En una lujosa oficina situada en el último piso de la Corporación Majestuosa, James se había puesto un traje nuevo valorado en millones de dólares.

Serena le estaba ajustando la corbata.

Con el traje, James desprendía un aura completamente diferente.

Hace un momento era un esposo de casa.

Ahora, era un hombre que triunfaba en la vida.

“J-James…”.

Tras ajustarse la corbata, Serena levantó la cabeza y miró a James con desconcierto. “¿Por qué ocultas tu identidad?”.

James sonrió.

No se lo explicó.

No sabía la respuesta a su pregunta.

Quizá quería llevar una vida normal y corriente.

En ese momento, Newton entró.

“James, la Señorita Thea está aquí junto a una mujer llamada Quincy Xyla, que ha venido a solicitar el puesto de vicepresidenta. Solicita verlo a usted”.

“¿Quincy Xyla?”.

James se quedó perplejo.

Una figura surgió en su mente.

Se había graduado de la secundaria hace diez años.

Conoció a una chica de la escuela. Se llamaba Quincy, y tuvieron una relación durante med