*—Theo:Todo había comenzado como un día normal.Por la mañana, Theo había compartido un desayuno tranquilo con Luna, como cualquier otro día. Se despidió de ella con un beso, prometiéndole que estarían juntos más tarde, puesto que vendría para el almuerzo, y se dirigió a su oficina con la confianza de siempre, decidido a demostrarle a su abuelo que no había nadie mejor que él para liderar la empresa familiar.Sin embargo, todo cambió en un instante.Dos horas más tarde, mientras estaba en medio de una importante reunión, el teléfono de Theo sonó. Al ver que la llamada provenía de Sonia, su ama de llaves, su estómago se encogió. Era extraño que Sonia lo llamara durante las horas de trabajo, y Theo supo al instante que algo grave estaba ocurriendo.Cuando Sonia le informó sobre lo que estaba ocurriendo, el mundo de Theo se derrumbó en ese momento. Las palabras de Sonia resonaban en su mente, incapaz de procesarlas del todo. Labor de Parto. Sangre. Eso no podía ser bueno. El pánico se a
*—Theo:Al fin le habían dado la oportunidad de verla.Theo, sintiendo el peso de la preocupación y el dolor en su pecho, se acercó a la cama de Luna. Su cuerpo temblaba mientras tomaba con delicadeza la mano de su amada. La mano de Luna estaba fría y pálida, un contraste doloroso con la calidez que él solía conocer.Con un suspiro tembloroso, Theo alzó la mano de Luna hacia sus labios y la besó suavemente en el dorso. Era un gesto lleno de ternura y desesperación, un intento de conectar con ella en medio de su estado inconsciente.Luna no respondió a la caricia, y la falta de reacción hizo que las lágrimas de Theo comenzaran a caer. Su corazón estaba roto al ver a la mujer que amaba en tal estado de fragilidad.—Luna… —susurró Theo, su voz quebrada—. Te amo tanto —continuó—. Estoy aquí contigo, no te preocupes. Vamos a salir de esta, por favor.Los ojos de Theo se llenaron de lágrimas mientras permanecía a su lado. Cada latido de su corazón parecía resonar en el silencio de la habita
*—Theo:Había pasado unos días desde lo sucedido con Luna y aunque esta no había recobrado el conocimiento, su salud estaba mejorando. También su bebe se estaba estabilizando y Theo estaba seguro de que ambas iban a mejorar y algún día, podrían ir a su casa juntos.Theo suspiró con amor y tomó el pequeño diario de Luna, en el que ella había estado escribiendo todo lo sucedido durante su viaje con el embarazo. Mientras repasaba las líneas cuidadosamente, se sintió profundamente conmovido por la sinceridad y la dedicación con las que Luna había documentado cada momento de su experiencia. Cada palabra parecía capturar no solo los eventos, sino también las emociones y los sueños que Luna había tenido mientras esperaba a su hija.Sus ojos se detuvieron en una entrada reciente, donde Luna había escrito sobre sus sentimientos más profundos, sus miedos y esperanzas. Theo no pudo evitar sentir una oleada de gratitud hacia ella, admirando la fortaleza y el amor que había puesto en cada palabra.
*—Theo:El tiempo parecía burlarse de él. Theo soltó un suspiro y miró hacia su amada, aun en la cama y sin volver en sí. Los médicos decían que poco a poco estaba curándose, pero entonces, ¿por qué no recuperaba la conciencia?La habitación estaba en silencio, rota solo por el suave pitido de los monitores que marcaban el ritmo de su corazón. Theo se acercó a la cama, tomando la mano de Luna entre las suyas. Su piel estaba cálida, pero la frialdad de su falta de respuesta lo atormentaba. No podía evitar pensar en lo que Kenneth le había dicho y en las palabras que habían hecho añicos su mundo. Ni en como una sola acción había arruinado todo lo que construyeron. Era mejor que Kenneth rezará para que Luna y su hija estén bien pronto, porque de no ser así, Theo no sabía como iba a actuar si algo malo pasaba.—Luna —murmuró, con la voz quebrada—. Regresa por favor —pidió Theo—. Bambi te necesita y yo te necesito amor. No sé cuánto más podré soportar sin ti.El peso de la incertidumbre lo
*—Luna:¿Por qué se sentía como si estuviera flotando? ¿Por qué todo estaba negro? Era como una sensación indefinida entre la vigilia y el sueño. Todo a su alrededor era borroso y distante, como si estuviera atrapada en una niebla suave e interminable. No había dolor ni angustia, solo una calma que parecía envolverla.¿Por qué? ¿Por qué estaba pasando esto? La sensación de estar en un vacío profundo y oscuro la desconcertaba. La falta de referencia y la ausencia de estímulos concretos la sumían en un estado de confusión, mientras su mente buscaba desesperadamente entender su situación.¿Acaso estaba muerta? La pregunta la atravesó como un destello inquietante, la idea era demasiado aterradora para aceptarla. La sensación de estar en un limbo entre la vigilia y el sueño solo aumentaba la confusión. Sin embargo, sentía algo cálido en alguna parte de su cuerpo, una sensación reconfortante que no podía identificar completamente. Era un contacto suave y constante, como una mano que la e
*—Luna:Después de lo que pareció una eternidad, Luna estaba de regreso en su habitación, con numerosos chequeos positivos a su favor. El médico le había explicado la situación detalladamente, y ella trataba de procesar toda la información.El asombro que experimentó al ver a Kenneth en el supermercado, y la verdad que él le reveló, había sido el catalizador de una serie de eventos inesperados. La conmoción y el estrés acumulados fueron tan abrumadores que desencadenaron su parto prematuro.Mientras reflexionaba sobre lo sucedido, Luna sentía una mezcla de alivio y tristeza. Aunque estaba agradecida de estar en recuperación y de que su hija estuviera en buenas manos, no podía evitar pensar en el tumulto emocional que había llevado a este punto. Sabía que enfrentaría desafíos adicionales al recuperarse y tratar de resolver los problemas no solo con su propia salud, sino también con Theo.En ese momento, la puerta se abrió lentamente y la cabeza castaña de su amado apareció por esta. Al
*—Luna:Seis meses habían pasado desde el nacimiento de Mia, y la vida de Luna y Theo se había transformado en algo extraordinario. Su apartamento estaba lleno de risas, amor y, por supuesto, las travesuras de una bebé que estaba creciendo rápidamente. Theo había demostrado ser el hombre más cariñoso que Luna había conocido. No solo era un padre excepcional, era la pareja que Luna había soñado, y su dedicación a su familia la llenaba de orgullo.Mientras observaba a Theo jugar con Mia, Luna no podía evitar sentirse profundamente agradecida. La forma en que Theo se dedicaba a cada momento, desde las pequeñas cosas cotidianas hasta los grandes gestos de amor, era una de las cosas que más admiraba de él. No solo había encontrado un compañero en Theo, sino también un verdadero apoyo en cada paso de su vida.Además de eso, Theo había dado grandes cambios significativos en su vida. Cuando al fin ambas estuvieron en plena salud y pudieron regresar a casa, Theo le informó que ese mismo día h
*—Theo:Este era uno de los días más felices de su vida.De pie en el altar, vestido con un elegante traje negro que contrastaba perfectamente con la delicada flor blanca en su solapa, Theodore Santini sentía su corazón latir con fuerza, casi al compás de la música suave que llenaba la iglesia. Hoy, el día que había soñado durante tanto tiempo, finalmente había llegado.Mientras esperaba a su amada Luna, sus pensamientos viajaron a través de los momentos más significativos de su relación: las luchas y reconciliaciones, los momentos de incertidumbre, y las muchas sonrisas y lágrimas que compartieron a lo largo del camino. Todos esos recuerdos, tanto los buenos como los malos, lo llevaron hasta este instante.Se había tomado un año para llegar a este día tan esperado. No porque no quisieran casarse antes, sino porque la llegada de Mía había cambiado todo. La pequeña había traído un nuevo tipo de amor a sus vidas, uno que los mantenía ocupados y felices. Sabían que querían que ella estuv