James estaba ligeramente desconcertado.

Supuestamente, las Diez Grandes Razas debían ser camaradas.

James ya había dicho que su maestro pertenecía a la Raza de la Destrucción.

Por otro lado, la criatura que tenía delante era de la Raza Ursa.

Aunque eran razas diferentes, se suponía que estaban en el mismo equipo. En teoría, una potencia de la raza Destrucción intentaría ayudar a la Ursa a recuperarse.

Sin embargo, la Ursa advirtió a la Raza de la Destrucción que no interfiriera. Y lo que es más importante, parecía haber un toque de hostilidad en su tono.

"¿Por qué dice esas cosas, Señor? Si mi Maestro sabe que estás herido, intentará ayudarte. ¿Qué quieres decir con que no es necesario que interfiera? Pensaba avisar a mi maestro para que te ayudara a recuperarte. Después de que te curen las heridas, podremos volver juntos a los Reinos Mayores".

"Hmph". La Ursa resopló fríamente.

"Hay muchas cosas que no entiendes. Como humano, no lo entenderías de todos modos. Las relaciones