¡Maldita sea!

Forsythe estalló de ira al instante mientras se levantaba, encontrándose con la mirada de Antígono sin miedo. Entonces, rugió: “¿Cómo te atreves a hablarme así? ¿Sabes quién soy?”.

“Sabes de lo que hablas, lo admito, por ser capaz de reconocer la Perla Demoníaca Sangrienta. Ja, ¿y qué? Escucha, tu vida está ahora en mis manos y tendrás que hacer lo que yo diga. ¿Entendido?”.

A decir verdad, Forsythe se había sorprendido mucho cuando Antígono reconoció la perla.

Pensándolo bien, Skylar se había enfrentado a muchas élites de sectas de todo el mundo cuando causó estragos en la humanidad hace un año como líder de la raza Demoníaca.

Tal vez el Señor Lambert había sido una de las élites en la batalla y por eso había reconocido la perla.

No importaba. Lo que importaba era que Antígono ya se había consumido el té envenenado y Forsythe tendría ventaja sobre él.

¡Bzz!

Justo cuando sus palabras resonaron en el aire, todo lo que Forsythe pudo sentir fue un aura aterradorament