Los dos decidieron volver al punto de partida.

Sin embargo, no pudieron llegar al punto de partida del laberinto incluso después de pasar por varias cámaras de piedra.

“Qué raro. No recuerdo haber pasado por tantas cámaras de piedra cuando entramos por primera vez en este lugar. Estoy siguiendo la dirección por la que vinimos, así que, ¿cómo está sucediendo esto?”.

Tapio dijo solemnemente: “El laberinto parece estar jugando una mala pasada con nuestra mente. Solo parecía que volvíamos por el mismo camino, pero en realidad nos adentramos más”.

“Entonces, ¿en qué cámara de piedra estamos en este momento?”.

James sacó el plano y trató de identificar su ubicación.

Tapio se encogió de hombros y dijo: “¿Cómo voy a saberlo?”.

“¿Qué debemos hacer?”.

Tapio se devanó los sesos en busca de un plan.

“¡Ya sé!”, gritó Tapio de la nada.

“¿Mmm?”.

James lo miró confundido.

Tapio caminó hacia James.

Entonces, susurró: “James…”.

James prestó mucha atención a sus palabras.

De repente, Tapio