Morticia sabía que el Archidemonio Antígono era un hombre estricto, pero no esperaba que la castigara de esa manera. Había perdido todo poder y sería encarcelada. Era un destino aún peor que la muerte.

Morticia, presa del pánico, quiso pedir clemencia, pero se detuvo antes de decir algo.

Era la que mejor conocía al Archidemonio Antígono. No la perdonaría si pidiera clemencia en aquella situación. Le preocupaba que al final se enfrentara a un castigo más severo.

"¡Su Excelencia!". Forsythe se sorprendió. Rápidamente se arrodilló en el suelo y suplicó: "Su Excelencia, por favor, perdóneme. Su Majestad acaba de decir que todo fue un error. No fue su intención quedarse embarazada de Darryl".

"Todo es culpa de Darryl. Por favor, perdone a Su Majestad...".

Forsythe tenía una expresión de pánico en el rostro porque estaba preocupado por Morticia. Él seguiría siendo un líder pirata sin nombre si no fuera por ella.

Podría decirse que Morticia le había dado todo lo que tenía entonces. Por