James quería ver qué tipo de trucos podía usar Yitzchok.

Yitzchok se fue y regresó muy pronto.

Esta vez, no estaba solo. Había mucha gente detrás de él. Todas eran mujeres jóvenes que se unieron a la Academia Welkin hace medio mes.

Al verlas, Melany los reconoció como las personas que habían ido a entrenar con ella.

Yitzchok regresó con tres mujeres. Todas estaban cubiertas de heridas, pero la gravedad de sus heridas difería.

“Madison, Yamilet, Hana”.

Al ver a las tres mujeres, Melany se acercó y las saludó.

Sin embargo, se apartaron de ella como si hubieran visto un demonio con expresiones cautelosas en sus rostros.

Al ver sus reacciones, el mal presentimiento en el corazón de Melany se intensificó.

Las tres mujeres se pararon detrás de Yitzchok.

Yitzchok dijo: “No pasa nada. No tienen que tener miedo. Estoy aquí y haré justicia. Ahora, cuéntenles lo que pasó. Hay tanta gente esperando escuchar la historia”.

Una mujer se puso de pie y dijo: “Fue así. En ese entonces, salimo