supuesto Vane, prometió pagar— Si, todo está bien, yo solo he venido a darte las gracias por todo y presentarte mi renuncia, no podré seguir trabajando en el café..En el café, la oficina de Jeremy, quedó en completo silencio, sabía que un día Vanessa, se dedicaría a ejercer la carrera de enfermería pero no pensó que fuera a ser tan pronto, ella era el motivo que lo llevaba de buen humor al café todos los días, aunque sabía que tenía novio, todo el mundo conocía la mala fama de Michael, así que nunca perdió la esperanza de que algún día él y ella...— ¿Por qué? ¿por qué quieres renunciar? cr
El hombre de espalda desnuda que sostenía el teléfono, se tensó de inmediato, a su cabeza llegó un recuerdo de cuando era un niño pequeño y su padre golpeaba a su madre, ella le gritaba que se fuera a su habitación, eran recuerdos muy vagos pero que lo dejaron marcadoEra por eso que aunque fuera un cabrón, nunca le hacía daño físicamente a una mujer y despreciaba a todo aquel que lo hiciera — ¿Golpeada? explícate, ¿la arrolló un coche? ¿qué ¿tipo de golpe tiene? ¡habla, Mario! — ¡En el rostro jefe, tiene una mejilla amoratada y los labios reventados, ese fue un golpe de un varón, estoy seguro, a la señorita Di Angelo, la golpeó un hombre, es por eso que no se presentó a trabajar!— ¡Pero qué carajos! ¿no le puedo quitar los ojos de encima a esa mujer o que demonios? ¡¿quién diablos se atrevió a tocarla?! ¡quiero el nombre y que lo hagan sufrir cien veces más! — pidió el CEO a gritos— Jefe, la señorita Di Angelo, no quiso darme más detalles, la joven está muy hermética, quizás fue s
En toda su vida, habiendo nacido en cuna de oro, Nathanael Castrioli, había tenido que disculparse a excepción de su abuela, a ella algunas veces le ofrecía una disculpa por su libertino comportamiento cuando lo atrapaba llegando de madrugada a casa, ahora tenía que pedir perdón por haber sido un cretinoEl CEO bajó de su coche, su mirada ya no era fría como cuando subió, había calidez en ella, tocó de nuevo la puerta que el mismo azotó al cerrarla, Vanessa, abrió pero cuando lo vió de pié afuera le dió con la puerta en las narices— Hija de la.... — el hombre se llevó las manos a la adolorida naríz, ninguna persona se había atrevido a cerrarle la puerta en la cara, tenía que ser ella, la rebelde enfermera que lo traía con el humor de cabeza— ¡Váyase de mi casa, ya me despidió y me dijo estúpida! ¿qué más quiere de mi? — ¡Ábreme la puerta mujer! creo que me rompiste la nariz, ¿cómo te atreves a tratar de esta manera a tu jefe? ¡te voy a volver a despedir, te voy a despedir cien vece
Por unos momentos el silencio fue todo lo que sucedió entre el millonario y la joven enfermera, el se preguntaba por que había dicho esas palabras tan comprometedoras a esa joven que no le importaba y ella... ella lo creía capaz de eso y más su malhumorado genio lo delataba.— Usted... usted no sería capaz de hacer una cosa así, ¿cierto? Jeremy, es un buen hombre, le debo tanto, él siempre nos ha ayudado a mi madre y a mí, fue él quién le prestó dinero a mamá en una de las recaídas que Adriancito tuvo, y ha sido tan paciente que ni siquiera me cobra, pero yo le abono cada que puedo... ¡usted... usted no puede hacerle daño!El que la joven Di Angelo, llamara por su nombre a su jefe del café no le agradaba para nada al CEO, pues mientras que a él lo llamaba señor Castrioli, al microempresario le llamaba Je-re-my.— Entonces si te preocupa tanto es mejor que no lo metas en problemas, tu pones un pie ahí y ordenó derribar ese pintoresco lugar, ese bonito café está en tus manos ahora, muje
Así mientras que el CEO luchaba por quitarse a la bella joven de encima, ella le suplicaba que la tomara, por un momento la dejó tirada en la alfombra y fue directamente al cuarto de baño a llenar la bañera, después volvió a por ella y la tomó en sus brazos, Vanessa, seguía buscando sus labios logrando darle unos cuantos besos con deseo de más, mucho más, hasta que sintió cómo su caliente cuerpo fue arrojado a la helada agua de la bañera.Un fuerte grito se escuchó salir de los labios de la chica, el contraste de temperatura hizo shock en su cuerpo y soltó improperios al causante.— !Hijo de las mil putas! ¿por qué me has hecho esto? ¡esta muy helada sácame de aquí! ¡solo quería que me ayudaras, seguro que te gustan los hombres o no se te para la polla! — Vanessa pataleaba en la gran tina tratando de salir, había sido un método bastante cruel pero era eso o tomarla para que su cuerpo se calmara, y la segunda opción jamás la tomaría, Nathanael era un hombre íntegro, un caballero que nu
Nathanael había dejado todas sus energías dentro del hermoso cuerpo de Vanessa, el hombre estaba agotado por toda la actividad sexual que habían tenido, se había esmerado como nunca en su vida en satisfacer por completo a la mujercita que le causaba tantos dolores de cabeza, a esa de la que no podía apartar sus grises ojos o ya la estaban intentando matar o hacer daño.Vanessa, se despertó e inmediatamente el dolor en su cuerpo le hizo recordar la intensa noche que había pasado con Nathanael, se cubrió la boca para que su gritó no fuera escuchado.— ¿Qué hice? — susurró apenas audible, se había entregado a su arrogante jefe, el que le hacía proposiciones indecorosas y le había ofrecido firmar un contrato para que fuera su esposa, aunque lo disfrutó y él fue lindo y tierno al tomarla por primera vez, sabía que era sin duda un completo error, el peor de todos los que había cometido hasta ese día.Cómo una experimentada ninja, se vistió y salió del lujoso apartamento, su vestido estaba h
Con todo y que había cubierto todo su cuerpo, Vanessa aún se sentía insegura, tuvo que salir de casa a ver a su antiguo jefe Jeremy, solo por que había mencionado el dinero que su madre le debía, la joven enfermera espero a que Ani, volviera para dejar con ella a Adriancito— No lo sé, Vane, es muy extraño que tu ex jefe te quiera ver por el motivo de a deuda que tú madre tenía con él ¿y si te cobra que vas a hacer? todavía no has podido junta para pagarle— Lo sé, no tengo el suficiente dinero para cubrir esa deuda, de verdad espero que Jeremy, no se haya cansado de esperarme y pida su dinero de vuelta en estos momentos Vanessa llegó a la cafetería, fue directo a la oficina de el que hasta ahora ella consideraba su amable jefe, pero al llegar la actitud del dueño del café era otra muy diferente— Buenas tardes, ya estoy aquí, dijiste que me quieras ver con urgencia por el asunto del dinero que te debemos, ¿qué pasa? sé que no te he podido pagar, pero te abono regularmente— Sé que
La situación de Vanessa, no era nada buena, su hermano enfermó gravemente, ella no contaba con un trabajo estable para pagar las cuentas, el medicamento y el hospital, además estaba la deuda con Jeremy, no tenía el dinero para pagarle pero aún así no podía aceptar su propuesta, ella... había pasado la noche con otro hombre y no podía presentarse ante su jefe como la chica que ya no era— No, no acepto, no me voy a casar contigo, sé que te debo y que no tengo por el momento como pagarte, pero hay cosas que me impiden aceptar tu propuesta, y una de ellas es que no estoy enamorada de ti, yo... ya no soy esa chica con la que conviviste tanto tiempo, he tomado mis decisiones y es por eso que no puedo corresponder teJeremy, que estaba seguro la podía conseguir forzándola por el motivo de la deuda, se puso muy molesto, la joven lo estaba rechazando y no entendía por qué, él era apuesto, tenía un negocio, le ofrecía hacerse cargo de los gastos de su hermano, ¿qué más quería ella?— ¡¿Por qué