“Estoy en el Hospital Militar”.

“Está bien, iremos para allá de inmediato”.

Después de que James les informara de su ubicación, guardó su teléfono y volvió a sumirse en sus pensamientos.

Zane y Cynthia llegaron poco después.

James todavía estaba sentado en la escalera en la entrada de la sala de pacientes hospitalizados cuando llegaron.

“¡James!”.

Se escuchó una voz emocionada.

James volvió en sí y levantó la cabeza.

Una chica de unos veinte años vestida con un vestido blanco corrió hacia él con alegría. Su largo cabello negro bailaba con la brisa mientras corría hacia él.

Pronto, ella se detuvo frente a James.

James se puso de pie y la saludó: “Cynthia”.

El hermoso rostro de Cynthia tenía una expresión de deleite. Apretó la mano de James y le esbozó una sonrisa de oreja a oreja. “¡Por fin puedo volver a verte después de tanto tiempo! ¿Cómo te va? ¿Estás mejor?”.

James pronunció en voz baja: “Nada ha cambiado mucho, pero al menos no moriré por el momento”.

Unos momentos de