“Tiniebla”, llamó él. Un hombre vestido de negro apareció y se arrodilló ante el Rey de Sol. “Señor”. “Dirígete a las Llanuras del Sur inmediatamente. Dile esto a James…”. El Rey de Sol se levantó y susurró algo al oído del hombre. “Entendido”. Tiniebla se levantó y se marchó a toda prisa. Al mismo tiempo, en el Salón de la Asamblea General de la Capital... Todos los periodistas de la Capital estaban presentes. En los asientos delanteros estaban las personas prominentes de la Capital, entre los que se encontraban Hendrix Hudson, el Secretario General, Leroy Tucker, el Jefe Ejecutivo, y el Emperador, el comandante en jefe del ejército de la Llama Roja. “Secretario General Hudson, ¿puedo preguntar qué piensan hacer los altos mandos respecto a las acusaciones contra el Dragón Negro?”, preguntó un periodista. Ante las innumerables cámaras, Hendrix anunció: “Jamás toleraremos semejante delito. La corrupción está ilegalizada en Sol desde hace miles de años. Muchas din
Todos permanecieron en silencio. Aunque los recién nombrados Ocho Élites no conocían el carácter de James, Henry y Levi, en cambio, sí. Habían seguido a James durante muchos años. Sabían que James nunca le hizo daño a un inocente. Ahora, alguien le estaba tendiendo una trampa. “¿Qué pasa con sus expresiones?”. James los miró y dijo despreocupadamente: “No es para tanto. Todo es culpa mía. No debí aceptar sobornos ni malversar los fondos. Violé la ley a conciencia, y esta es la consecuencia de ello”. Con los ojos llenos de lágrimas, Henry preguntó: “¿Qué hacemos ahora, James?”. Todo el mundo estaba preocupado, especialmente los Ocho Elites. Habían ocurrido tantas cosas a la vez que aún no conocían sus roles. James dijo tranquilamente: “Los superiores investigarán el asunto a fondo. Si tengo suerte, puede que me degraden o destituyan. Por el contrario, podría ser encarcelado o incluso ejecutado…”. “James…”. James agitó ligeramente una mano e interrumpió a Henry. “No
James tomó el control que tenía a su lado y pulsó un botón. La oscura habitación se iluminó inmediatamente. Finalmente podía ver el aspecto del hombre. Era un hombre de unos cuarenta años. Tenía la cara redonda y cejas espesas. De pie ante James, el hombre parecía un tigre feroz. Tenía una mirada amenazadora. James podía sentir que no era un hombre ordinario. Rara vez, o nunca, había tenido esa sensación. Solo cuando se enfrentaba a un verdadero hombre poderoso tenía esa sensación. Eso significaba que el hombre que tenía delante poseía verdadero poder. Además, el hombre era capaz de infiltrarse en el Palacio del Dragón Negro sin alertar a los guardias del ejército del Dragón Negro. James dijo débilmente: “Pasó algo”. “¿No eres Asclepio? ¿No puedes salvarte?”. El hombre de mediana edad se veía dudoso. James no respondió a su pregunta. Después de todo, no sabía quién era el hombre que tenía delante. Sin embargo, podía adivinarlo. Después de todo, solo los subo
Después de la conferencia de prensa, el Emperador se dirigió rápidamente a Cansington para investigar el asunto. Había estado observando cada acción de James. Sabía de la mala conducta de James en Cansington. Se dispuso inmediatamente a buscar a Los Cuatro Grandes, a la Alianza Empresarial de las Cinco Provincias, al Grupo Comercial Infinito y a los demás. Con su testimonio, sería más que suficiente para condenar a James por sus crímenes. Antes de que saliera el sol, el Emperador había terminado de recopilar las pruebas. Se dirigió directamente hacia las Llanuras del Sur en compañía del ejército de la Llama Roja. Por la mañana. James se despertó. Aunque había dormido toda la noche, se sentía más letárgico que nunca. Llamó a Henry y le dio algunas instrucciones. Henry llamó a sus hombres para que prepararan el desayuno para James. El desayuno no tardó en estar listo. Los dos se dieron un festín. Sin embargo, el ambiente era tenso. ¡Clac! ¡Clac! ¡Clac! El so
“¡La figura más corrupta de Sol ha caído!”. “¡Noticias de última hora! Se ha confirmado que James había sido el propietario detrás de escena del Grupo Transgeneracional en Cansington. La compañía se ha disuelto, y todos los activos de James han sido confiscados”. “Basándonos en nuestros cálculos, se apropió indebidamente de fondos por valor de 10 trillones de dólares”. ... La noticia de la detención de James se extendió como un reguero de pólvora. Conmocionó a toda la nación. James fue llevado al avión privado del ejército de la Llama Roja. En el avión, James se apoyó en su asiento, incapaz de ejercer una sola pizca de fuerza. “Tú ganas”, murmuró él. “¿Qué quieres decir, James? Como uno de los cinco comandantes en jefe y Rey Dragón, deberías saber que no debes violar la ley intencionalmente. Como comandante en jefe del ejército de la Llama Roja y jefe de los Cinco Comandantes, arrestarte no es más que cumplir con mi deber. Por favor, no me culpes por esto”. Una sonris
James tenía tanta hambre que comenzó a marearse. Al escuchar la voz, giró la cabeza inconscientemente. Aunque la prisión subterránea estaba completamente a oscuras, el pasillo estaba tenuemente iluminado. James pudo ver que había un hombre en la celda contigua a la suya. Llevaba el cabello despeinado y vestía harapos. Aunque James no podía distinguir su aspecto, supo que lo conocía al oír su voz. “¿Quién eres...?”. Su voz era frágil. “¿Por qué no te fijas bien?”. El hombre barbudo se acercó a James y le mostró su rostro. James observó atentamente el rostro del hombre. Después de un rato, finalmente supo quién era. “Blake Davis”. El hombre no era otro que Blake Davis, el fundador del Castillo Oscuro, a quien James había capturado junto a muchos otros luchadores altamente cualificados. Su batalla con Blake unos años atrás quedó grabada para siempre en la mente de James. “Así es. Soy yo”. Blake soltó una carcajada. “¿Sabes cuál es mi mayor deseo, James?”
James miró al Emperador y habló con una voz débil: “Gracias por preocuparte. Estoy bien, por ahora”. El Emperador sonrió. “Mañana serás juzgado públicamente. Se enumerarán todos tus crímenes. Dime... ¿Crees que serás ejecutado?”. James se limitó a mirar al Emperador en silencio. Aunque estaba furioso, mantuvo la compostura. Después de todo, no quería desperdiciar sus fuerzas. El Emperador continuó: “Serás juzgado dentro de ocho horas. Puesto que tu posición es simplemente demasiado alta, teniendo en cuenta que eres el comandante en jefe de las Llanuras del Sur y el Rey Dragón, tu juicio será juzgado por los cuatro comandantes en jefe restantes, el Secretario General y el Jefe Ejecutivo. ¿Deseas morir o pasar el resto de tu vida en esta oscura y húmeda celda?”. James respiró hondo antes de preguntar: “Nunca me he metido contigo ni con las figuras prominentes de la Capital. Solo me ocupo de mis asuntos en las Llanuras del Sur. ¿Por qué te empeñas tanto en eliminarme?”. James
Tras cerrar los ojos, James se durmió inconscientemente. Sin embargo, pronto fue despertado por el hambre. Pero, volvió a dormirse. Esto se repitió varias veces. Entonces, escuchó el ruido de unos pasos. Hombres armados del ejército de la Llama Roja sacaron a James de su celda. Finalmente podía ver la luz del sol. Disfrutando de su calidez, James saboreó la efímera experiencia. Muchos convoyes estaban a las puertas de la prisión. El Emperador, vestido con su túnica de la Llama Roja, bajó de uno de los convoyes y se acercó a James. Al ver el patético estado en que se encontraba James, el Emperador se regodeó: “¿No dormiste bien anoche?”. James miró al Emperador. Quería hablar. Sin embargo, no tenía fuerzas para hacerlo. Si no fuera por los hombres que lo sostenían, se hubiera desplomado. “Llévenlo al juzgado”. “Entendido”. James fue empujado hacia el convoy. El palacio de justicia era un lugar de juicio para los altos funcionarios de Sol. La mayor parte del