"¡Su Alteza!".

El Mago Inmortal quedó desconcertado al ver aquella escena. Rápidamente se levantó y ayudó al Príncipe Auten a levantarse. Sonaba ansioso y arrepentido a la vez. "¿Cómo es eso posible? Es consciente de que el demonio dentro de su corazón es el trono. ¿Por qué sigue pensando en ello?".

El Mago Inmortal estaba muy deprimido cuando habló de eso.

Durante ese tiempo, puso todas sus esperanzas en el Príncipe Auten. Mientras el Príncipe Auten viviera, tendría la oportunidad de visitar el Palacio Imperial del Cielo.

Si el Príncipe Auten moría, la Región Divina lo abandonaría.

"Yo…".

Al escuchar el reproche del Mago Inmortal, el Príncipe Auten dijo débilmente: "No puedo aceptar mi destino, Maestro". Aunque su tono era suave, había un poco de arrogancia en sus ojos.

Era el candidato más cualificado para heredar el trono. ¿Cómo había acabado así?

Tan pronto como terminó su frase, el cuerpo del Príncipe Auten emitió una mota de luz dorada. Era su alma de hada.

Si un cultiva