James se mantenía firme en irse, por lo que Tobias no lo detuvo.

Tobias no quería ofender a las grandes fuerzas y convertirlas en sus enemigos por el bien de James. Aún así, ya había prometido protección a cambio del secreto de las Flores de la Luna en el Borde del Acantilado.

Ahora que James había regulado los meridianos de todo su cuerpo, podía ser considerado un gran maestro de quinto rango y tenía un potencial ilimitado. Con el tiempo, ascendería de rango.

Este James era digno de su protección.

Se apresuró a sacar su teléfono y llamó a Hades, el patriarca de los Johnston.

La llamada se conectó y una voz hostil sonó desde el teléfono: “Hola, ¿a quién tengo aquí? ¿No es este el Señor Caden? ¿Para qué me llamas?”.

“Hades, solo quería informarte que de ahora en adelante, James es parte de nuestra familia. Sus asuntos son iguales a los asuntos de los Caden.

Después de decir eso, Tobias colgó la llamada. Luego hizo algunas llamadas a todas las fuerzas de la Capital, dándoles el mi