“¡Ese fue un gran poema el que acabas de escribir!”.

En la entrada de la posada, Jewel sostenía con fuerza la mano de Darryl con un rostro lleno de admiración. “Darryl, ¡viste que todos se volvieron locos cuando terminaste de escribir! ¡Eres tan increíble!”.

Ella se aferró al brazo de Darryl con un gran sentimiento. Ella sabía que él dejaría boquiabiertos a todos si alguna vez mostrara su talento.

Darryl sonrió y la miró. “¿Lo es? ¿Dime por qué es genial?”.

‘¡Jaja! El poema se llamaba “Arena Pura Celestial, Pensamientos Otoñales” por Ma Zhiyuan, el gran poeta de la Dinastía Yuan. ¿Cómo podría no ser asombroso?’, pensó Darryl.

Jewel ladeó la cabeza mientras pensaba y dijo: “De todos modos, ¡lo encuentro increíble! El poema está muy bien escrito”.

Ella no sabía de poesía pero podía sentir la melancolía dentro de ese poema.

¡Jaja! Darryl se rio de eso antes de extender su mano y alborotar el cabello de Jewel.

“¡Señor Darryl!”. En ese mismo momento, Darryl escuchó una voz emocionad