Tapio se fue.

Después de pasar por algunas cámaras de piedra, se encontró con otra persona.

No era otro que Tyrus.

“Maestro”, lo saludó Tapio respetuosamente.

“¿Cómo te fue?”.

Tyrus tenía las manos detrás de la espalda.

Tapio respondió: “James es un poco arrogante y confía en los demás con demasiada facilidad. Baja la guardia una vez que confía en alguien. Él todavía desconfiaba de Donovan, pero bajó la guardia por completo conmigo. Me las arreglé para golpearlo con un ataque furtivo usando toda mi fuerza”.

“Ujum”.

Tyrus asintió ligeramente con la cabeza y dijo: “Es porque se ha convertido en uno de los mejores artistas marciales de este mundo antes de llegar a los treinta. No es sorprendente que sea un poco engreído y tenga exceso de confianza. Esto le enseñará a ser más cauteloso en el futuro”.

“Maestro, ¿hay alguna razón por la que estés cuidando a James?”, preguntó Tapio.

Puede que otros no lo supieran, pero Tapio lo sabía todo.

La razón por la que James siempre podía ca