James se quedó confundido. ‘¿Por qué Farley quiere verme ahora?’.

No era la única persona confundida por la situación, Quincey también lo estaba.

Ella conocía el carácter de su padre. Nunca se había preocupado por los asuntos del Reino Antiguo. Incluso los prodigios poderosos no podían llamar su atención, pero de alguna manera, favorecía a James.

Además, había pedido ver a James en persona.

James dijo: “Ve por delante”.

“Por aquí, por favor”. Quincey le hizo señas.

James se volvió hacia Yoan y dijo: “Señor, iré y volveré rápido”.

Yoan asintió al decir: “Muy bien, adelante”.

Después, Quincey condujo a James al monte Trinvard. Se dirigieron al santuario de reclusión de Farley, situado en la parte trasera de la montaña.

“Padre, traje a James”, dijo Quincey respetuosamente a Farley.

Farley agitó suavemente la mano y dijo: "De acuerdo. Puedes irte primero".

Quincey se quedó perpleja. No sabía de qué quería hablar Farley con James, pero no hizo ninguna pregunta. Tras lanzar una m