Después de escuchar las palabras de James, Lex exclamó sorprendido y su cuerpo empezó a temblar.

“¿Qué…?”.

Esto era algo que nunca antes se había atrevido a imaginar.

“¿Es esto real, James?”.

Las personas reunidas en la puerta no sabían lo que sucedió y miraron a Lex, desconcertados por su reacción.

“Abuelo, hablemos por allá”.

James apartó a Lex y lo tranquilizó: “Abuelo, te juro que lo que dije es verdad. Ya hice los arreglos. Puedes celebrar tu fiesta de cumpleaños en la Casa de la Realeza si quieres, abuelo. Celebrar tu octogésimo cumpleaños allí será el primer paso para que los Callahan se conviertan en una familia influyente cuando la noticia se extienda por todo Cansington”.

Después de una emoción momentánea, Lex finalmente se tranquilizó.

Miró a James.

“¿Sabes qué tipo de lugar es la Casa de la Realeza, James?”.

“Lleva años construido, innumerables familias adineradas han tratado de comprarla. Algunos incluso querían comprarla por miles de millones de dólares, pero no