Henry no pudo encontrar nada sobre las fuerzas del inframundo involucradas en la operación. Sin embargo, había nombres en el documento. Nunca entraron en la residencia de los Caden. En cambio, se habían ocultado en el exterior como una camioneta para evitar que las cosas se torcieran.

Entre ellos estaba el Viento Negro Xander.

James nunca esperó que Xander, a quien había matado anteriormente, fuera uno de los principales culpables de la destrucción de los Caden diez años atrás.

Estaba sumido en la reflexión.

La información revelaba que aún había otros además de los conocidos.

¿Dónde estaban las Flores de la Luna en el Borde del Acantilado? ¿Quién era la mente maestra?

James permaneció en silencio. Un silencio inquietante envolvió el edificio de piedra.

Después de un rato, James sacó un mechero y quemó la información que tenía en sus manos.

Dirigiendo su mirada a Jake y a sus hombres que seguían arrodillados en el suelo, silbó con una expresión de indiferencia en su rostro. “Lev