El Rey Blithe sonrió. “Dragón Negro, he estado limpiando el desastre que creaste todo este tiempo. ¿No crees que deberías al menos echarme una mano aquí?”.

James miró al Rey Blithe y preguntó con frialdad: “¿Qué quieres que haga?”.

El Rey Blithe se apresuró a decir: “Eres una figura legendaria en el ejército venerada por muchos. Pienso nombrarte Instructor Jefe del entrenamiento especial…”.

James levantó inmediatamente la mano e interrumpió al Rey Blithe.

“Olvídalo. Estoy viviendo tan libre como un pájaro. No me voy a crear problemas”.

El Rey Blithe explicó: “Solo serás una figura decorativa. Sin duda motivará a los que participen en el entrenamiento especial. Si anunciamos que los que aprueben el entrenamiento especial podrán conocer al Dragón Negro, esos chicos se esforzarán al máximo. No es necesario que dirijas personalmente el entrenamiento. Solo tienes que hacer una aparición y dar un discurso de motivación de vez en cuando”.

“Ya veo…”.

James estaba profundamente sumido en