Thomas llamó a Thea, sacándola de la locura a tiempo.

Ella no asestó un golpe mortal. En lugar de eso, ella solo golpeó al Rey del Trueno.

Thomas tenía su propia razón egoísta para detenerla.

Él sabía que el dragón era poderoso y no sería fácil de matar.

Perder un activo fuerte ahora haría que matar al dragón fuera una tarea más precaria.

El Rey del Trueno poseía una fuerza considerable y no era más débil que un artista marcial que había alcanzado el Noveno Peldaño de la Escalera Hacia el Cielo. Una fuerza como esa sería útil en la lucha para matar al dragón.

Thomas apareció a tiempo y se acercó a Thea.

Thea miró a Thomas y preguntó con cautela: “Señor Caden, ¿por qué quería salvarlo? No he sido un artista marcial por mucho tiempo, pero sé que los Psíquicos de Merania han sido nuestros enemigos todos estos años”.

Thomas dijo: “Thea, matar al dragón es nuestra mayor prioridad. El dragón es feroz y no será fácil acabar con él. Si matas a una potencia en este momento, matar al dra