James tomó el avión y salió de la Capital.

Pronto, llegó a la región militar de Cansington.

El Rey Blithe había venido a darle la bienvenida.

Cuando James salió del coche, el Rey Blithe caminó hacia él y lo abrazó.

Se rio efusivamente antes de decir: “James, esta vez, has ayudado a acabar con el flagelo del país”.

Aunque Rey Blithe estaba asignado en Cansington y no tenía que preocuparse por el caos en la Capital, estar en esta posición aún lo involucraría en sus asuntos. Por lo tanto, estaba muy al tanto de lo que sucedió y de que James había usado la Espada de la Justicia para matar al Emperador.

Él también sabía que James estaba en peligro.

Afortunadamente, James volvió con vida.

“Me alegro de que hayas vuelto”. El Rey Blithe extendió su mano y golpeó el pecho de James con una sonrisa.

“Nos conocemos desde hace tanto tiempo pero no hemos bebido juntos. Antes de que fueras por última vez a las Llanuras del Sur, dije que esperaría a que volvieras con vida y tomaríamos un buen