Sin Adam alrededor me sentía de cierta forma menos vulnerable. La mayoría de las veces evitaba decir cosas que tuvieran alguna repercusión en él a corto plazo.Él no me hacía débil, me hacía precavida, por lo que una vez estuvo duchado y vestido, nos encaminamos hacia la cocina para que pudiera prepararle un desayuno rápido y su lonchera.Pero al llegar a la cocina encontré un plato listo con wafles y frutas y una lonchera con suficiente almuerzo para tres niños junto a su plato.Con el ceño fruncido lo vi alimentarse y la delicada señora a la que no me molesté en mirar, me cuestionó si necesitaba desayunar, pero se me había cerrado el estómago con la percepción que estaba teniendo de esta situación.Por mi boca no pasaría un bocado, aunque lo forzara.El chofer que según sabía, Khail nos había asignado, nos llevó a la escuela y luego a mí de regreso a la casa. No pasó desapercibida para mí la forma en la que las madres de la escuela que dejaban a sus hijos me miraban y ni hablar de l
—Pero me has quitado mi libertad.—Tienes horas aquí, fierecilla, no predispongas tu mente a todo lo negativo.Se separó de mi cuerpo respirando pesadamente y mi cuerpo tembló cuando se dio la vuelta y pasó sus dedos por su cabello tratando de calmar el fuego que había visto en esos hermosos ojos azules.Ya no eran témpanos de hielo dispuestos a congelar todo a su paso.Ahora eran un hielo derretido que amenazaba con quemarme si me acercaba demasiado. Y ese fuego de alguna forma fue tan familiar que no dudé el haberlo visto en algún otro lugar.—Tendrás un trabajo en una de las más prestigiosas compañías del país, tu hijo podrá tener una educación de acuerdo con sus capacidad intelectuales, podrás descargar un poco del peso que has estado llevando desde que tu madre enfermó y sobre todo seguirás siendo libre. No quiero mantenerte atada a estas cuatro paredes, Dalia, no limitare tus salidas, definitivamente no. El trato es claro, vives conmigo, trabajas conmigo y ningún otro hombre se
Obviando esos recuerdos cerré la puerta con cuidado y terminé de recorrer el oscuro pasillo para llegar a las escaleras.Todas las luces estaban apagadas y eso ocasionó que un leve escalofrío recorriera todo mi cuerpo. Nunca había recorrido los lugares de esta casa en plena noche y sobre todo en penumbras.Pero agradecía el leve fulgor que entraba por las ventanas que poseían las cortinas corridas, ya que daban una tenue iluminación que me dejaba ver mi camino sin tener que tropezar con nada.En cuanto llegué a la cocina me acerqué al refrigerador y abrí una de sus puertas agradeciendo la cantidad de luz que se esparció gracias a su apertura.Aunque el frío que me azotó provocó un leve estremecimiento en todo mi cuerpo provocando que mis pezones se apretaran contra la delgada tela de mi blusa de pijama de seda blanca. Cortesía del dueño de este lugar que me había cedido la cantidad de ropa en aquel extravagante closet.Una vez la luz fue suficiente para poder ver con algo de claridad,
Khail PetrovMis ojos siguieron su pequeña figura mientras corría fuera de la cocina. Ciertamente sabía por qué había reaccionado de esa manera, cualquiera con tres dedos de frente se daría cuenta de la forma en la que se inclinó hacia mi toque sin siquiera darse cuenta.Cosa que de alguna forma u otra hizo que mi cabeza se sintiera aturdida por unos segundos.Simplemente quería empujarla de nuevo contra esa m*****a isla y desnudar su cuerpo para recorrer esa piel cremosa y blanca que había visto.Cuando la vi moverse en la oscuridad con lentitud unas enormes ganas de cubrir sus labios y susurrar en su oído hasta que el miedo burbujeara en ella se apoderó de mí y todo para poder sentir el alivio de su cuerpo cuando supiera que era yo.En vez de eso solo me quedé observando, viendo como se movía hacia el refrigerador y lo abría, dejando que mis ojos se posaran en la curvatura de su cintura, en sus pezones endurecidos a causa del frío y en otras tantas cosas que terminaron provocando un
Pero realmente no dormí, no hasta que escuché como el ruido cesaba y Khail pasaba a su habitación con pasos lentos haciendo resonar sus botas pesadas contra la madera que cubría el pasillo del segundo piso.Al otro día simplemente desperté y levanté a Adam para que comenzara a prepararse mientras yo me acercaba a mi habitación y me duchaba para vestirme.No sabía cuál sería mi función, pero considerando que trabajaría en un enorme edificio corporativo opté por vestirme de la forma en la que aquellas mujeres estuvieron vestidas tras mi última visita al lugar.El vestido que cubría mi cuerpo era negro, ajustado a todo mi cuerpo y con mangas que cubrían mis hombros. Un leve escote redondo y un lazo que se amarraba a mi cuello realzando el largo de mi pálido cuello.En mis pies tenía unos tacones de plataforma no muy altos y una vez estuve frente al espejo amarré mi cabello en un moño bien peinado, aunque la cola estaba envuelta de forma que mis rizos aun eran notables.Una vez lista tomé
—Ya tengo una secretaria —explicó mientras se giraba para hablar frente a la mujer que se había levantado del escritorio y salido de su oficina en cuanto nos vio llegar —ella se encarga de muchas cosas, del papeleo, traducción de documentos, organización de documentos, consolidación de citas y sabrá dios que otra cosa —él parecía agotado mientras explicaba cada cosa —pero tú serás mi asistente.La mujer junto a nosotros lo miró confundida, pero disfrazó la expresión antes de que pudiera siquiera parpadear.—Vendrás a reuniones conmigo, mantendrás mi agenda en orden, citas y ya sabes, todo lo demás que te mantenga atada a mi lado.Y tras sus palabras se dio la vuelta y se encaminó hacia su oficina en donde se encerró.La mujer junto a mí me miró de arriba abajo y frunció el ceño considerablemente, probablemente identificando mi hermoso vestido que claramente era de diseñador.Pero no tenía ganas de presumir.—Repetiré tus tareas una sola vez, pues no es mi trabajo entrenar novatas —sus
—Hola, soy Lowen —se presentó con una sonrisa, pero no extendió su mano en mi dirección —te daría la mano para formalizar la presentación, pero alguien está muy renuente a que los demás te toquen.—Yo soy Helan y lo mismo que ella dijo.Asentí en dirección a ambos y mis ojos se encontraron con los de Khail que no paraban de mirarme directamente y sin decir una palabra.Ojalá pudiera saber lo que le sucedía, pero pronto revolví mis pensamientos. Ciertamente eso no me importaba, no debía hacerlo, así que me di la vuelta y tomé un vaso para llenarlo de agua y salí de la cocina escuchando como la mujer de nombre Lowen se reía suavemente.—Ella me agrada, no parece tenerte miedo.Pero esa era una mentira muy bien montada. Yo si le tenía miedo, porque él tenía mi vida y la de mi hijo en sus manos y podría acabar con ellas tan fácilmente como había acabado con el mundo que ambos habíamos conocido.Khail Petrov—¿Qué piensas hacer con ella cuando esto acabe? —sus palabras me sacaron de juego.
Jadeé al sentir el contraste de la textura fría contra mi cuerpo caliente. —Se dice buenos días, Dalia ¿dónde esta tu educación? —las palabras fueron susurradas contra mi oído y sentí que temblaba incontrolablemente ante sus labios fríos rozando la piel sensible. —Buenos días —susurré mientras una de mis manos se aferraba a su brazo para intentar escapar de la prisión en la que me tenía. —Demasiado tarde. Y ni siquiera me dio tiempo a pensar en lo que haría, él simplemente me elevó del suelo y caminó un par de pasos hacia la piscina para darse la vuelta y arrojarme a ella. Y todo pasó en cámara lenta una vez sus brazos me abandonaron. Caí soltando un grito que se escapó de mis labios sin permiso y luego el agua empapó todo mi cuerpo cuando caí en ella. Quise salir a flote, por lo que me removí en el agua y pronto el aire en mis pulmones me llevó arriba, pero no podía mantenerme en la superficie, por lo que volví a hundirme. El no poder sentir el fondo me alarmó y pronto el páni