La Emperatriz Heidi volvió en sí. Estaba tan enojada que su delicado cuerpo temblaba. "Despiértalo".

Al recibir la orden, el Maestro Lucaris le pidió inmediatamente a sus soldados que trajeran agua fría y se la echaran en la cara al Mago Inmortal.

¡Achú!

Estimulado por el agua fría, el Mago Inmortal estornudó y se despertó en un instante. Al siguiente segundo, cuando vio lo que estaba sucediendo frente a él, se quedó atónito y estupefacto. Vio que Su Majestad y los demás funcionarios divinos estaban reunidos a su alrededor, mirándolo fríamente. No muy lejos, Darryl y Aurin también estaban allí.

¡M*erda!

Unos segundos después, cuando el Mago Inmortal recobró el sentido, sintió un escalofrío por todo el cuerpo y una completa desesperación en el corazón. Había planeado inculpar al Apenas Inmortal, pero ahora parecía que se había convertido en el chivo expiatorio en su lugar.

"¡Ah!".

En ese momento, Darryl dio un paso adelante y miró al Mago Inmortal con una leve sonrisa. "No espera