“Vamos, James”. Thea apartó a James.

Tenía miedo de que James perdiera el control y empezara a presumir de su riqueza.

James le había dicho de dónde venía el dinero. Era sucio.

Aunque también cabe destacar que James había mencionado que había ido a juicio por este asunto y había sido expulsado del ejército.

El dinero era su última recompensa por su servicio.

Técnicamente, el dinero era legal.

Sin embargo, Thea todavía estaba preocupada al pensar en el origen del dinero.

Era mejor que no se metieran en problemas. Si los altos mandos seguían el caso, James tendría problemas.

Por ello, empezó a arrastrar a James.

Como Thea quería irse, James se quedó callado.

“¡Ja!”, se rio Xena. “Di que eres pobre y acabemos con esto de una vez por todas”.

Zach tuvo una idea. Se acercó a Thea y le dijo: “Thea, ¿qué ropa prefieres? Las compraré como regalo para ti”.

“Gracias, pero no gracias”. Thea volvió a arrastrar a James.

Sin embargo, James se sentía extremadamente humillado.

¿Cómo se at