Entusiasmado, Sergio se apresuró hacia el palacio sin pensárselo dos veces. Cuando llegó, vio que había una multitud en la zona de inscripción justo a la entrada del palacio. Después de inscribirse, pasó la noche en una de las posadas cercanas al palacio.

Temprano a la mañana siguiente, Sergio se levantó y se apresuró directamente al Salón de Oración, un lugar utilizado por la Realeza de las Nubes del Sur para rendir culto a los cielos. El lugar era enorme y Morticia lo designó como el sitio de la competición.

Cuando Sergio llegó, se dio cuenta de que había un mar de gente fuera del Salón de Oración. Decenas de miles de personas habían llegado de todos los rincones del mundo de los cultivadores para participar.

El ambicioso corazón de Sergio se encendió con determinación al ver aquella escena. Su fortuna podría dispararse meteóricamente a partir de ese momento y lo impulsaría a riquezas inauditas.

A medida que crecía la emoción en su corazón, Sergio se acercó rápidamente e informó