James preguntó con cautela: "Respetado anciano, ¿hay alguna forma de desbloquear el sello del Mundo Oscuro, antes conocido como Reino Primordial? Podría explorar clandestinamente los Reinos Mayores y el Clan Eterno para ver si consigo robar la Luz Eterna".

"Es inútil", contestó la Ursa, negando sutilmente con la cabeza. "Este sello se forjó gracias a la colaboración de los Forasteros de los Mundos Exteriores de las Diez Grandes Razas. No es fácil de romper. Si se pudiera quitar, hace tiempo que me habría marchado. ¿Por qué iba a quedarme en este mundo?

"Oh", respondió James en voz baja.

Su preocupación disminuyó considerablemente al oír la noticia. El sello era impenetrable, por lo que los seres vivos del Mundo Oscuro no podían escapar, y los Forasteros de los Reinos Mayores tampoco podían venir.

En otras palabras, sus enemigos actuales consistían únicamente en las Ursas que estaban ante él, junto con los Vigilantes que acechaban en las sombras.

La identidad de estos Vigilantes