En ese momento, los cuatro hermanos miraron a Darryl casi simultáneamente.

Al segundo siguiente, el Hermano Mayor Díaz dio un paso adelante y dijo con arrogancia: “Un simple Candado Secreto Celestial no es nada a los ojos de nosotros cuatro”.

En cuanto terminó de hablar, el Segundo Hermano Díaz miró a Donnie y dijo: “Los demás te tienen miedo, pero nosotros no. Si son sensatos, váyanse de aquí rápidamente”.

De hecho, conocía bien la fuerza de la Secta del Águila Divina, pero solo había dos personas frente a él, así que el Segundo Hermano Díaz no estaba asustado en absoluto.

Solo había dos de ellos en el otro lado. Si realmente luchaban, su bando también tendría ventaja.

Kendra frunció el ceño. Obviamente, no les creía, pero no quería decir más tonterías y dijo con frialdad: “Nosotros lo encontramos primero. ¿Por qué deberíamos irnos?”.

En cuanto terminó su pregunta, Donnie añadió inmediatamente: “¡Hermana Mayor! ¿De qué estás hablando con estos don nadies?”.

Miró a los cuatro co