¡M*ldita sea!

Quincy estaba ansiosa, pero cuanto más se preocupaba, más perdía el control de su cuerpo. El veneno se estaba extendiendo a una velocidad increíble y su energía interna también se estaba desorganizando.

¡Ese m*ldito discípulo de la Secta de la Espada!

Quincy maldijo con rabia en su corazón. Pronto dejó de expulsarlo e intentó relajarse.

Sin embargo, era demasiado tarde. El veneno de la Píldora de la Lujuria Gozosa ocupó por completo su campo de elixir. Sentía como si una llama ardiera en su cuerpo, y cada vez era más y más caliente, lo que la hacía sentirse cada vez más incómoda.

"Aghhh...".

Finalmente, Quincy no pudo evitar soltar un doloroso gruñido. Su delicado cuerpo se acurrucó en el suelo y tembló ligeramente. Su hermoso rostro parecía estar sufriendo.

"¿Qué pasó?". Ambrose preguntó mientras entraba corriendo.

Ambrose no quería irse, así que se quedó afuera. Aunque aquella mujer era arrogante y presuntuosa, seguía siendo una conocida de su padre. No sería ra